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De vuelta de una estancia en Argentina y un año después de dejar la dirección deportiva del West Ham United, Mario Husillos (Buenos Aires, 1959) no deja de ver fútbol y de preparar su regreso a la actividad. Atiende a este periódico para comentar sus ... últimas experiencias y analizar la evolución del fútbol y del mercado. Tampoco elude las preguntas sobre el Málaga. No escurre el bulto.
-¿Qué es de usted ahora? ¿Sigue en el mercado o ya se retiró?
-He estado este año sin pensar en cosas del trabajo, pero sí en el fútbol. Le he dado vueltas en la cabeza a muchas cosas. Me reúno con mi grupo de trabajo (su hijo Mario y su inseparable Claudio Carsi), me meto en casa los fines de semana y veo mucho fútbol. He tenido reuniones cara a opciones de futuro, pero prefiero escoger mucho. He trabajado en treinta clubes. Me gusta conocer mundo. No depende de que me paguen más, sino de que sea un club en que realmente se pueda hacer algo. Que los medios que te dan sean acordes a lo que te piden. La locura de la dirección deportiva es que no se quiera gastar pero se pretenda ganar mucho dinero, quedar campeones y promover jugadores de las categorías inferiores...
-¿Cómo fue su etapa en Inglaterra en el West Ham United?
-Fue bonito traer jugadores que realmente quieres. Hay diez clubes grandes en Europa (los Bayern, Paris Saint-Germain, Real Madrid, Barça,...) cuyos fichajes no puedes tocar, pero a partir de ahí tienes abierto todo el mercado. Tiene su encanto también descubrir jugadores, pero a todos les gusta trabajar con los mejores futbolistas. Sin embargo, el de Inglaterra es un mercado durísimo. Donde hay dinero hay mucha mosca alrededor y mucha presión de intermediarios, que hablan con los dueños de los clubes. Pero nos respetaron en cuanto a traer jugadores sólo a los que dimos el OK. El director deportivo mucho tiempo en lo que hay alrededor y no en lo concreto de ver a jugadores y analizar. Más a mí, que me gusta quedarme corto en fichajes y tener una base de jugadores. Pero te obligan a hacer movimientos. Lo que es tremendo es que si a un joven no les haces unos contratos te lo quitan, y muchas veces no ha demostrado nada. Una vez firmado esos contratos, si no llega, nunca se consigue que bajen sus emolumentos. Es como el caso de Bale en el Real Madrid. Tuve muchas peleas por eso.
-En el fútbol actual no hay proyectos de continuidad. Los jóvenes pasan por numerosas canteras, los equipos cambian una mayoría de la plantilla de un año para otro...¿Está dominado todo por los representantes?
-No llegaría a decirlo así, pero estoy de acuerdo. Cuando firmo a un jugador les digo: 'Este contrato que firmamos es por si eres un desastre'. Como haga media cosa bien, ya vendrá el representante pidiendo otras opciones de salida y señalando que el jugador está a disgusto. Siempre son complicaciones. A los que quieres sacar porque no se quieren ir, y los que sí funcionan, porque quieres que se queden y desean irse. La función nuestra ya no es hacer la plantilla y ya está. Hay muchos problemas.
-¿Ha conocido representantes en los que confiar?
-Algunos sí, pero la mayoría no son serios. Hay que entenderles. Cada uno tiene su interés.
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-¿Se debe más al club o al entrenador en su puesto?
-Cien por cien al club, que es el que marca las directrices. Hay ejemplos dolientes, que parecen enemigos de la entidad, sabiendo incluso cuál es la situación. Un ejemplo muy positivo es el Málaga actual. Esto es lo que tenemos y hay que sacarle rendimiento a esto.
-¿En qué cree que es superior la Premier League como organización a la Liga española?
-Sobre todo, en conocer el calendario. Saber cuándo toca jugar todo el año. Luego, el cuidado de los estadios, la organización, los circuitos de paso, el trajeado... Hay una organización muy firme. A lo mejor el nivel no es tal, pero la fachada es espectacular. Y están los mejores jugadores.
-Aunque no acabe de ser del todo futbolísticamente competitiva...
-No creo que esté el mejor fútbol ni los mejores equipos.
-¿Qué fútbol sigue ahora?¿Le aburren ciertas competiciones?
-No. Ni la final reciente de la Copa Libertadores. Fue casi ilegal. Perder la pelota y hacer falta para no dejar jugar. Pero me gusta ver con qué cabeza se desenvuelven. De ver fútbol me gusta el francés, el inglés en algunos casos, el español...
el sueldo de messi
-¿Usted también usa esos términos que se han puesto tan de moda como 'defender en bloque medio' o 'presión alta'?
-Es vocabulario nuevo, igual que sucede en el mundo de la informática. Lo que sí es verdad que muchas veces discuto cosas a nivel táctico que se dicen, como la importancia de presionar arriba, porque se dice mucho que cuanto más cerca de la portería rival se recupere más cerca se está de marcar. Parece innegable, pero es mentira. Si tienes un equipo con gente rápida arriba, la presión alta no te interesa, sino que el rival venga y cortar y salir. La clave es que los futbolistas crean y confíen en lo que dice el entrenador. Cada vez hay más opiniones en torno a un equipo, incluso de los representantes, que llevan a un jugador y a lo mejor también al entrenador. Se vuelve todo más ingobernable. Hay que aunar esfuerzos y ser un líder.
-Un equipo en el que no corran todos y no se presione desde arriba, ¿ya no es competitivo?
-Si tienes a Messi puedes liberarlo, pero hay que ser un bloque, molestar al rival, no dejarlo jugar. Diferencias las marcan sólo diez o quince futbolistas hoy en día. Es la eterna discusión de Segunda. ¿Por qué es tan difícil de prever?
-Porque no hay jugadores que marquen la diferencia.
-Claro. Un jugador que vale un millón será mejor que otro de cien mil euros. Pero esa mejora no alcanza seguramente para ganar partidos. Ahora, si tienes un jugador que te garantiza 20 o 25 goles, este sí hay que traerlo. Cuanto más bajas de nivel es más importante la organización y el balón parado. Si fuese director deportivo de un club de Tercera, la prioridad seria un par de buenos 'pateadores' y altura. Si me aseguro eso, como no hay calidad.
Sobre en-Nesyri
-¿Quién o quiénes pueden aspirar a heredar el trono de Messi y Cristiano Ronaldo?
-Para mí es clave la continuidad que han tenido durante más de una década en lo físico, sin lesiones. Hay jóvenes que tienen condiciones, como Mbappé o Haaland, que juegan mejor que los demás, pero para llegar al nivel de estos dos primeros tienen que estar diez años metiendo 35 o 40 goles por temporada. Es como la discusión de Messi o Maradona en Argentina. Diego tuvo puntos tan altos, pero tan contados, que ¿quién es mejor? En el aspecto anímico allí a nadie de más de 50 años y que piense que Diego es mejor le vas a demostrar con números que Messi ha sido mejor. El corazón de él ya dictó sentencia. La continuidad de Messi deja a Maradona muy detrás.
-¿Cómo ha vivido la muerte de Maradona?
-Ha sido muy triste el 'show'. Cada uno jugando sus cartas para sacar ventaja. Por la situación física y médica en que estaba hay que dejarlo descansar en paz, pero esto no va a acabar porque vende mucho. Diego se ganó el cariño de toda Argentina por todo lo que hizo y me quedo con eso.
-¿Es un abuso el sueldo que cobra Messi o lo genera?
-Es algo que ha pactado libremente con su empleador. Lo demás es folclore. Si un empleado de un chiringuito puede ganar cien euros más en el de al lado... ¿A los jugadores les van a criticar por eso? Si son sumas tan astronómicas es porque las generan. Así de simple. Otra cosa es que en plena pandemia a lo mejor hay que sentarse a repasar un contrato, porque hay una realidad diferente.
-¿Ha traído bien al fútbol el VAR?
-Estoy seguro de que en tres años tendremos uno diferente. Este actual no da continuidad al juego. Cualquier cosa que ayuda a una cierta justicia es bienvenida, pero tiene que ser que del 95% de los casos veamos todos que hay justicia. Cuando vemos que en unas acciones dice esto y en otras lo contrario es como un árbitro más que se puede equivocar. En lo que tiene discusión es en el fuera de juego. Tendrá que evolucionar el VAR a cosas más concretas. Y cada vez va a haber más árbitros. Se empezó con uno, luego tres, luego llegó el cuarto, y se situaron hasta dos en las porterías. Va a llegar un momento en que habrá 24 árbitros y diez jugadores en el campo.
sobre el var
-En-Nesyri llegó al Málaga estando usted en la dirección deportiva y ha llegado a ser'pichichi' provisional de Primera esta campaña. ¿Le sorprende?
-Es un jugador difícil de clasificar. Creo que tiene muchas condiciones físicas, muy buena relación con el gol y un margen de mejora en lo táctico y en los movimientos para aprovechar eso. Vino con 18 años y ya se notaban sus condiciones, pero hacía movimientos desconcertantes.
-Usted que conoce bien el club, ¿son cifras irreales para el West Ham pagar esos 30 millones por él con los que se especula?
-Para nada. El West Ham puede pagar eso por un delantero que le parece importante y tiene valor de reventa. La clave es que si pagas por un traspaso hay que ponerse en la peor de las situaciones. Si lo que estoy pagando lo podrá ofrecer otro club. Que tengan salida. Porque te puede afectar al 'fair-play' financiero.
-¿Cuánto tiempo cree que le llevará al Málaga volver a la élite?
-Creo que si no se da algún milagro, la única manera de que el Málaga vuelva a ser lo que tiene que ser un club y ciudad como esta es que el administrador judicial venda el club a la persona correcta. Pero nadie que venga va a poner 30 o 50 millones para que los malagueños seamos felices. Lo mínimo que hay que pedir es que a ser posible sea alguien de la tierra, que sienta esto y que, si ha de ser formando parte de un negocio, en cauces legales, que haga una inversión para elevar algo el límite salarial. En Segunda hay mucha igualdad, y sorpresas a veces se dan, pero para ser candidatos a subir hay que tener acceso a los mejores jugadores. No puede ser que te los quiten cada año. A mí me pasó, pero todas las plantillas que armé cumplieron el objetivo, a pesar de que jamás se pudo invertir. Cuando llegué el club ya estaba en descomposición. Para jugar la Champions los fichajes fueron todos con la carta de libertad: Iturra, Saviola, Santa Cruz... y vendiendo previamente a Cazorla. Ahora la gente lo entiende, que había que vender obligado. Los únicos jugadores que compramos en mi etapa eran jugadores claros: Amrabat, que vino cedido y pagamos una opción de compra luego porque había un dinero a ganar en el futuro, como así fue; Antunes, al que trajimos cedido y luego compramos,... a Pablo Pérez sí lo compramos pero luego se vendió en la misma cantidad. Fue justo cuando salí cuando se empezó a comprar: los Cecchini, Rolón,...
-Se habla mucho de inversores, pero ante la complicada situación judicial del club, ¿realmente cree que hay personas interesadas?
-Sí. Puedo asegurar que hay gente muy importante que compraría el club con los ojos cerrados, pero sea cual sea el perfil debería haber gente malagueña involucrada, que también tendrá que poner unas condiciones. El Málaga es un caramelo, 'superapetecible'. Tiene todas las cosas que le gustan a los inversores: capital de provincia, un gran aeropuerto, una ciudad a la que le gusta el fútbol y un club que apenas tiene deudas. Las que tenga son mínimas. El problema es que la gente no quiere comprar un lío, pero ya se han dado pasos muy positivos y alguno que sólo lo podía dar un administrador judicial. Me sorprendió mucho lo del ERE, no desde la patronal, pero sí desde la AFE. No se le ha dado importancia, pero era muy difícil sacar a ciertos futbolistas con determinados sueldos y amortizaciones.
-¿Valió la pena tocar la gloria de la Champions para luego caer así?
-Cien por cien. Fue algo maravilloso. Yo ya viví decadencia en tiempo anterior a ese sin un premio previo. Lo que es una pena es que no seamos capaces de que alguien de aquí, comprometido, venga. El fútbol hoy, bien llevado, es un buen negocio. No hay que poner dinero, pero sí de entrada para darle al club el nivel. La afición no quiere pensar con la cabeza, quiere sentir. Hablo con mucha gente del club. A la dirección deportiva entera, Manolo Gaspar, Martín Viberti y Capote, los llevé yo a debutar. No es que rescatara talento de otro sitio. Basti está en el club porque dije que tenía que volver.
-¿Se siente en este momento impopular cara a la afición malaguista?
-No lo creo. Pero he vivido siete etapas y hay momentos en que la gente se cansa. En la última ya fue tremendo. Cuando me llamaron estaba viendo el Juventus-Olympiacos y me metí en un equipo que llevaba un punto de ocho partidos jugados. Sabía dónde iba, pero me podía el corazón.
¿Habrá una octava etapa de Husillos en el Málaga?
-De director deportivo lo descarto. Esa etapa está terminada. Ahora mismo estoy para algo por debajo, porque desgasta menos tener un jefe, o por encima, por la experiencia que he tomado en otros clubes. El Málaga es mi club, mi casa. Un no rotundo no habría.
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