Fc barcelona

Messi puede cargarse a Luis Enrique

A la espera de que Bartomeu anuncie, salvo sorpresa, a Eduardo Macía como nuevo director deportivo, el Barça busca la paz entre técnico y crack con la mediación de los capitanes, pero ya no se aguantan y si el club debe decantarse perderá el entrenador.

p. ríos

Martes, 6 de enero 2015, 20:23

Lo que parecía una señal de buen rollo entre crack y entrenador, el discutible permiso navideño hasta el 2 de enero, se ha transformado en apenas cinco días en una guerra abierta de consecuencias incalculables. Al lado del contencioso que mantienen Luis Enrique y Leo Messi, mucho más que un pulso, la crisis institucional del FC Barcelona y el vacío en la dirección deportiva parecen un juego de niños. Ni el día mágico de los Reyes Magos se ha respetado con un arsenal de filtraciones, rumores e informaciones que coinciden en una cosa: el técnico asturiano y el delantero argentino ya no se aguantan.

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Y aunque Luis Enrique tiene tirón entre los barcelonistas, que no se equivoque: Messi no se toca. Puede que sea lógico intentar acabar con los privilegios del 10 si éste se salta las normas, pero no es un jugador del montón, es el mejor del mundo y hay que saber tener mano izquierda. Si Luis Enrique no cede, sus días estarán contados, quizás por imperativo del club, pero muy posiblemente por su propia voluntad porque tiene carácter para no vivir de rodillas ante nadie.

Al socio y al aficionado del Barça le importa poco el despido de Andoni Zubizarreta, ya ex director deportivo del club desde el lunes. Es más, incluso aplaude lo sucedido porque las pocas decisiones del ex portero no convencieron a casi nadie. Sí le sabe mal que Carles Puyol, que dimitió como adjunto del departamento, se desvincule de la entidad, pero en el fondo se entiende que el ex capitán no quiera ser utilizado en un momento en el que lo más fácil es salir perdiendo. Aceptar el cargo sin la posibilidad de fichar durante un año por la sanción de la FIFA es un marrón de dimensiones considerables y la dirección deportiva de la selección española es una caramelo que tarde o temprano le será ofrecido a Puyol porque desde la marcha de Fernando Hierro se necesita la figura de un ex jugador con ascendencia sobre los internacionales.

Que con Zubizarreta se vayan también sus ayudantes Albert Valentin y Narcìs Julià es anecdótico para los barcelonistas. Y que el presidente, Josep Maria Bartomeu, comunique este miércoles en rueda de prensa (a partir de las 16 horas) que el nuevo director deportivo va a ser Eduardo Macía, salvo sorpresa, provocará la indiferencia más absoluta. Valenciano de 40 años, ocupó el cargo en el Valencia, Liverpool, Olympiacos y ahora en la Fiorentina. Zubizarreta, Puyol, Valentin, Julià, Macía Lo dicho, todo eso es un chiste, un pasatiempo que sólo logrará dar algo de tiempo a Bartomeu, cada día más vilipendiado y que este miércoles, tras la rueda de prensa, vivirá una reunión tensa de la junta directiva. Lo que preocupa de verdad es lo de Luis Enrique y Messi

Una relación deteriorada

A base de recopilar todas las informaciones-filtraciones-rumores que van apareciendo, se puede dibujar un conflicto que nace antes de Navidad, tras el 0-0 en Getafe, con Leo criticando a Luis Enrique ante la directiva por sus decisiones como técnico y avisando que el equipo iba a la deriva. El entrenador asturiano pudo tener conocimiento de la opinión de Messi sobre su trabajo durante esas vacaciones navideñas que el 10 se empeñó en alargar hasta el 2 de enero para pasar el fin de año en Argentina. Luis Enrique tragó, pero, sintiéndose traicionado por el crack, se la guardó. El pique elevado de tono entre ambos durante el último entrenamiento (el segundo del 10) antes de viajar a San Sebastián fue el anticipo de lo que ocurrió en Anoeta: suplencia, bronca con Joaquín Valdés el psicólogo que llegó con Luis Enrique y cuya misión es un misterio- en el túnel de vestuarios, malas caras con el técnico, 45 minutos con implicación sin alardes y derrota.

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El lunes se vengó Messi ausentándose de un entrenamiento a puerta abierta en el Mini alegando gastroenteritis, excusa que no convenció a Luis Enrique, que informó a los capitanes que iba a abrir un expediente al argentino. Xavi, Iniesta y Busquets (tres de los cuatro capitanes junto al propio Messi) le frenaron y le convencieron con el argumento de que este miércoles hablarían con Leo para encauzar la relación. Messi, que este martes de Reyes sí estuvo en la Ciutat Esportiva pese a ser jornada de descanso, se entiende que para ser visitado por los médicos, habría mantenido contacto con Bartomeu durante este proceso, siendo tranquilizado con un mensaje esperanzador para él: el técnico tendría las horas contadas. Que el lunes por la noche Messi comenzara a seguir en las redes sociales al Chelsea, Courtois y Filipe Luis todavía intranquilizó más ya en el mercado de invierno, aunque nadie tiene la millonada que costaría su fichaje.

Así las cosas, la situación es complicada. El Barça, con un director deportivo recién llegado, no está como para cambiar de entrenador y mucho menos puede dejar marchar a su figura. Bartomeu tendría que huir en globo. Una reconciliación entre Luis Enrique y Messi es posible, pero están pagando el no haber estallado nada más conocerse. Se han guardado cosas y ahora puede ser tarde.

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El técnico chocó con Totti y De Rossi en su primer mes en la Roma 2011-12, pero se arreglaron en diciembre y acabaron con buena armonía y química, aunque sin títulos y con Luis Enrique tomándose un año sabático al sentir que no encajaba en el club italiano. Totti acudió a su rueda de prensa de despedida para mostrarle su apoyo y De Rossi dijo de él que se va un grande. Con Messi, que ya se las tuvo con Guardiola en las dos últimas temporadas de las cuatro de Pep en el primer equipo del Barça, ya va uno meses tarde. Alargar esta guerra sólo ayudará a desintegrar un vestuario que ya lleva tiempo resquebrajado

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