Álvaro García Pascual, en la Universidad de Marshall, en Estados Unidos. SUR
Fútbol

El atípico caso del futbolista malagueño García Pascual: de las ligas universitarias de Estados Unidos a la élite

El ariete benalmadense de 22 años recaló en la cantera del Sevilla tras un exótico paso por América, donde fue a estudiar su carrera universitaria. Este sábado debutó en Primera ante el Celta

Nacho Carmona

Málaga

Lunes, 16 de diciembre 2024

El último malagueño en debutar en Primera es un caso atípico, casi sin precedentes, en el fútbol de élite. El benalmadense Álvaro García Pascual se ... estrenó en el fútbol profesional con la camiseta del Sevilla el pasado sábado, ante el Celta en el Pizjuán, tras llegar a la estructura de cantera hispalense el pasado verano. Su ascenso ha sido meteórico y complicado, a partes iguales. Su entrenador personal, el croata afincado en Málaga Reuf Dervic, cuenta a este periódico cómo ha sido este proceso.

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El ariete de 22 años recaló en a Universidad de Marshall, en Estados Unidos, hace dos años, tras pasar por las filas del Benamiel, el 26 de Febrero y el Vázquez Cultural, porque su familia y el propio jugador decidieron dar prioridad a sus estudios universitarios. En América se formó en International Business. Vivió al otro lado del charco durante tres años, intentando darle prioridad a su faceta académica, aunque sin dejar de soñar en grande con el balón en los pies.

Dervic, que lleva cinco años trabajando con él, ayudó al delantero a encontrar equipo. Algunos clubes de Primera RFEF barajaron su fichaje, pero no se llegó a dar. También llegaron ofertas de clubes de Europa, pero no resultaron ser lo suficientemente seductoras en algunos casos y no se llegó a un acuerdo con clubes más importantes en otros. Consiguió volver a la 'buena' senda, con vistas a volver a entrar en la rueda, cuando apareció la opción del Sevilla, gracias al interés de la secretaría técnica del club. Llegó para reforzar el segundo filial, el Sevilla C, pero ascendió al Sevilla Atlético en septiembre, con el que hizo parte de la pretemporada y con el que no tardó en debutar.

«Es un delantero muy potente y muy fuerte, de 1,91 metros de altura, pero sorprende, con esta altura, su nivel técnico. Recibe, aguanta bien la pelota y es un goleador nato. Antes de llegar aquí marcó 8 goles, pero antes había conseguido hacer 20 o 30 goles. Eso me llamó la atención para trabajar con él», radiografía Dervic, que se dedica a forjar y mejorar las condiciones de los futbolistas. «Hay mucho talento desperdiciado en la calle», agrega.

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