Secciones
Servicios
Destacamos
P. RÍOS
Barcelona
Lunes, 12 de noviembre 2018, 15:18
Jornada de reflexión en el Barça tras una derrota diferente a las pocas conocidas por el equipo azulgrana en las últimas temporadas. Por abarcar un espacio de tiempo determinado, en los últimos diez años, desde que Pep Guardiola aterrizó en el banquillo del Camp Nou ... para evolucionar con éxito la filosofía de Johan Cruyff, el conjunto culé perdió partidos por no igualar la intensidad del rival, porque a veces no supo penetrar en un sistema ultradefensivo, por la mala puntería puntual, también algunos por decisiones arbitrales controvertidas o simplemente porque el rival contaba con jugadores de talento capaces de ganar a cualquiera. Pero posiblemente nunca nadie le había vencido con sus mismas armas: toque desde atrás, posesión, juego posicional, triangulaciones por todo el campo y verticalidad bien seleccionada para llegar a portería con superioridad numérica. El Betis se atrevió a echarle un pulso al Barça con su estilo y Quique Setién le ganó el duelo táctico a Ernesto Valverde.
Como no hay mal que por bien no venga, el Barça está a tiempo de rehacer el camino y plantearse si quiere ganar con su sello técnico de siempre o si pretende hacerlo con un híbrido como el actual, valiente por la presión alta, pero sin el dominio de los espacios de antaño y con tendencia al correcalles. Ninguno de los dos garantiza el éxito ni es un sinónimo de fracaso. Al fin y al cabo, sigue líder en Liga y Liga de Campeones. El intercambio de golpes casi siempre le beneficiará por la mayor calidad en la definición de Messi, Luis Suárez y compañía, pero el agujero negro defensivo ya es de proporciones alarmantes: 18 goles encajados en las primeras 12 jornadas, algo que no sucedía desde la temporada 1974-75. La fragilidad ha conllevado que el Barça sume sólo 24 de 36 puntos posibles, con dos derrotas y tres empates que han supuesto la peor puntuación desde la temporada 2007-08, la que acabó sin títulos y con la marcha de Rijkaard, Ronaldinho y Deco.
La situación no es dramática ahora porque en Liga los rivales directos son igual de irregulares, y porque en Europa el Barça sí ha impresionado, como en los partidos grandes del campeonato de la regularidad (Madrid, Sevilla…). De momento, la autocrítica comenzó a través de Gerard Piqué y Arturo Vidal. El primero lamentó: «A veces no vamos todos a la presión; tenemos que analizar lo sucedido». Y el chileno fue contundente al afirmar: «Tenemos mucho que mejorar si queremos ser campeones».
El Betis pasó por encima del Barça el día del regreso de Messi, un hecho que invitó a Valverde a recuperar el 4-3-3 real con Malcom en lugar de camuflar su sistema con un interior ofensivo como Rafinha o Denis Suárez en ausencia del lesionado Coutinho y del castigado Dembélé. Ese fue el problema y no la reaparición del crack, que, sin arriesgar el brazo, algo cohibido, logró dos goles y creó las mejores ocasiones con sus pases entre líneas. Precisamente, Messi recogió este lunes su quinto Pichichi, el de la pasada temporada por sus 34 goles, liderando ya con Luis Suárez el actual con nueve dianas. En la Gala de 'Marca' también recibió el Premio Di Stefano al mejor jugador de la pasada Liga. «Que la Liga sea tan competitiva es bueno para el espectador. Cualquiera puede ganar a cualquiera. Esperamos que siga así, pero con nosotros cogiendo ventaja…». Y reveló sobre su regreso: «Comencé con miedo porque no había tenido situaciones de contacto ni caídas, pero me encontré bien». No va con su selección y tiene dos semanas para encontrarse mejor.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.