Duelo de generaciones en la Super Bowl

Cuando se anunció su fichaje por Tampa Bay, una franquicia con poco palmarés y recorrido en las fases finales, una de las apreciaciones que se hacía en la prensa estadounidense era la siguente: «Pues ahora llevará a los Buccaneers a la Super Bowl». Creer de verdad que acabaría pasando, eso no lo creía nadie. Hace dos semanas, lo que era imposible, se convirtió en realidad, tras vencer los Buccaneers a los Green Bay Packers en la final de la conferencia.

Brady se lo ha vuelto a demostrar a todo el mundo y también a sí mismo. Y como tantas veces en su larguísima carrera ha vuelto a pulverizar todos los récords. Son ya 18 temporadas jugando los playoffs y por décima vez estará en la Super Bowl. Tantas veces como ningún jugador y el doble de veces que cualquier otro quarterback en la historia de la NFL. Esta noche el mundo aguarda un duelo de generaciones. Brady, 43 años, se mide a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes (25 años), que puede lograr la defensa del titulo. Los Chiefs ya levantaron la Super Bowl el año pasado. En el caso de Mahomes, la memoria de jugar una gran final permanece fresca. Tanta experiencia en preparar el partido más importante de la temporada como Brady, sin embargo, no tiene nadie. En su décima Super Bowl, además, cuenta con la ventaja de jugar en casa. La sede para la final de la NFL es el Raymond Jones Stadium.

A pesar del coronavirus, se jugará frente a 22.000 espectadores. La capacidad de esta arena en circunstancias normales permitiría acoger a 75.000 personas. Es la primera vez en la historia que el equipo de la ciudad anfitriona también disputa la Super Bowl. «Siempre que puedes ser el primero en lograr algo es bonito», comentó Brady en la previa a la gran final. El partido comenzará a las 00:30 (hora peninsular) en la noche del domingo al lunes y se podrá ver en Movistar+. Con seis Super Bowl en su palmarés, ya lidera el ranking de la NFL. Todos los títulos los alcanzó con los New England Patriots, de los que se despidió en marzo de 2020.

Después de un inicio de temporada con dificultades, también por la falta de entrenamientos a causa de la pandemia, los Bucaneers empezaron a carburar gracias a Brady. Antes de su llegada, los Bucaneers eran conocidos por ser un notorio equipo de perdedores. «La fe que le ha transmitido a cada uno que trabaja en esta organización, de que esto sería posible, ha sido clave», resaltó Bruce Arians, el entrenador de los Bucaneers, a quién se debía el inesperado éxito.

Brady contra Mahomes es ahora también el duelo entre los quarterbacks que han ganado la Super Bowl en los dos últimos años. La última vez que se enfrentaron en una fase caliente de la temporada fue en 2019, durante la final de conferencia de la AFC. Entonces, el vencedor fue Brady, que logró el pase a la Super Bowl. En la fase regular de esta temporada, los Chiefs ganaron a los Buccaneers 27:24.

El duelo de esta noche también enfrenta al maestro con quien aspira a ser su legítimo heredero. Mahomes es la encarnación del talento natural. Reúne todo aquello que caracteriza a un buen quarterback: un increíble brazo lanzador, un sobresaliente físico, una sorprendente inteligencia sobre el terreno de juego, una memoria cuasi fotográfica y una ambición indómita por seguir creciendo.

Ya, en 2017, durante las pruebas que se realizan a todos los jugadores que aspiran a ingresar de la universidad a la NFL, sus lanzamientos alcanzaron una velocidad cercana a los 100 kilómetros por hora. Nunca antes un joven había lanzado tan rápido. Al margen de sus cualidades físicas, la madurez mental de Mahomes es igual de llamativa: desde que en 2018 se convirtiera en el primer quarterback de los Chiefs, Mahomes demuestra semana tras semana que tiene un amplio abanico de jugadas para cualquier situación de partido. Puede lanzar desde cualquier ángulo o sacar un pase aunque esté bajo presión.

Que dos prodigios de este deporte se enfrenten cara a cara es motivo suficiente para no dormir.