Cristiano Ronaldo celebra uno de sus goles.
Jornada 3

Cristiano aniquila al Espanyol

El portugués firmó su segundo repóquer como madridista ante un rival amigo

Ignacio Tylko

Sábado, 12 de septiembre 2015, 02:18

Ningún sitio mejor que Cornellà, feudo catalán donde se aplaude casi tanto al Real Madrid como al Espanyol, para que los blancos dieran un golpetazo que ahuyentara dudas y fantasmas y Cristiano Ronaldo acallara esas voces que criticaban su flojo rendimiento y nula capacidad goleadora en este inicio de temporada.

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Para haber perdido olfato realizador, no está nada mal firmar un triplete en apenas 20 minutos y, ya con todo resuelto, sacarse de la manga hasta un repóquer, su segundo como madridista tras otra jugada de tahúr ante el Granada. Una barbaridad para este jugador que con 230 dianas en Liga ya supera a Raúl en el torneo de la regularidad.

Rubricó tres dianas el curso pasado en este escenario, pero entonces sólo quedó para el recuerdo su excesiva celebración y la llamada de atención de Pepe, ya que ese mismo día el Barça se coronaba campeón en el Vicente Calderón.

Aunque el Espanyol dio un primer aviso en una internada del ecuatoriano Caicedo, quien superó en el cuerpo a cuerpo a Ramos pero no a un gran Keylor Navas tras el disparo cruzado, el Madrid abrochó la contundente victoria en un abrir y cerrar de ojos. Sin necesidad de emplearse a un ritmo alto, ni de hacer encaje de bolillos, su pegada fue descomunal cada vez que puso a prueba a la errática defensa 'perica'.

Abrió la senda el astro de Madeira tras un pase soberbio de Modric, muy cómodo junto al abnegado Casemiro, que ya era medio gol. Ni Arbilla, ni el central le incomodaron al luso, que la cruzó con habilidad ante la tímida salida del joven Pau. Luego, Álvaro cometió un penalti tan claro como pueril a Bale, que no falló el luso. Y minutos después, Bale tuvo todo el tiempo del mundo para centrar y Cristiano definió en posición de ariete, donde no quiere jugar pero quizá rinde mejor a día de hoy porque ya no es tan veloz para el desborde por las bandas.

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Para sonrojo de los blanquiazules, el cuarto llegó antes de la media hora tras una excelente combinación de la 'BBC', definida a placer por Karim. En esta ocasión, Cristiano ejerció de gran asistente. Quedaba una hora de partido pero, sin emoción ni disputa, ya era un simulacro. Sólo faltaba saber el resultado final y si Cristiano aumentaba sus registros. Y vaya sí lo hizo.

Rafa Benítez ha protagonizado, muy a su pesar, un papelón en el culebrón De Gea y Keylor Navas y no ha sabido ni qué explicar públicamente, pero no cabe duda de que es un técnico que sabe lo que se hace. Oficio, método, experiencia y resultados le avalan. Desde luego, el madrileño tiene muy claro el asunto de las rotaciones, necesarias en temporadas extenuantes y mucho más tras los parones internacionales. Lo dejó patente en Cornellà.

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A pesar de las lesiones de James Rodríguez, letal en la goleada ante el Betis, y de Danilo, Benítez dio varias vueltas de tuerca a su equipo. Introdujo a Carvajal, Pepe, Casemiro e Isco pero, sobre todo, dio descanso a Kroos, quien llegó extenuado a las citas claves del curso pasado porque Fabio Capello no le dio tregua. Se confirma que en un porcentaje alto de partidos, el Madrid vencería con cualquier once. Arriba, mantuvo su idea de situar de inicio a Bale por el centro, aunque con plena libertad de movimientos. Esta vez, funcionó la conexión entre el galés, Cristiano y Benzema. Y cuando se asocian bien, son brutales.

En el otro banquillo, Sergio González realiza un trabajo muy meritorio en este Espanyol de retales, pero suele errar en grandes citas para las que prepara algo especial. Su querencia a jugar con tres centrales, le mata en este tipo de duelos de alta jerarquía. Si se tiene que morir, mejor hacerlo con dignidad, con tu sistema y con tu idea, que someterse al enemigo desde el vestuario.

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Los blanquiazules fueron un desastre en defensa. Blandos, descolocados y sin capacidad de respuesta, igual que su técnico. Un preparador se puede equivocar en la puesta en escena pero lo extraño es no cambiar cuando ves que tu grupo hace aguas en lo coral y en lo individual. Sólo rectificó tras el descanso, cuando ya no había nada que hacer.

El Madrid no pudo hincarle el diente al recién ascendido Sporting en la primera jornada del campeonato, pero reaccionó con una manita ante el Betis y confirmó su mejoría en terreno del Espanyol. Pero hay que matizar que no tuvo rival y que en este campo donde suele imponerse con comodidad. No cae desde 2007 y sus propios aficionados dan casi por hechos los seis puntos ante los catalanes.

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Todo fueron parabienes desde el principio. La grada aplaudió a rabiar a queridos ex como el portero Kiko Casilla y el delantero Lucas Vázquez, que disfrutó de media hora en la que mostró gran personalidad y desparpajo. Fue la otra gran noticia de la tarde para los merengues. Y el Espanyol perdió a Marco Asensio y Burgui, cedidos por el Madrid y sin poder actuar por esas cláusulas del miedo que permiten la Federación Española y el CSD pero no la FIFA.

Por encima incluso del recital goleador de Cristiano, estuvo el homenaje a Raúl Tamudo, retirado en el Sabadell pero un 'perico' de convicciones y un ídolo eterno para los suyos. Hermanamiento entre espanyolistas y madridistas en recuerdo de ese 'tamudazo' que le dio una Liga al Madrid de Capello. Un año más, el Madrid vivió una de las tardes más cómodas de la temporada en su segundo estadio. Y Cristiano pasó de la nada al todo. Para él no hay medias tintas, o medias verdades. Triste o desbordante.

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