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F. TORRES / F. SILVA

La Vuelta corona el Caminito del Rey en una jornada histórica para la provincia de Málaga

Aficionados de todo el mundo se reúnen en torno aEl Chorro para animar a sus ídolos en un paraje que brilló a la altura de las circunstancias

Domingo, 26 de agosto 2018, 23:22

Alberto y María vienen desde Córdoba. Han llegado en una furgoneta roja algo destartalada, en la que durmieron la noche del sábado al domingo en los alrededores de la subestación eléctrica de El Chorro. «Toda precaución es poca», bromean. No querían perderse ni ... un segundo de la segunda etapa de La Vuelta 2018, un suculento y espectacular recorrido de más de 180 kilómetros desde Marbella hasta el Caminito del Rey. El ambiente de naturaleza inmejorable que predomina en la zona entre Álora y Ardales se mezcló con esa pasión que sólo es capaz de despertar una de las pruebas deportivas más conocidas del mundo, que dio pie a una jornada histórica para la provincia de Málaga.

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Los alrededores de la carretera que asciende desde el pantano hasta el nuevo centro de visitantes del Caminito del Rey –que hizo de línea de meta tras una importante subida por el Alto del Guadalhorce– se llenaron de casos como el de Alberto y María. Forofos llegados de toda España y parte del extranjero se agolpaban en los márgenes varias horas antes de que el pelotón hiciera acto de presencia. Agitaban las banderas, aplaudiendo y celebrando desde la caravana que abre el recorrido hasta las pasadas de los numerosos agentes de la Guardia Civil que recorren la trazada con las características banderas amarillas y rojas –y que no dudan en hacer sonar el claxon y saludar–.

La etapa, que fue especialmente intensa y calurosa, tuvo como telón de fondo un escenario inigualable que parecía encajar a la perfección. Pocos se resistían a fotografiar la garganta del Desfiladero de los Gaitanes, visible desde la subida desde Álora. La imagen más icónica del interior de la provincia de Málaga despertó la atención de miembros de la organización, periodistas montados en moto, agentes de la Guardia Civil e incluso a los pilotos de los helicópteros que sobrevuelan el pelotón.

F. TORRES / F. SILVA

Además, los ciclistas pasaron dos veces por dicho punto, por lo que el espectáculo estaba servido. Algunos, como Juan, un motero llegado desde Alhaurín de la Torre en una Honda Varadero –que no se pierde ninguna de las etapas que pasan por Málaga–, aprovechó la ocasión para buscar dos enclaves diferentes. «Primero me quedo aquí, que se ve la garganta, y cuando pasen subiré a verlos llegar a la meta», comenta tras hacerse un 'selfie'. «Iba a subir en bici, pero la verdad es que hacía mucho calor, tienen que estar pasándolas canutas».

A los pocos minutos, ocurrió ese momento tan difícil de explicar y que engancha a miles de personas. Saliendo de una curva revirada aparece una moto, que abre el grupo de los escapados que lideraron el kilómetro cien. Poco más de dos segundos. Aplausos, jaleo, más vehículos y un curioso silencio de cuatro minutos hasta que llega el resto del pelotón. Una vez el grueso de ciclistas pasa por delante del espectador, las sensaciones son indescriptibles. Entre admirar la velocidad con la que ascienden y contemplar los gestos de esfuerzo, pasan poco más de 20 segundos y la experiencia ha finalizado.

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Al frente del grupo de los primeros escapados, Héctor Sáez, un albanense de 24 años que este año corre su segunda vuelta y está probando fuerzas, según explica su orgullosa madre, Loli. «Lo veo pasar con ganas de llorar, todavía no me acostumbro, hay mucha emoción y muchos nervios, siempre pendientes de que no tenga caídas». Un poco más arriba (Loli camina hacia la meta tras la primera pasada del pelotón), está el padre del ciclista, Pascual salas, calma los ánimos. «Es una escapada, queda mucho recorrido por delante», comenta con su mujer. Por la noche se volvían a casa y seguirán el recorrido por la televisión, pero querían aprovechar para conocer Málaga.

El centro de visitantes del Caminito del Rey se estrena como sede de prensa internacional

No obstante, y pese a que el primero en cruzar la meta fue Valverde, el gran protagonista de la jornada fue Luis Ángel Maté, marbellí de nacimiento. Participó en todos los actos previos a la salida, y se sumó al pelotón prácticamente desde la puerta de su casa. La mayoría de las miradas en la línea de meta iban dirigidas a su bicicleta, que le aupó a hacerse con el maillot del rey de la montaña.

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El Caminito del Rey se convirtió en un escenario único, y además superó una prueba que no estaba en el guión:su nuevo (y todavía sin estrenar) centro de visitantes se convirtió en la sala de prensa en la que más de 100 periodistas acreditados establecieron sus puestos de trabajo. Además, la explanada habilitada para el estacionamiento de vehículos acogió el centro de información permanente, así como las decenas de camiones, coches, motos, centros logísticos portátiles y demás maquinaria que transporta el festival deportivo itinerante, con un resultado sobresaliente.

Pero no sólo el Caminito brilló en el recorrido. Marbella se engalanó para acoger la salida, con presencia de todas las autoridades. También pasó por Coín, Alozaina, Álora, Pizarra y Bermejo, puntos en los que la afición no defraudó y se lanzó a la carretera para aplaudir a sus ídolos –o para ver de cerca un espectáculo que rara vez se puede apreciar lejos del sofá y el mando de la televisión–.

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Maté, líder de la montaña: «Estoy encantado de vestir este 'maillot'»

El marbellí Luis Ángel Maté (Cofidis), uno de los protagonistas de la segunda etapa de la Vuelta, se mostró «encantado» de vestir el 'maillot' de la Montaña, un liderato que intentará defender en una tercera etapa que también pasa por sus habituales escenarios de preparación. «Estoy encantado de haber podido ganar a grandes corredores y vestir este 'maillot' este lunes. Ya que lo tengo, y como se sube un Primera como el Puerto del Madroño, habrá que intentar estar delante de nuevo», adelantó.

«Era el objetivo que me había marcado en cuanto supe que la Vuelta salía de mi casa, por la carretera donde me entreno todos los días. Era la oportunidad de hacerlo en carrera y ha sido un día muy especial para mí: por correr en casa y por lograr este maillot», dijo el malagueño. Sobre la etapa, explicó que «se preveía una salida con muchos intentos de fuga por la opción de puntuar en la montaña».

«Por ahí andaban Rolland y De Gendt, y en cuanto hemos cogido 10 segundos ya sabía que el pelotón debía ir rápido para cogernos. En todo momento nos hemos entendido bien, y luego en la montaña nos lo hemos jugado con De Gendt y Rolland», explicó.

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