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Roche celebra su victoria.
Sólo Roche puede con Zubeldia
18ª etapa

Sólo Roche puede con Zubeldia

Aru atacó a Dumoulin en La Quesera en cinco ocasiones y el líder mostró una gran seguridad

Benito Urraburu

Jueves, 10 de septiembre 2015, 01:40

La Vuelta a España, como ha venido sucediendo en muchos momentos de la prueba, tuvo dos finales de etapa muy distintos. El más importante fue el que entró más retrasado a la meta, con los primeros clasificados de la general todos juntos, después de pasar el puerto de La Quesera a estacazo limpio por los ataques de Fabio Aru, todo un contraste con la tranquilidad y la seguridad que demostró Tom Dumoulin, un líder que volvió a exhibir la inteligencia con la que corre, los movimientos tan concretos que realiza en todo momento.

Entre los dos primeros corredores que llegaron a la meta de Riaza estaba Haimar Zubeldia, que a los 38 años está viviendo una Vuelta a España muy distinta para él, ilusionante. Se ha metido en dos escapadas multitudinarias, en terrenos muy distintos, y en las dos ha estado delante. Ayer le disputó el triunfo a otro veterano ilustre, Nicolás Roche, de 31 años, en una estrategia perfecta del guipuzcoano.

Estuvo en la escapada de veinticinco corredores que se formó en el kilómetro sesenta y que sería la buena, de la que saldría el ganador de la etapa. Primero acertó al escoger la fuga, luego esperó el momento ideal para salir a por Nicolás Roche en la subida a La Quesera, cuando el grupo de fugados se rompió y cada corredor navegó como pudo en un terreno escarpado.

Cogió Zubeldia a Nicolás Roche antes de coronar el puerto y luego fue buscando en los kilómetros finales algún repecho, alguna ligera subida, un trozo de carretera al que poderse agarrar para dejar, o al menos intentarlo con alguna garantía, a un Roche que se pegó a él sabedor de que era más rápido en la llegada.

¡Ni un triste montículo se encontró Haimar en el que al menos intentar probar a Roche! En la meta de Riaza, a hechos consumados, Haimar peleó contra un imposible. Nunca ha sido un ciclista dotado de algo de velocidad. Su segundo puesto tiene mucho valor, sobre todo para corredores en formación que recibieron una lección de como afrontar cada momento de la escapada.

Es cierto que para no cometer errores en situaciones de máxima tensión hay que tener fuerza, piernas, capacidad para poder responder a un ataque, y en eso tuvieron cierto parecido Haimar Zubeldia y Tom Dumoulin. El líder está sobrado de todas esas condiciones.

Un líder constante

Hasta en cinco ocasiones le atacó Fabio Aru y en las cinco se lo encontró pegado a su rueda. Aru no es un escalador que tenga un arranque seco, de hacer unos metros de diferencia y luego aumentarlos, o mantenerlos, y seguir porfiando por reventar a sus seguidores. Aru es de los que pone un ritmo que normalmente aguantan pocos corredores.

Y eso con Dumoulin, que estuvo delante en la ascensión en todo momento, viendo como Astana a falta de 56 kilómetros comenzaba a trabajar, intensificando la velocidad de la etapa, no sirve. Si por algo destaca el holandés es por su constancia, por ser capaz de mantener una cadencia de pedalada constante sin exponer su cuerpo a ningún riesgo. Eso lo hace muy bien.

Ni tan siquiera se tuvo que mover ante el ataque de Purito Rodríguez a 34 kilómetros. Ángel Vicioso había atacado antes. No hubo factor sorpresa. Giant había encontrado durante la primera parte de la etapa la colaboración del equipo MTN-Qhubeka, que quería evitar que su corredor sudafricano, Louis Meintjes, perdiese su décimo puesto en la general. Y luego, Dumoulin observó la estrategia del Astana, que le hacían la carrera, que es lo único que le pueden hacer.

O eso, o buscar algún tipo de ataque en una bajada, que no parece un terreno muy adecuado por Aru, o bien intentar sacar segundos en alguna meta, en algún sprint bonificado. No va a resultar fácil para el italiano quitarse de encima la alargada sombra de Dumoulin, que incluso se permitió salir detrás de Dani Moreno cuando quedaban 3.600 metros para la meta y ¡Aru se quedó cortado!. Dio la impresión de que Dumoulin no quiso realizar una contrarreloj corta. Aru enlazó gracias a la noria de corredores que siempre se pone a girar en esos momentos.

Ni los ataques de Valverde, el que más empeño puso en el grupo principal, desquiciaron al líder, que se limitaba a seguir a cualquier corredor que se fuese hacia delante. No mostró signos de fatiga en ningún momento Dumoulin a la espera de que le planteen complicaciones de más difícil resolución.

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