Juan Luque, el más veterano del Maratón de Málaga

A sus 78 años, Luque será, según asegura la organización de la prueba, el participante de mayor edad en disputar la novena edición del Zurich Maratón de Málaga de este domingo, que ya ha batido el récord de inscritos con cerca de 9.000 personas entre la distancia de 42 kilómetros y los que correrán en la media maratón (21 kilómetros). Él lo hará en la más extensa, como siempre. A sus espaldas carga ya con más de 60 carreras de larga distancia por toda la comunidad: medias maratones, maratones y otras pruebas de ruta como la Subida al Veleta o el trail de Jarapalos. Y en el caso de la cita de la capital costasoleña, sólo ha faltado a una de sus ediciones, por motivos médicos. Una etapa superada, porque el torremolinense se encuentra en un gran estado de forma.

Además, no se trata de un atleta 'amateur' cualquiera. El experimentado corredor es uno de los pioneros y fundadores del Club de Atletismo Torremolinos, el cual preside desde hace ya más de una década. Pero, ¿de dónde le viene esta vocación deportiva? Luque es el perfecto ejemplo de una generación que se crio en el campo, gracias a la tradición de sus abuelos y sus padres; tanto él como su mujer han continuado esta labor toda su vida y también fue en el ámbito rural donde descubrió su afán por correr. «Mis abuelos me llevaban al campo a coger perdigones, de los que quedaban por ahí de las aves», relata anecdóticamente. Y continúa contando su historia: «Entonces éramos un grupo de compañeros de la zona a los que nos gustaba correr, aún cuando apenas lo hacía nadie, nos veían como unos locos. Ellos me motivaron a empezar con las carreras que había por la zona y después con los maratones, desde que nos llamábamos Atletas del Sol, que éramos de Torremolinos, Marbella y Estepona, hasta que cuando cogió la autonomía Torremolinos (1988), creamos el club».

Toda una vida practicando deporte a diario, y compaginándolo además con un estilo de vida lo más saludable posible; sin duda, las claves de su éxito personal: «Yo corro todos los días, salvo los sábados, que descanso. Durante la semana puedo hacer entre 75 y 80 kilómetros… Unos días hago 15, otros 10, otros 9… Y los domingos tiradas más largas. Se va notando la edad, los años no perdonan, pero yo sigo ahí y voy a seguir hasta que el cuerpo aguante», asegura, contundente y sonriente. Y puntualiza: «Además, creo que la clave es cuidarse mucho, dejar muchos vicios como beber o fumar, y claro también influye el no lesionarse». Una rutina que le llena de vida. «De mi quinta, creo que soy el único que sigue corriendo, me los he 'cargado' a todos (deportivamente hablando)», bromea.

Firma además buenos tiempos, su mejor marca en medio maratón ronda la hora y 25 minutos, y las 3 horas y 10 minutos en los 42 kilómetros. Sus registros no siempre reflejan lo mejor de sí, pero Luque, con una férrea mentalidad de deportista, es firme en sus principios. «Nunca en la vida me he retirado de una carrera. Ha habido algunas en las que lo he pasado mal, me he parado, me han atendido los servicios médicos porque me comían los calambres, pero siempre he seguido para adelante; lo importante siempre es terminar». Acabar y saber lidiar con la ya popular 'barrera física y mental' de la que todos los maratonianos hablan y que él la ubica en torno al kilómetro 30. El torremolinense aconseja: «Antes de hacer una maratón, mínimo tienes que hacer tres medias antes y algunas tiradas largas de unos 30 kilómetros. Mi barrera está en los 30, en el maratón de Málaga, si llegas mal al kilómetro 30 estás perdido, pero si llegas bien, te da una alegría inmensa para los 12 kilómetros que faltan».

Luque es de los que puede arrepentirse de su inscripción durante algún momento puntual de la carrera -como buena parte de los participantes-, pero sabe que cuando cruza la meta, todo el esfuerzo habrá merecido la pena. «Lo que me motiva es la satisfacción que siendo cuando llego a la meta, eso sólo lo entienden los que corren. A veces vas en mitad del camino replanteándote las cosas y pensando que ya no vas a correr más, pero cuando acabas, estás loco por correr la siguiente». Setenta y ocho años que sirven como ejemplo de que la edad no tiene por qué ser una excusa: «Yo animo a todo el mundo a empezar a correr tenga la edad que tenga, primero andando o trotando poco a poco y cuando te vayas sintiendo bien, subiendo más los kilómetros; merece la pena», reconoce el atleta.