Luctuosa clasificación europea en Bilbao

Ni los más agoreros creen que los leones se vayan a quedar fuera encajando tres goles y eso que la imagen dada en la derrota del Wanda Metropolitano (errores muy groseros que costaron dos goles) o la posición en Liga, la décimocuarta, no ayudan al optimismo. «Tenemos que pensar sólo en Europa ahora mismo, después de este mazazo no queda otra, tenemos un resultado más que bueno y esperamos sacarlo adelante», decía Markel Susaeta el domingo. Ziganda, refrendado por Urrutia en público, podrá contar con Aduriz y Raúl García, ausentes en Madrid, y espera que el público le apoye en un partido de alto riesgo que se va a disputar en medio de grandes medidas de seguridad ante el temor a los aficionados violentos rusos (2.500 aficionados con entradas, que serán identificados en aeropuertos y hoteles).

El Gobierno Vasco y el Ayuntamiento de Bilbao han preparado un «importante» dispositivo de seguridad, que incluye a medio millar de agentes de la Ertzaintza y un centenar de policías municipales, que se sumarán a los 200 miembros del personal de seguridad que movilizará el Athletic en sus instalaciones. «Vienen ultras pero también gente a disfrutar de Bilbao. Que vengan a disfrutar del fútbol y darle nosotros una alegría a nuestra afición», dijo Iago Herrerín. El miedo es si se presentarán hinchas sin entrada que puedan ocasionar disturbios, como sucedió en Sevilla o contra el Maribor hace unos meses, y después de que el lunes tres de ellos ya provocasen un altercado en Vitoria. «Espero que esta alarma se quede en eso. Los encargados de garantizar la seguridad están preparados», dice Ziganda.

La Policía Municipal de Bilbao ha instado a los hosteleros del distrito de Basurto-Zorroza, donde está San Mamés, a no colocar veladores desde las 15.00 horas del jueves y a la retirada de la vía pública «de cualquier objetivo susceptible de ser arrojadizo». Se recomienda «servir las consumiciones en vasos de plástico» y «retirar el mobiliario del interior de los locales». Además, ha sido aplazada una manifestación y también un colegio bilbaíno próximo al estadio ha suspendido las actividades extraescolares «debido a la disputa de un partido de alto riesgo al que acudirán ultras peligrosos» e incluso se «recomienda» que los padres no manden a clase a sus hijos por temor a posibles incidentes.

El Spartak, que busca una machada deportiva en San Mamés tras preparar la vuelta en Estepona, ha citado a sus aficionados el jueves a las 18.30 horas en la Plaza Moyua para ir hacia San Mamés escoltados por agentes de la Ertzaintza. El club moscovita, que futbolisticamente ha vivido dos meses de parón invernal, recomienda a sus hinchas, además de que dejen en sus hoteles «bolsas, mochilas y equipajes de mano» ante la prohibición de introducirlos en el estadio, no entrar en «posibles provocaciones» por parte de aficionados y les insta a estar «extremadamente» atentos «tanto en Bilbao como en otras ciudades de España» en su trayecto y que «no sucumban a las provocaciones ni entren en conflicto con los residentes, aficionados y agentes de orden público».

Desde las instituciones se pide colaboración de la ciudadanía, que llamen a la Ertzaintza para que pueda acudir y abordar cualquier problema que se produzca; y que tengan confianza en los agentes (de Ertzaintza, Policía Local y miembros de la seguridad privada). Por el momento se está constrastando la posibilidad de que los seguidores rusos lleguen acompañados por peñas de aficionados radicales de otros clubes (se rumorea ‘Ultras Sur’ y ‘Frente Atlético’.

Ziganda pide olvidarse de todo eso y centrarse sólo en el partido. «Habrá más colorido y ambiente, es lo bonito del fútbol. El ambiente empuja y da fuerzas desgastadas. Tenemos que hacer el partido que solemos hacer en los días grandes. La mejor manera de clasificarse es salir a ganar. Es una semana importante. Sabemos qué significa seguir en competición europea, se trata de crear ilusión entre la gente». Eso, que el día sea una fiesta.

El Athletic estará este viernes en el bombo de octavos de la Europa League después de apear como se esperaba al Spartak, más gracias al 1-3 de la ida que al 1-2 de San Mamés, en una tarde noche de luto en Bilbao, ciudad que normalmente está emocionada cuando el Athletic compite en Europa. Un agente de la Ertzaintza de la brigada móvil (antidisturbios de la policia vasca) e identificado como I.A., de Ermua y de la 12ª promoción,

Se preveían incidentes en Bilbao por la presencia de ultras violentos entre los seguidores rusos y, lamentablemente, sucedieron. El agente no logró reponerse de la parada cardiorrespiratoria sufrida en los aledaños de San Mamés, después de una jornada en la que hubo algunos colegios que se vaciaron para evitar que los niños sufrieran problemas, calles cortadas e incluso bares cerrados por la recomendación policial de no servir botellas ni vasos de vidrio. Bilbao fue este jueves una ciudad extraña, con un despliegue policial de otras épocas (500 ertzainas, 100 policías y 200 vigilantes privados).

Con ese panorama, el Athletic saltó al césped ante una afición, la que decidió ir al campo pese a la psicosis y el frío, que convivía con una sensación rara. La de sentirse virtualmente clasificado por el 1-3 de la ida, viendo a los suyos lucir de negro pese a ser locales y temerosa de un equipo que le está dando más disgustos que alegrías.

La ausencia de Aduriz en el once provocaba aún más recelos en una parroquia que se ha enfriado con la mudanza. Es una realidad, algo que también está notando el Atlético en el Metropolitano. Tuvo una buen ocasión Raúl García de cabeza, pero apretaba más el Spartak. El gran Glushakov, el mejor ya en la ida, probó desde lejos y Zobnin obligó a Herrerín a entrar en calor. Promes rozó el gol en una buena internada pero su zurdazo se fue saludando el poste. Sólo se oían los cánticos de la esquina visitante. Un gol podía generar una miedo excesivo teniendo en cuenta la renta. Y, como se temía, llegó al filo del descanso con un buen cabezazo de Luis Adriano a pase de Kombarov, que aprovechó la autopista del costado derecha local pese a que De Marcos estaba ayudando a Lekue. Lo peor fue ver a Raúl García cojeando por una dura entrada.

Los nervios por el estado del ertzaina gravemente herido, más que por el posible ridículo, monopolizaron el entreacto. La noticia de su fallecimiento quitó el hambre a los presentes, otros comían de manera compulsiva. En el partido, nada más comenzar la segunda mitad se encendieron bengalas en la zona donde estaban los ultras dentro del grueso de hinchas visitantes. El estadio comenzó a silbar, con las personas ajenas al juego. Entró San José por un lesionado Mikel Rico. Williams tuvo la opción de poner el 1-1 que hubiese calmado los ánimos pero la mandó la tribuna. Lo logró Etxeita, con un cabezazo tras un rebote después de una buena internada de Saborit.

El central pidió después penalti por una entrada de Kombarov, cuando quedaba media hora para cerrar un partido que se quedó abierto de par en par cuando Melgarejo superó con una vaselina a Herrerín a cinco minutos del final. La afición pasó a gritar de pánico con cada acción visitante que rondaba el área local. Los más agoreros rememoraron el rídiculo sufrido con el Formentera, ya que un gol mandaba el asunto a la prórroga. Esta vez los ‘leones sujetaron el botín en la prolongación, tras la cual se vieron algunos pañuelos en la grada. Este partido, que confirma todos los preocupantes problemas futbolísticos del Athletic de Ziganda, sólo pasará al recuerdo, por desgracia, por el fallecimiento del policía vasco que estaba presente en la locura violenta que rodea al fútbol. Descanse en paz.