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Atención a la marejada europea que vamos a tener a nivel futbolístico. Y además, en plena recta final del Campeonato. Tres equipos españoles en danza ... y los tres, y sus rivales, con suficientes rencillas entre ellos para que el morbo esté servido. Equipos e ingredientes que manejados por un buen barman brindarán un cóctel de sensaciones y de emoción, seguro. Así que vamos allá.
Lo más fuerte es ese emparejamiento Manchester City-Real Madrid, tercero que se da en tres años entre los últimos campeones de la Champions, con balance favorable, de momento, al equipo de Guardiola; promesa también del espectáculo que pueden brindar Haaland y Belingham frente a frente, entrenadores aparte.
El Barcelona-PSG de Luis Enrique está 'repleto' de morbo; es como la vuelta a casa del entrenador que le dio los últimos títulos europeos al club catalán y que vuelve a sonar como sustituto de Xavi... Si es que se va. Es la vuelta también del discutido Dembelé, y será la expectante presentación de Mbappé, ya casi madridista. Casi nada.
El tercer participante español en estos cuartos de final de la Champions, Atlético de Madrid, parece ser el más favorecido en el sorteo y se las verá con el Dortmund, de tan infausto recuerdo en Málaga, el del 'robo', ya saben... Los del Metropolitano ya han tenido la oportunidad de adelantar el morbo en su encuentro liguero con el Barcelona, en el que Joao Félix y Griezmann tenían cuitas pendientes. Pero lo peor fue ese correctivo (0-3) que los de Xavi les infrigieron en vísperas de la Champions. Por si fuera poco, la bronca de los seguidores sería de las más monumentales jamás vividas en los estadios colchoneros. Feo panorama para lo que se les viene encima.
Así pues, preparados estamos para esos cuartos que, seguro, darán mucho que hablar. Sin embargo, se me hace difícil soslayar esa pérdida de Brahim para la selección. Las explicaciones del entrenador no merecen el crédito de quien, cuando se produjo el relevo en la Federación, bailó al son que más le convenía. Menos mal que, por aquí, el Málaga nos mantiene viva la esperanza.
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