Se impone la nostalgia

Mi más viejo recuerdo de un éxito del Málaga (era yo un entusiasta adolescente) fue aquel 'Campeón de Campeones' que entonces causó sensación al proclamarse el mejor entre los campeones de diecisiete grupos de la primitiva Tercera División… Y enfrente, equipos como Osuna, Coria y demás. Una época inicial e inolvidable que acabaría toda una etapa de lanzamiento. Y doy un gran salto en mis recuerdos con el primer ascenso del Málaga a Primera (1949-50), todo un hecho histórico en la vida del club. Después asistimos a una larga serie de ascensos y descensos que han cubierto otra época para la nostalgia.

No sería justo dejar en el olvido a personas que un día llevaron las riendas del club, con mejor o peor fortuna, pero todos ellos con su mejor voluntad: desde Navarro Nogueroles, que puso al Málaga en la máxima categoría, hasta el jeque Al-Thani, que lo ha hundido en el infierno de la última, hay malagueños que han dejado la entrega de su labor bien hecha. No hay espacio en esta columna para nombrarlos, quizás lo haga otro día.

Ver el Mundial 82 en La Rosaleda y participar una vez en la Champions (aunque fuera a costa del monumental engaño del tal jeque) son momentos inolvidables de este Málaga nuestro que necesita apoyo total y sin condiciones. Los aficionados son los que más y mejor responden, como se ve cada jornada en La Rosaleda, y en los desplazamientos del equipo. ¿Qué mejor regalo que el ascenso en este 120 Aniversario que celebramos? Sin embargo, ni por el juego ni por los resultados parece que algunos no acaban de entenderlo así. Ese empate ante el Ceuta puede ser definitivo. No es lo que podía esperarse en una jornada tan crucial. Una vez más tendremos que recurrir a la nostalgia. Qué remedio.