

Secciones
Servicios
Destacamos
Óscar Bellot
Domingo, 18 de diciembre 2016, 14:35
En un choque que sólo los devotos del 'noventayramos' podían imaginar, Benzema iluminó a un equipo encomendado a la magia del francés, quien completó su partido más sobresaliente de la temporada. Para la posteridad quedará el hat-trick de Cristiano Ronaldo, firmante de una nueva página en la historia blanca al convertirse en el máximo goleador de su equipo en el Mundial de Clubes. Superó precisamente el luso al '9', quien había igualado con su gol en la final a Nicolas Anelka. Pero fue el galo el que realizó una faena merecedora de las dos orejas y el rabo. Del minuto 1 al 120, Benzema sentó cátedra en cada una de sus intervenciones, entendiendo a la perfección lo que demandaba el choque.
Tiempo hace ya que Cristiano Ronaldo se ha afincado en el lugar propio del delantero centro. Ante el Kashima, el portugués apenas si pisó la banda, arremetiendo continuamente por el centro. Nada nuevo en la presente campaña. Despojado de la condición de vértice del ataque, a Benzema se le había visto incómodo hasta este domingo. Claro que pocos goleadores se le asemejan en inteligencia y visión de juego, por lo que sólo era cuestión de tiempo que se acomodase en su nuevo hábitat. Y lo hizo justo el día en que más lo precisaba su equipo.
Como en la semifinal ante el América, fue él quien abrió la lata en el minuto 9 tras recoger un rechace del portero a disparo de Modric. Un tanto que parecía poner franco el partido. A partir de ahí se convirtió en el socio perfecto para todos. Especialmente para Cristiano Ronaldo, a quien puso en bandeja el que pudo ser el tercero de los de Zidane con un pase que dejó al luso solo frente al arquero. Lo evitó una milagrosa intervención con el pie derecho. Eran numerosos los excelsos detalles que había dejado para ese entonces, como el remate a la media vuelta que ejecutó tras un toque de Cristiano a pase de Marcelo en el 72 que detuvo el guardameta japonés o el taconazo desde la derecha con el que pretendía dejar solo a Isco once minutos después.
Hubo que aguardar hasta la prórroga para que el Madrid desnivelase un encuentro que se le había puesto muy feo. Ahí sí funcionó la sociedad entre los dos integrantes de la BBC que estaban sobre el césped. Benzema metió el esférico y Cristiano embocó a gol. Por el camino incluso había tenido tiempo de sacar el balón del área de Keylor Navas en un córner botado cuando los nipones tenían contra las cuerdas a los de Zidane. Benzema sumaba esfuerzo y sacrificio a la calidad el día en que volvió a demostrar que cuando se le necesita es el más listo de la clase. Para remachar, alcanzó a Butragueño como noveno máximo artillero en la historia blanca. Ante el Kashima sumó el gol número 171 desde que arribó a Chamartín. El siguiente en caer será Pirri.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.