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Julen Ensunza
Lunes, 27 de enero 2025, 20:10
El juzgado de instrucción número 4 de Tarragona ha admitido a trámite la querella presentada por el Nàstic de Tarragona por un posible delito de falsedad documental y corrupción en el deporte contra el árbitro Eder Mallo Fernández, que dirigió la pasada campaña el encuentro entre el conjunto catalán y el Málaga en el que se jugaban el ascenso a Segunda División. El choque tuvo lugar en junio pasado y fue el cuadro andaluz el que logró finalmente el ascenso tras empatar (2-2) en el añadido de la segunda parte de la prórroga del encuentro de vuelta. Los malagueños se habían impuesto 2-1 en la ida.
El Nàstic decidió el pasado 10 de diciembre acudir a la justicia –primer equipo de fútbol que denuncia a un árbitro por la vía penal– al entender que el colegiado le perjudicó de «forma premeditada», según un informe encargado a la agencia de investigación privada Método 3. Ese trabajo forma parte de una batería de pruebas que el Nàstic de Tarragona adjuntó en su momento en los juzgados sosteniendo la demanda.
La juez señala ahora en su resolución que los hechos recogidos en la querella «poseen entidad suficiente» para ser constitutivos, «al menos indiciariamente», de un delito de falsedad documental y corrupción en el deporte. El club tarraconense se congratuló este lunes de la decisión judicial y señaló a través de un comunicado en las redes sociales que «continuará defendiendo la dignidad y honorabilidad de la entidad».
El árbitro Eder Mallo Fernández, que tuvo que abandonar el Nou Estadi Costa Daurada escoltado por la Policía, recogió en el acta del encuentro que llegó a temer por su «integridad física, al ver cómo aficionados abrían la puerta» y le increpaban mientras que la seguridad del estadio le indicó que era «imposible retirar y controlar a esta gente puesto que, según nos dicen, son varios directivos y propietarios del club», detalló.
Estos hechos acarrearon al Nàstic un duro castigo. La Federación decretó el cierre del campo durante cuatro partidos, además de imponer al club una multa de 9.000 euros. El auto judicial entiende que el acta arbitral contradice la versión de los Mossos d'Esquadra, que confirman que hubo insultos contra Mallo Fernández, pero «en ningún caso se vio comprometida la integridad física» del trío arbitral, ya que «el vestuario de estos se encuentra en un pasillo de acceso restringido y garantizado por vigilantes de seguridad».
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