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Todos los aficionados saben que el Gran Premio de Mónaco se decide al noventa por ciento en los entrenamientos del sábado. Las particularidades del circuito no permiten prácticamente ningún adelantamiento, con lo que la calificación es decisiva, y eso lo sabían tanto Fernando Alonso como ... Max Verstappen, que dieron un recital de competitividad. El español estuvo genial con la 'pole' hasta el último segundo, obligando al holandés a hacer una vuelta de locura donde toco varias veces los muros para arrebatársela por tan solo ¡ochenta y ocho milésimas!, algo que ha día de hoy solo es posible de la mano de Alonso, pues hay otro Aston Martin y casi no puntúa, circunstancia que ha permitido a Mercedes acercárseles en la clasificación de constructores.
Los alemanes han cambiado radicalmente el concepto aerodinámico de su bólido, pero aun así el coche sigue sin ser lo suficientemente competitivo como para poder hacer frente a RedBull y Aston Martin, pero así y todo sus pilotos con un mal coche siempre están en los puestos delanteros y de eso debería tomar nota Ferrari.
Los italianos han vuelto a tener un Gran Premio para olvidar, cometieron un error garrafal metiendo a cambiar neumáticos muy pronto a Sainz en seco y lo volvieron a cometer metiéndolo tarde cuando empezó la lluvia y tenía opciones de podio persiguiendo a Ocón, siempre pecan de conservadurismo y tratan de amarrar el resultado contentándose con arañar algunos puntos, en esta ocasión Sainz hizo méritos para acabar mucho mejor del octavo que obtuvo al final. Su compañero Leclerc pasó de nuevo sin pena ni gloria por la carrera de casa, lo que se esta convirtiendo en una máxima y es que el monegasco no termina de sacar el rendimiento a su coche que todos esperábamos.
Se habla insistentemente de un cambio de Leclerc por Hamilton entre Ferrari y Mercedes, pero da la impresión que todo es más una maniobra para obtener una mejora de salario por parte de Lewis, al que los alemanes no terminan de convencer para renovar mientras que el coche no sea más competitivo.
La carrera de Mónaco ha dejado varias cosas claras, la primera es que el pasado domingo Verstappen posiblemente ganase el título, pues su compañero de equipo, Checo Pérez, sigue cometiendo errores en los momentos decisivos y eso hace que la balanza de su escudería se decante hacia el holandés. Otra cosa es que la victoria treinta y tres de Alonso debe esperar. Aston Martin está a un nivel impensable hace tres meses, pero salvo que RedBull pierda fuelle en las futuras evoluciones, por la penalización que tiene de uso de horas de túnel del viento, a los ingleses les queda un largo techo por recorrer, todo ello sin quitar mérito al carrerón de Alonso, que sin el error del cambio de neumáticos, podría haber apretado a Verstappen y quizás, podía haberle hecho cometer un error en una pista delicadísima con la lluvia. Bien es cierto que el error no fue del equipo, pues se tomó de acuerdo con el piloto, pero hoy el holandés ha dado un golpe en la mesa demostrando lo buen piloto que es.
Gran carrera de Alpine, que logró un podio con Ocón, solo imaginable en un circuito como el de Mónaco, al que hay que añadir también una buena carrera de Gasly séptimo intercalándose entre los Ferrari.
Buena actuación también de los pilotos de McLaren ambos en los puntos, con un coche impredecible, que no termina de tener la solidez de comportamiento necesaria para poder luchar con los equipos de la zona media.
Hasta Barcelona.
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