Sin errores relevantes

Lo positivo: La experiencia es su mejor virtud. Las ocho temporadas en la categoría se lo ha permitido. Esta condición le ha ayudado a controlar el juego sin excesivos aspavientos modificando lo que le distinguía en actuaciones anteriores. Sereno, sin dejarse llevar por la tensión que mostraban unos y otros, porque los puntos en juego significaban mucho. Siguió el juego a la distancia recomendable para una visión adecuada, aunque muy cerca en alguna de ellas, lo que provocó alguna que otra interrupción.

Lo negativo: La relajación que en algunas acciones claras pareció tener. Valga una muestra con el claro derribo al comienzo del segundo periodo de Delmás sobre Naranjo en la frontal del área malaguista, con él cerca de la jugada. Necesitó de las indicaciones por medio del pinganillo del cuarto árbitro, el vasco Valasco Arbaiza para señalarla y recomendar también la amonestación. Anduvo deficiente con el uso de las tarjetas. Sin objeciones a las mostradas salvo la que ve Esteban Burgos por un contundente despeje del balón, fue algo que pudo evitar. Sin embargo, debió enseñarle la segunda a Erik Morán, que habría representado su expulsión.