Parafraseando la saga de personajes ilustres malagueños de las viñetas de Ángel Idígoras en este diario, el ciudadano anónimo local Atanasio Rodríguez fue visto en La Rosaleda en el España-Noruega sin vestir una camiseta de la selección. Valga el chiste para describir el ambiente ... vivido en el feudo de Martiricos, que si el Málaga no lo evita con un milagro en las próximas semanas, parece abocado a revivir sólo grandes noches de fútbol en citas como la disfrutada este sábado, pero no con su club más representativo.
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Desde horas antes del partido fue constante el hormigueo de aficionados con el 'look' para la ocasión. Las puertas del recinto se abrieron algo antes de lo habitual en encuentros ligueros y el rojo presidió el decorado del partido. La coincidencia de colores con los seguidores noruegos, cuya primera camiseta también es colorada, situados en una de las esquinas altas de Tribuna, permitió una uniformidad absoluta en el recinto.
Fue hasta cierto punto complementario que la Federación Española repartiera cientos de banderas de tela de gran formato, que muchos aficionados se colgaban del cuello a modo de capa, poque ya iban ataviados con camisetas de diferentes épocas de La Roja, alguna incluso sorprendentemente antigua. A nivel de selecciones, la segunda o tercera camiseta apenas se venden, a diferencia de los clubes. Prima la titular.
Málaga se volcó una vez mas con la selección, en su undécima cita en La Rosaleda, la cuarta de carácter oficial y en la octava victoria. Fue otro lleno hasta la bandera como el vivido en 2022 ante la República Checa en la Liga de Naciones. Pero sería injusto achacar sólo a la respuesta local el éxito de taquilla y de ambiente, porque a la cita acudieron entusiastas de otros muchos puntos de Andalucía y de España. Se pudieron ver pancartas de Baeza (Jaén) y Elche (Alicante), por citar sólo algunas localidades, y es que la cita no era en absoluto intrascendente, al ser el inicio de una nueva etapa en el combinado nacional, con el estreno en el banquillo de Luis de la Fuente.
En esta histórica fecha el descorche goleador fue inmediato. A los 13 minutos llegó el gol de Dani Olmo desviando un tiro de Balde y, si De la Fuente, reconocía en la previa que «queremos empezar bien», en referencia a un estreno con victoria, por lo que puede suponer para el nuevo proyecto en cuanto a «confianza y seguridad», qué mejor que abrir la lata tan pronto.
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El espectáculo estuvo en el campo y en las gradas. La afición coreó ese himno nacional sin letra en pie, los equipos saltaron al césped con los acordes del 'Himno de la Alegría' y una pancarta de la UEFA apelando a la paz, en recuerdo de la guerra en Ucrania. Iago Aspas, una de las grandes novedades de la lista en su regreso a la selección a los 35 años, fue el más aclamado al recitarse la alineación por megafonía, y una gran lona en Tribuna lanzaba el mensaje 'El país más rico del mundo' mientras saltaban al campo los equipos en la promoción de la marca 'Alimentos de España'.
En el palco del estadio se pudo ver al presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales; al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, Arturo Bernal, y el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, entre otras autoridades.
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Apenas se necesitó un cuarto de hora de partido para que la grada comenzase a ejecutar la ola, y no faltó ese momento tan de la nueva generación de poner los móviles en modo linterna para iluminar la noche primaveral en Málaga. Entre los jugadores, hubo mucha expectación con todas las apariciones que tuvo Gavi en el partido, y se coreó también a Dani Ceballos no se sabe si por su condición de andaluces (no hubo malagueños en el campo) o por representar a los dos 'grandes', el Barça y el Real Madrid.
Aunque se sufrió por momentos por el resultado, la victoria y el inicio de la fase de clasificación para la Eurocopa no pudo empezar mejor. Y coronando a Joselu, el único debutante en el césped, con dos goles en apenas cuatro minutos, desde que saltó al campo y en sus dos primeros contactos con el balón. «¡Yo soy español español, español!», coreó toda la grada aliviada tras el 3-0. De vuelta todos contentos con el resultado, en especial una aficionada, Laura Sánchez, que tuvo premio doble, porque se llevó un viaje en crucero de uno de los patrocinadores federativos.
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