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Borja Chica, ganador de la categoría en silla de ruedas. SALVADOR SALAS / vídeo: pedro. j. quero

Mil y un motivos para volver a sonreír por las calles de Málaga

Algunos de los participantes de la 30ª Media Maratón CaixaBank Ciudad de Málaga explicaron sus razones para disputar esta prueba, que se celebró tras un año de parón por la Covid

Domingo, 7 de noviembre 2021, 14:30

Durante unas horas, casi 7.000 personas revivieron un placer que creían olvidado tras más de un año en blanco por la pandemia. Miles de corredores de todas las franjas de edad y procedentes de varios rincones del mundo volvieron a reunirse en las calles de la capital de la Costa del Sol este domingo; regresó la Media Maratón CaixaBank Ciudad de Málaga, regresaron las sonrisas, los llantos, el intenso dolor de pies, las gotas de sudor, la sensación de libertad... Volvieron los retos personales y el afán por cumplir un nuevo sueño y seguir creciendo, y sobre todo, la emoción de comprobar qué se siente al cruzar un arco de meta.

Daba igual la edad o el género, al final, los miles de participantes de esta 30ª edición, esbozaron una amplia sonrisa al entrar al estadio Ciudad de Málaga, lugar de llegada de la cita. Incluso obligados a ponerse la mascarilla -pasado el arco de meta- nada podía desdibujar esa sonrisa. De nuevo, cada uno de ellos, eligió su particular motivo para correr, como Borja Chica, ganador de la categoría en silla de ruedas e impulsado durante los 21 kilómetros por uno de los representantes de la Asociación 'Volando sobre ruedas': «Es mi primera media maratón, aunque ya hice antes la maratón. Ha sido muy emocionante, muy emotivo. Con personas como ellos, seguiré cumpliendo metas como ésta», explicó emocionado el joven en silla de ruedas.

También con el ánimo de dar visibilidad a una causa crucial como ésta decidió ponerse las zapatillas Encarna Prados, una abuela de Almuñécar que lleva 17 años corriendo carreras populares de todo tipo de distancias para dar visibilidad al Autismo. «Corro por mi nieto y corro siempre con esta camiseta de la Asociación Altea de Almería, y ahora somos muchos los que corremos por él: mi hijo, amigos… Porque él va avanzando y nos gusta también correr y seguir corriendo por él».

Galería. Prados (en el centro), junto a dos familiares.

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Galería. Prados (en el centro), junto a dos familiares. FOTOS: SALVADOR SALAS

El que decidió no usar algo tan básico como unas zapatillas fue el alhaurino Sergio Fernández, que aunque muchos no se percataran, corrió con un calzado típico mexicano, similar a las sandalias y llamado 'huaraches'. «¿Por qué confiar en unas zapatillas y no en nuestra anatomía. Hay muchas lesiones de rodilla por tener demasiada amortiguación y pisar demasiado de talón y así te obliga a pisar un poco más con la punta. Un amigo me habló de ello, empecé a documentarme y llevo ya siete años así, incluso corriendo trail y maratones y ya no uso zapatillas», explicó justo tras pasar la meta.

Acompañado de un carrito de bebé, el coreano y residente en Málaga desde hace 18 años Hansoo Kim escoltaba al 'participante' más joven de la prueba, su hijo: «Ha ido muy bien, muy buen ambiente y el niño ha dormido toda la carrera hasta la meta. Yo suelo entrenar con el niño por el paseo marítimo y sin él no lo hubiera corrido. Sólo tiene 9 meses así que es su primera gran carrera; espero que salga deportista», bromeó.

Cortés, saltando a la comba con la que completó el recorrido. SUR

Kim no fue el único en llegar al estadio tras 21 kilómetros escondido tras un carrito, pero sí que causó sensación, al igual que uno de los personajes más peculiares o que más curiosidad generó. Un malagueño que recorrió toda la prueba y cruzó la meta saltando a la comba. «Soy de Aliquindoi, un club de nado en aguas abiertas y que también corremos y para nosotros no hay nada imposible. Correr corre mucha gente, pero con la comba… Surgió la idea y lo he conseguido, ha sido brutal, ha ido todo fantástico», explicó Javier Cortés, sin ninguna muestra de cansancio y adrenalina todavía acumulada.

Tras casi tres horas de prueba, todos los allí presentes esperaron expectantes quién sería la persona encargada de cerrar el recorrido. Quizá alguien peculiar, un grupo de amigos o una persona de avanzada edad, pudieron plantearse. Pero no, resultó ser una joven colombiana llamada Estefanía Moreno, que, con una amplia sonrisa, concluyó su primera gran carrera. Así relata cómo recaló aquí: «Es mi primera media maratón y estoy muy orgullosa de haberla corrido aquí en Málaga, la escogí porque mi novio se inscribió en la de 2019 pero por la pandemia no la pudo correr. Así que él, emocionado, me dijo que estaría muy feliz si yo corriera con él esta edición aquí en Málaga. Yo nunca había corrido pero lo he hecho por él, él ha llegado un poco antes, eso sí», cuenta, con humor.

Moreno, junto a dos amigos que le ayudaron a llegar a meta. SUR

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