El Barça da el primer golpe en el Bernabéu

Una defensa enorme, la misma que le ha llevado a liderar la Liga con solo ocho goles encajados en 23 partidos, fraguó el éxito parcial del Barça. También el error grave de Camavinga en la salida que preludió el 0-1. Los puristas, empezando por Xavi, presumirán toda la vida del estilo del Barça, de que es más importante cómo ganar que conseguirlo, pero la realidad es que los culés vencieron anoche tal y como hubiera firmado el Cholo Simeone. Sus figuras, Araujo, Marcos Alonso, sustituto a última hora del lesionado Christensen y Kessié.

Se trata de un duelo largo de al menos 180 minutos, pero la tensión era latente. La Supercopa está todavía reciente y el 'caso Negreira' calentó la caldera del Bernabéu tanto o más que la cercanía de una final. Ya en los prolegómenos se celebró una manifestación en los aledaños del estadio con el lema 'corrupción en la federación' y lanzamiento de billetes falsos de 500 euros con la cara de Laporta al autobús del Barça.

Salieron ambos con lo previsto. Al ser partido grande, Ancelotti antepuso los galones al estado de forma y alineó Kroos y Modric. Camavinga ejerció de ancla porque Tchouaméni sufre desde ese penalti fallado en la final del Mundial. En el Barça, Xavi tenía bastante menos donde elegir debido a las bajas de cuatro titulares indiscutibles, sus tres mejores goleadores y el referido central danés.

Tampoco sorprendió el juego en la puesta en escena, con un Madrid más dominante que en ese duelo de Arabia Saudí y el reciente derbi ante el Atlético. Y un Barça más replegado de lo habitual porque venía de dos derrotas seguidas y su objetivo era dejar viva la eliminatoria para la vuelta. Vinicius encaraba, aunque Araujo es mucho uruguayo también de lateral, igual que en Riad, y Benzema aparecía bastante. Se le anuló un golazo al francés por un claro fuera de juego previo.

Mediado el primer acto, una acción descontroló el partido. Se produjo un asalto de lucha libre entre De Jong y Vinicius que terminó con amarilla para el brasileño, la hinchada indignada y el brasileño protestándo en la cara del árbitro y con algún gesto que le pudo costar la segunda. Aunque a Xavi le gusta el gobierno de la situación a partir del toque, le vino de maravilla esta vez que la cita se enredara. Duelo áspero, duro entradas muy a destiempo de Carvajal y Gavi, y un error clamoroso de Camavinga que propició el 0-1. Pase hacia atrás impropio de un mediocentro y el regalo lo aprovecharon Ferran y Kessié, con carambola final entre Courtois, Militao y hasta Nacho. Gol en diferido porque primero se anuló y luego se concedió a instancias del VAR. Desde ahí al descanso, puro desgobierno.

Toque de corneta de Carletto en el descanso y salida en tromba del Madrid tras la reanudación. No le quedaba otra. Achicaba agua el Barça con todos los jugadores por momentos por detrás del balón, pero a los blancos les faltaba algo de paciencia y una mejor ocupación de los espacios. Mucho dominio, pero sin ocasiones. Ter Stegen solo tuvo que lucirse para desviar un centro pasado del infatigable Vinicius.

Ancelotti movió su primera ficha. Al ataque. Fuera Nacho, dentro Rodrygo, Camavinga al lateral y Kroos de medio de cierre. Enorme riesgo. Corrigió pronto, en cuanto el Barça rozó el segundo en una contra en la que el recién entrado Ansu Fati, gafado, salvó el probable gol de Kessié. No le dio tiempo ni a saltar al joven delantero. A renglón seguido, entró Tchoauméni y se fue Kroos. El Madrid ya había perdido fuelle. Normal. Esta vez, ni Álvaro Rodríguez evitó la derrota. Nuevo golpe del Barça a la moral de su archirrival. La teoría de los vasos comunicantes.