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Álvaro vilches
Martes, 26 de mayo 2015, 17:55
Las dos últimas temporadas de Rafa Benítez dirigiendo al Nápoles son un buen indicativo de lo que es el míster madrileño al frente de un banquillo. En las campañas que ha entrenado al gran equipo del sur de Italia, el técnico español ha conquistado dos títulos y puede clasificar, a falta de que se juegue la última jornada de la Serie A, al conjunto azzurro para la Champions League por segunda vez consecutiva.
A pesar de ello, los altibajos de su equipo en el torneo de la regularidad, su caída ante el Athletic en la previa de la máxima competición continental, su sorprendente eliminación en semifinales de la Europa League ante el Dnipro y la caída en la misma ronda de la Copa de Italia ante la Lazio, han colocado a Benítez con un pie fuera de la organización azzurra y con un pie dentro, parece, del Real Madrid para sustituir a Carlo Ancelotti en su banquillo.
El recuerdo que deja Benítez en sus equipos no suele estar marcado por la moderación. El técnico madrileño tiene la peculiaridad de polarizar sobremanera la opinión sobre él allá donde entrene. En Liverpool es un auténtico ídolo, al que aún se recuerda, a pesar del tiempo transcurrido desde su adiós, cuando los reds encadenan algunos malos resultados; en Valencia sigue siendo el héroe que llevo al conjunto che a lograr dos Ligas y una UEFA. En contraposición, sus breves pasos por el Inter y el Chelsea son de mal recuerdo para ambas aficiones, aunque Benítez dejara títulos en las vitrinas de Londres y Milán.
El triunfo solidario
Los equipos de Rafa Benítez se edifican en torno a la táctica, al esfuerzo físico y a la solidaridad de todos sus jugadores. Cuando la plantilla responde a estos criterios y se vuelca con la idea del entrenador, el madrileño garantiza éxitos. Prueba de ello es que ha ganado al menos un título con los cinco conjuntos que ha dirigido al primer nivel y que acumula un palmarés en el que figuran 12 trofeos en 13 años.
En España, Benítez evoca un fútbol especulativo y defensivo, algo justificado al ver las estadísticas de su etapa en Valencia, donde, a pesar de ganar dos campeonatos, su equipo no solía figurar entre los máximos goleadores. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia parece haber cambiado. En sus cuatro últimas campañas al frente de un equipo, sus conjuntos han estado entre los dos mejores realizadores del campeonato, tanto de la Serie A como de la Premier League.
Sin un fútbol muy vistoso, los equipos de Benítez atacan y defienden como un bloque. Una buena muestra de ello se encuentra si se observa que los mayores éxitos del madrileño han venido cuando ha tenido a su disposición a centrocampistas con gol y que llegaran bien a posiciones de ataque (Gaizka Mendieta, Steven Gerrard o Marek Hamsik, entre otros).
La solidaridad, los títulos y la extrema polarización que provocan su fútbol y sus decisiones como técnico son algunas de las características que rodean a un reconocido madridista que aspira a hacerse con el club de sus amores, al que conoce bien por su pasado como técnico de la cantera blanca. El reto de Benítez será sustituir a Ancelotti, que ha logrado un gran consenso positivo sobre su fitura, con la excepción del presidente del club merengue.
El paso del italiano por el Bernabéu deja un legado de vestuario unido a pesar de no lograr éxitos esta temporada. El madrileño, en contraposición, siempre ha garantizado títulos, aunque los apoyos y las críticas son siempre amplificadas para un entrenador que no deja indiferente a nadie.
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