Los jugadores del Barça celebran la Supercopa. efe
Análisis

El Barça recupera la fe

Flick y sus jugadores aprovecharon las vacaciones de Navidad para resetear y vuelven a ser ese equipo que arrasó al principio de curso

Daniel Panero

Lunes, 13 de enero 2025, 18:12

Año nuevo, vida nueva. Lo dice el refrán y lo cumple a pies juntillas un Barcelona que se ha olvidado de todas las malas sensaciones con las que cerró 2024. Los de Hansi Flick se fueron al parón por Navidad con caras largas y regresaron ... con la firme intención de recuperar la buena dinámica del primer tercio de la temporada. Y así ha sido. El triunfo copero contra el Barbastro abrió una veda que se ha incrementado con dos triunfos de peso ante el Athletic y el Real Madrid.

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La Supercopa en Arabia Saudí puede ser el punto de inflexión que tanto buscaba Flick. Tras los sonados pinchazos contra Las Palmas, Leganés y Atlético, el Barça tocó fondo a nivel anímico y sobre todo en cuanto a resultados. Los azulgranas tuvieron la posibilidad de ver el vaso medio vacío, pero se centraron en la parte que estaba llena, esa en la que se podía ver el buen juego que habían desplegado durante meses y que no estaba teniendo premio. «Debemos aprender de cada partido. Aún podemos hacer las cosas mejor, tenemos un equipo joven. La situación en la Liga no es buena, pero eso ya lo hemos hablado dentro del vestuario», aclaró este domingo Flick tras la consecución de la Supercopa.

Esa situación en Liga fue uno de los quebraderos de cabeza de un vestuario que pasó en apenas un mes de tener una distancia considerable con sus perseguidores a ver al líder desde la distancia. La gestión de ese nuevo escenario necesitaba tiempo, una pausa en mitad del frenético calendario que llegó en Navidad. «Se puede decir que hasta diciembre jugamos bien. Creo que la Navidad nos vino bien para pensar qué estuvo mal y qué podíamos hacer mejor. Sabemos que quedan muchos partidos hasta final de temporada», analizó Lewandowski.

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El partido contra el Real Madrid fue también la demostración del aprendizaje que ha llevado a cabo el Barcelona en los últimos meses. Ante el Celta, los culés se quedaron con diez jugadores y se desmoronaron, mientras que en otros encuentros no lograron mantener el ritmo frenético durante noventa minutos. Esas dos cualidades se pusieron a prueba ante el Real Madrid y el Barça aprobó los dos exámenes con nota. «Estoy feliz y orgulloso del equipo. Hemos aprendido. Tras la expulsión, nos hemos reunido y nos hemos dicho que teníamos que sufrir y situarnos un poco más atrás para sacar el partido adelante», afirmó Koundé, precisamente uno de los protagonistas negativos en Balaídos cuando el Barça no supo gestionar una situación similar.

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Un punto de inflexión

El nuevo emplazamiento de la Supercopa de España en el calendario da a la competición un plus en mitad de la temporada. No es la primera vez que supone un punto de inflexión para los equipos y en esta ocasión puede serlo de forma muy positiva para un Barcelona que necesitaba como el comer buenas noticias. Las ha tenido con la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor y también con un triunfo que tiene un valor extraordinario.

Supone un título, un golpe en el mentón al eterno rival y también una inyección anímica para un grupo que ve con otros ojos lo que resta de curso. Las malas sensaciones con las que se acabó 2024 han desaparecido y la pelota vuelve a entrar. La situación en Liga todavía no es la mejor, pero los seis puntos que separan a los culés del Atlético, líder de la competición, ya no parecen una distancia insalvable a tenor del buen nivel mostrado en Yeda.

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