Málaga enloquece con la victoria de España en la Eurocopa

Málaga se volcó con la selección, una vez más. Miles de malagueños se dieron cita en varios puntos de la ciudad para ver, desde unas pantallas gigantes, todo lo que sucedía en la capital de Alemania, concretamente en el Olympiastadion de Berlín. Los nervios a flor de piel fueron la tónica dominante durante los compases previos y en el transcurso del partido, aunque el gol de Oyarzabal en los últimos minutos transformó esa inquietud en alegría y emoción.

Tampoco faltaron los múltiples cánticos, con varios nombres propios: Cucurella, Lamine Yamal, Carvajal, Oyarzabal o el propio seleccionador, Luis de la Fuente. Además, las camisetas rojas y las banderas del país fueron los atuendos más comunes que se pudieron ver, aunque, como era de esperar, también se dejaron ver las equipaciones blanquiazules y escudos del Málaga CF.

El Cortijo de Torres se convirtió en el centro de reunión de doce mil malagueños que empezaron a dejarse ver por los aledaños a eso de las siete de la tarde. Ni las altas temperaturas impidieron que, desde bien entrada la tarde, una marabunta de personas se aproximara, con una sonrisa de oreja a oreja, hasta el Auditorio Municipal de Málaga.

El Málaga Forum, donde Selvatic Fest también abrió sus puertas para recibir a otras centenares de personas, y el Le Grand Café del centro histórico de la ciudad fueron otros dos puntos de reuniones multitudinarias para ver a los pupilos de Luis de la Fuente alzarse con la Eurocopa. El lleno estuvo asegurado en ambas ubicaciones y el gol en los últimos minutos creó la atmósfera perfecta.

Fiesta final

Con el pitido final del colegiado se declaró el estado de felicidad desmedida en todo el territorio malacitano. Cortijo de Torres, Selvatic Fest, centro histórico… Todos los puntos y las personas que se encontraban en ellos soltaron un grito de rabia, felicidad y, sobre todo, de alivio tras la gesta conseguida. Alguna que otra lágrima se escapaba de los ojos de personas visiblemente muy emocionadas.

Los abrazos, las muestras de cariño y los festejos no pararon de sucederse de un lado para otro y de manera multitudinaria. Padres, madres, hijos, abuelos… Todos abrazados y atentos mientras el capitán y jugador de la selección española, Álvaro Morata, levantaba al cielo de Berlín la Eurocopa. En ese momento y de manera unánime, a casi tres mil kilómetros de distancia, desde Berlín hasta Málaga, un grito atronador marcó el inicio de los festejos.

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