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Campaña, entre los también malagueños Francisco Compans y Félix Ramírez, que completan el cuerpo técnico en el Ararat. SUR
El fútbol desde las trincheras

El fútbol desde las trincheras

El técnico marbellí David Campaña lidera al Ararat, el campeón de la Liga de Armenia, país que a finales de sepxtiembre reanudó sus conflictos bélicos con Azerbaiyán

MARINA RIVAS

Domingo, 11 de octubre 2020, 00:40

Nos sobra egocentrismo y nos falta empatía. Al menos para darnos cuenta de lo pequeños que se tornan los problemas de nuestro 'primer mundo' después de echar un simple vistazo a lo que acontece, a día de hoy, a 4.000 kilómetros de aquí. El pasado 27 de septiembre se reanudó un conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán, latente desde los últimos suspiros de la Unión Soviética pese a encontrarse en una tregua estas dos últimas décadas. Con la ocupación del Nagorno Karabaj (una región de 4.400 metros cuadrados, fronteriza) como 'casus belli', la confrontación de intereses y la eterna discordia entre sendos países sigue motivando cada una de las innecesarias muertes con las que se está saldando esta guerra.

Se trata de un conflicto bélico que precisamente este sábado, por la mediación de Rusia –por otro lado, suministradora de armas a ambos bandos–, decretó el inicio de un alto al fuego temporal con el fin de intercambiar prisioneros de guerra y trasladar cadáveres para guardarles culto. Por imposible que pueda parecer, a escasas cinco horas de este foco de deshumanización transfronterizo sigue reinando la calma. Al menos, por ahora. En la capital armenia, Ereván (de alrededor de un millón de habitantes), reside un marbellí, David Campaña, desde este verano el nuevo entrenador del vigente campeón de la Primera División nacional, el Ararat. Es un club atípico, creado en 2017 por el armenio más rico del país –según Forbes–, el empresario billonario Samvel Karapetyan, que comenzó a competir en Moscú y se trasladó más tarde a Ereván, donde ya se ha coronado dos veces en la competición nacional.

Campaña no es exjugador de fútbol, aunque sí llegó a ser profesional de fútbol-sala, jugando en Primera en el Dulma Astorga y el equipo de la Universidad de Málaga, pero descubrió su pasión por el césped y sobre todo por los banquillos cuando comenzó a llevar un equipo local de base. Su motivación fue tal que en relativamente poco tiempo decidió que quería ganarse la vida como entrenador; algo que en España le resultó imposible. Como otros muchos, decidió partir a China bajo el sello de LaLiga, fichó después por el Utenis Utena de la Primera de Lituania y en 2019 llegó a Armenia para conseguir la permanencia en la élite con el Lori. La imagen fue tan buena que el club más potente, que acaba de jugar previa de la Champions y de la Liga Europa, le abrió las puertas.

Y allí reside Campaña junto a su mujer y su hijo pequeño. Además no es el único malagueño, ya que en su 'staff' cuenta con Francisco Compans, analista y asistente, y Félix Ramírez, asistente y entrenador de porteros. ¿Cómo están viviendo la complejidad de la actual situación bélica? Realmente, según cuenta Campaña, con cierta calma dentro de la tempestad. «Siempre había conflictos. Ahora el tema de la guerra parece muy espectacular porque se le está dando mucha visibilidad y sí es verdad que están tirando bombas, pero todo es fronterizo. Aquí algo se escucha, pero yo hago vida normal.Ahora claro, luego llegas al entrenamiento y te vienen los jugadores diciendo que han matado a su primo, a su amigo…», relata. Su plantilla ha tenido suerte, porque al menos en este momento ninguno de sus jugadores ha sido llamado a filas por obligación. Aunque equipos profesionales como el suyo son una excepción. «Aquí el ejército no es profesional, la mayoría es civil. Todo el mundo hace dos años de servicio militar obligatorio y, cuando llegan conflictos como los de ahora, van llamando a filas y luego reclutan voluntarios, porque entre que no hay soldados y que con las bombas, si les pilla, muere mucha gente...», explica.

«Hay jugadores a los que se les están muriendo los familiares. Un día me vienen llorando, otro diciendo que han matado a un amigo... Es complicado«

Campaña se centra en su equipo: «De mis jugadores no se ha ido ninguno, al menos todavía. Lo que hacen es que están todo el día recaudando dinero y alimentos para ayudar, pero los futbolistas que se están yendo ahora son 'amateurs', que o los llaman o van voluntarios». Estremece, pese a vivir relativamente al margen del conflicto, ver camiones de la Cruz Roja recogiendo comida por las ciudades para ayudar a los más necesitados. Aunque duele intentar buscar la normalidad en los entrenos cuando tu entorno se está derrumbando. Es la realidad de muchos allegados. «Hay jugadores a los que se les están muriendo los familiares… Un día me vienen algunos llorando, otros diciendo que han matado a alguno de sus amigos… Es muy complicado», confiesa.

Por motivos obvios, la guerra ha paralizado la Liga, aunque en su ciudad prime la tranquilidad. Eso sí, Campaña tiene claro que si la situación se recrudeciera, no dudarían en hacer las maletas. «Está claro que esto es un riesgo. En cualquier momento se vuelven locos y te mandan una bomba. Nosotros ya tenemos varios resortes y hemos hablado con el consulado por si tuviéramos que salir rápido. Soy el primero que si viese peligro de verdad, cogería un avión y volvería a España. Pero por ahora la capital no la han tocado y hacemos vida normal». Es curioso cómo el fútbol puede convertirse en una salvación mental enmedio de un escenario motivado por el odio.

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