Carlos Aranda: «Tuve una pelea fea con 15 años, pero no entré en el correccional por mis tíos»

En una entrevista en 'Relevo', el malagueño Carlos Aranda y Raúl Bravo han reaparecido analizando su pasado. Ambos exfutbolistas explican el origen de su amistad, su pasado tanto en su época como canteranos del Real Madrid como fuera de 'La Fábrica', y la importancia de Vicente Del Bosque para que permanecieran en ella, así como su relación con las drogas, elemento que marcó a ambos durante sus infancias por los fallecimientos de sus padres a causa de la drogadicción.

"De no ser por el fútbol, yo creo que habría acabado mal, porque ya iba por el mal camino. Estuve cerca de acabar mal, y eso que llegué a ser futbolista profesional, así que imagínate. Cuando firmé por el Madrid había estado tres días en los calabozos con 15 años por una pelea, una pelea fea. De hecho, no fui al correccional, y el otro que estaba conmigo, sí, porque mis tíos me ayudaron, yo creo que pagaron para que no entrara. Pero ahora yo tengo claro que hay que trabajar y hacer las cosas bien, sobre todo por mis niños", Aranda.

Ambos futbolistas destacaron la labor de Vicente Del Bosque en que no descarrilaran definitivamente. "Nosotros fuimos una apuesta de Del Bosque. Él dijo: 'si a estos dos los dejo irse, se nos pierden'", explicó Aranda. Bravo reconoció que "a mí me echaron del hotel del Real Madrid. Del hotel no te podías ir hasta que no llegaras al segundo o el tercer equipo. Pero Del Bosque, en aquel momento director deportivo de la cantera, me dijo que estaba revolucionando a los demás chavales".

Inevitablemente, las drogas son un lazo que une a ambos futbolistas. Carlos Aranda perdió a su madre por la drogadicción y el padre de Raúl Bravo falleció por el mismo motivo. Ambos relatan que es simplemente "un dato. Al final somos amigos porque si pasas tiempo con una persona y te lo pasas bien, vas creando un vínculo", pero sin duda tuvo que ser un importante punto en común cuando se conocieron. "Yo personalmente, la droga no quiero verla ni en pintura. Ni siquiera he tocado un cigarro con mis manos. Cuanto más lejos tengas la droga del entorno familiar, mejor. Si tú a un niño no le pones ese tipo de cosas en el camino, es más difícil que se desvíe", explicó el malagueño.

Por otro lado, Bravo reconoció haber "probado más cosas, yo he sido un poco más rebelde de joven. Recuerdo que con 16-17 años íbamos a una discoteca a 50 kilómetros y nos poníamos 'moraos', pero llega un día que te ves que estás en el segundo equipo del Madrid y dices: 'estoy a un paso de la puerta', y si no dejas de hacer tonterías todo puede irse a la mierda", expresó.

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