El aparentero

Mañana contra Hungría Cristiano Ronaldo puede seguir igual, mejorar o inventar nuevas posturitas para poner de los nervios al personal. Mientras, Messi lleva camino de levantar la Copa América Centenario (parece un coñac). También juega el miércoles contra EE UU. Pero él, las semifinales. De momento, ha alcanzado a Batistuta como goleador de la selección argentina con 54 tantos (Mi record no me lo saca un normal, no es un terrestre, es un marciano). Messi es la diferencia en su equipo. Hasta lo siguen en dejarse barba (Kun Agüero e Higuaín). Hemos descubierto que Messi es pelirrojo pero no que es el mejor, pese a que Maradona le susurrara a Pelé que no tiene personalidad para ser un líder. También dijo hace años, después de un gol de Messi contra Francia: A ver si es verdad que va a ser mejor que yo.

Cristiano tiene mucha personalidad. En los dos partidos que lleva en la Eurocopa le ha servido de poco, salvo para convertirse en el jugador más ridiculizado. Elena Fortún utiliza en Celia en la revolución el adjetivo aparentero. Cristiano Ronaldo lo es. No hacía falta que Borges sostuviera que el fútbol despierta las peores pasiones. Cristiano por sí solo también las despierta. Es verdad que mucha gente me odia, ha llegado a admitir. No se parece a ese David Beckham tan mono: Me encanta demostrar a la gente que se equivoca sobre mí. Es difícil equivocarse con Ronaldo. Con el tipo que pregunta ¿quién eres? a un pobre jugador islandés que le pide la camiseta. Pero también es el tipo que se hace gustoso una foto con un fan que saltó al césped del Parque de los Príncipes al acabar el Portugal-Austria. Es más, esperó a que el muchacho ajustara su teléfono para hacer la foto. Y se dejó dar un beso por el joven antes de ser expulsado por los miembros de seguridad. Yo prefiero que Portugal siga. Aunque Cristiano se quite la camiseta y haga como los gorilas. Uuuuuh.