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Los corredores aguaran el pistoletazo de salida de la 43ª edición de la Carrera Urbana de Málaga. MARILÚ BÁEZ

La Carrera Urbana se reafirma otro año más como una prueba para todos los públicos

Mohamed Lansi y Nazha Machrouh, del Trops-Cueva de Nerja, fueron los mejores de las señera de las competiciones atléticas de la ciudad, este año con cerca de 11.000 inscritos

Nacho Carmona

Domingo, 22 de octubre 2023, 11:27

Málaga vivió este domingo una de esas citas que cada año se marcan en rojo en el calendario. Con el deporte como excusa, cerca de 11.000 corredores se vistieron de corto para tomar parte en la Carrera Urbana de Málaga, conocida por todos como ' ... la de El Corte Inglés', que esta vez celebró su 43ª edición. De la cifra total de participantes inscritos, en torno a un 70% lo hicieron en la prueba principal, con un trazado de 10 kilómetros, y el resto, en la Mini Carrera Urbana, de 4 kilómetros.

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Con salida y meta en la Avenida de Andalucía, en frente de El Corte Inglés, los atletas llegaron hasta el distrito de Palma-Palmilla por el Pasillo de Santa Isabel y el Puente de Martiricos para acabar regresando al Centro por la Avenida de Fátima y el Pasillo del Matadero. Los más pequeños salieron algo más tarde y se unieron con los mayores en el último tramo del recorrido, llegando a meta juntos y llenándolo todo de color como colofón.

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Con un tiempo de 30:28 rompió la cinta de meta Mohamed Lansi, del Trops-Cueva de Nerja, que llevaba el dorsal '70', visiblemente contento tras subirse a lo alto del podio. Cuando el reloj marcaba 34:43 llegó Nazha Machrouh, la corredora '74', que vencía por primera vez en la vicedecana de las pruebas atléticas de la ciudad. El club de ambos, el Trops- Cueva de Nerja, acaparó la mayor parte de la entrega de premios disponiendo de los corredores más destacados.

La cita arrancó entre nubarrones y un frío algo más intenso que días atrás, una condición climatológica que los corredores agradecieron cuando el esfuerzo empezó a hacer mella. Eso sí, por fortuna y pese a los pronósticos de lluvia, el tiempo finalmente acompañó y respetó el desarrollo de la prueba. Desde el año 2009, la Carrera Urbana, segunda prueba atlética más longeva de la ciudad (sólo superada por la Mini Maratón de la Peña El Bastón, que tiene un año más de vida) tiene un carácter solidario. La inscripción resultó, al igual que estos 14 años atrás, gratuita.

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MARILÚ BÁEZ

Por otro lado, la Mini Carrera Urbana dejó otros dos nombres propios a tener en cuenta cara al futuro. Con catorce años de vida, todo el que quiso, sin límite de edad, pudo correrla. Los ganadores de la carrera a escala más pequeña fueron Issam Aallam y Sofía Agudelo. Curiosamente y al igual que en la carrera grande, los dos vencedores de la Mini comparten club: el Málaga Bahía.

No obstante, la prueba se reafirma de nuevo como símbolo municipal y para todos los públicos. Como cada año, reinó el compañerismo. Sin grandes incidencias más allá de algunas secuelas del esfuerzo, la línea de meta dejó abrazos y caras de satisfacción en todo tipo de personas por haber logrado el objetivo. Cada uno con el suyo particular.

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Niños y mascotas, protagonistas. Marilú Báez

Los mayores, los niños e incluso las mascotas fueron los protagonistas

Entre tantas cosas, el deporte puede ser maravilloso porque ofrece infinitas formas de ganar. La línea de meta se llenó de abrazos y sonrisas como resultado a los retos cumplidos de los casi 11.000 participantes que se dieron cita este domingo por la mañana en la Avenida de Andalucía.

Como cada año, se pudo presenciar un amplio repertorio de situaciones de lo más entrañables: desde abrazos a la media de hora de salir entre los más rápidos, haciendo evidente ese compañerismo que, con los valores del deporte en la mano, siempre pesa más que la propia competición; hasta las familias completas que madrugaron un domingo para disfrutar de la prueba atlética más popular de Málaga, con personas de la tercera edad acompañadas de padres con los carros de sus pequeños, también presentes.

Una de las imágenes más curiosas y habituales de cada año, que no dejan de sorprender, es la de las mascotas corriendo junto a sus dueños, algunas de ellas enganchadas a sus cinturones para correr a la par, y otras que a su libre albedrío siguen de cerca los pasos de sus amos.

Además, la Carrera Urbana se plantea como una oportunidad de lujo para lucir indumentarias representativas para cada uno de los corredores. Aunque muchos de ellos se colgaran el dorsal en la camiseta oficial de la prueba, de color celeste, muchos otros optaron por participar con su dorsal enganchado a la camiseta de su equipo favorito o de la peña o el club del que formase parte en su juventud. Cada una de las casi 11.000 personas con su historia y su motivación particular. El transporte público a primera hora de la mañana hizo entrever lo que allí acabaría aconteciendo.

Es por eso que en la Carrera Urbana de la ciudad de Málaga gana quien quiere. Tras este domingo, una experiencia más que guardar en la mochila y, puede que en algunos casos, también alguna anécdota que contar. Cuarenta y tres años de historia y una popularidad que, pese a alcanzar su punto más álgido en 2017 con 19.982 corredores inscritos, no cesa.

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