Iker Casillas.
Real madrid

La resignación de un capitán

«Cuando el público pita es porque tiene razón», acepta Iker Casillas, de nuevo cuestionado

Ignacio Tylko

Lunes, 16 de febrero 2015, 18:38

Iker Casillas sigue en el ojo del huracán. Cuando parecía cerrado el debate sobre su figura que arreció a principios de temporada, se recrudeció tras la actuación del capitán madridista en el derbi ante el Atlético y tiene pinta de que no acabará hasta que se retire o abandone el club de su vida para disfrutar, seguramente, de una aventura estadounidense. Encajó cuatro goles en el Vicente Calderón, donde no se le recuerdan intervenciones de mérito, y erró en el gol de Tiago, tras disparo desde la frontal del área, que abrió el marcador.

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Durante la semana pasada, se especuló con la posibilidad de su suplencia en beneficio de Keylor Navas. La respuesta de la dividida afición merengue no se hizo esperar con ocasión del choque del pasado sábado ante el Deportivo. Primero, cuando el nombre de Iker sonó por la megafonía a la hora de las alineaciones, los silbidos ganaron a los aplausos. Luego, Casillas recibió más apoyos que reproches, sobre todo tras desviar con el rostro un disparo de Isaac Cuenca y rechazar un remate de Oriol Riera que hubiera supuesto el empate provisional. Pero arreciaron de nuevo los abucheos a diez minutos del final. El recién entrado Carvajal le cedió el balón e Iker se lo regaló a Haris Medunjanin. Por suerte para el mostoleño, Varane desvió el disparo del centrocampista de origen bosnio. «¡Ay Dios mió, qué mal!», exclamó el portero durante el partido, según recogieron las cámaras y micrófonos de Cuatro.

Fieles a Mourinho

Más allá de sus notables o deficientes actuaciones, que de todo hay en los últimos tiempos, Casillas sufre daños colaterales del mourinhismo. Los silbidos hacia su persona se centran casi siempre en la parte alta del Fondo Sur del estadio Santiago Bernabéu, donde se ubica la Grada Fans auspiciada por el club cuando expulsó a los Ultras Sur. Incluye a miembros de hasta 40 grupos diferentes que, ante el presidente Florentino Pérez, se comprometieron a alejarse de la línea marcada por los radicales. En su gran mayoría apoyan a José Mourinho.

Como capitán, Iker tiene que poner al mal tiempo buena cara y aceptar la situación. «Cada uno puede opinar lo que quiera y cuando quiera. Yo me limito a intentar jugar, hacer las cosas lo mejor posible y ya está. Cuando el público pita o aplaude es porque tiene razón en todo. Nada, se comprende y ya está. ¡A jugar! Estoy muy feliz, muy contento», dijo Casillas cuando salía este lunes con su vehículo del entrenamiento en Valdebebas. Detuvo su coche, firmó autógrafos, se hizo fotos con los aficionados que le coreaban y, tan respetuoso como resignado, atendió brevemente a los periodistas.

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