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Uno puede ser cemento y blandiblú con una diferencia de noventa minutos. Dayot Upamecano (Francia, 1998) se exige no rendirse nunca y la pasada temporada contrató un preparador físico para mejorar sus puntos débiles. En lo corporal es una 'bestia' con unas condiciones físicas (1, ... 86 metros y 90 kilos) extraordinarias mientras su mente es quizás la que a veces le juegue malas pasadas. Ante el Manchester City le hundió su mala gestión del fallo propio. Puede realizar muchos minutos a un gran nivel porque tiene la reputación de los mejores centrales de Europa, pero en ocasiones desconecta y sale del partido. Si no lo corrige nunca será lo que podría ser.
No es la primera vez que el central francés es el ojo del huracán de las críticas en el Bayern Múnich ni en su época anterior como miembro del Leipzig. Y es que en ocasiones en vez de salir de Mr Jekyll lo hace de Mr Hyde. Un diluvio de errores groseros por su parte echaron por tierra el intento de rebelión de su equipo y hace que el City acaricie las semifinales de la Champions. Aún queda la vuelta en el Allianz pero el defensa, que fue despiadadamente criticado incluso por su entreador, Thomas Tuchel, tiene mucho que corregir.
Las estadísticas hablan por sí solas de su peor noche como jugador en una gran cita en el viejo continente. El internacional galo perdió 15 veces la posesión de la pelota, un error infantil suyo hizo que prácticamente regalara el segundo tanto a los ingleses, obra de Bernardo Silva; no ganó un solo duelo aéreo ni en el suelo tampoco. Con balón la lío con pases comprometidos, y sin él se encontraba fuera de sitio y desbordado. «Le faltó concentración. Tomaba decisiones con mucho riesgo», indicó el ténico del Bayern al final del duelo. En la Liga de Campeones cualquier regalo se aprovecha sin piedad. Al hombre que contuvo a Mbappé en octavos de final le tocó esta vez ser un flan.
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