Un desfiladero de entusiasmo

Los autobuses serigrafiados de los 22 equipos ciclistas, junto a los distintos coches auxiliares repletos de bicicletas sobre sus techos, tomaron ayer la avenida Cristóbal Colón de Alhaurín de la Torre. Los vecinos del municipio malagueño recibieron la visita de la élite mundial de este deporte, una combinación entre ajedrez y boxeo, que levanta pasiones allá por donde pasa. Y que no iba a ser menos en Málaga.

Si el sábado ya se palpó un gran ambiente en Marbella, la segunda etapa lo ratificó con unas cunetas rebosantes de público en los últimos kilómetros de la jornada en el Alto de la Mesa. Un rincón escarpado y frondoso. Un pulmón en cuyo perfecto asfalto a algunos ciclistas les faltó el aire. Miles de aficionados, muchos de ellos llegaron dando pedales a la zona, asistieron a la agónica ascensión de algo menos de cinco kilómetros con algunas rampas por encima del diez por ciento de desnivel. Fue el caso de los fuengiroleños Francisco Fernández y Andrés Cuenca, unos cicloturistas asiduos a los finales de etapa en la provincia. «El recorrido ha sido espectacular, la zona de los embalses y el paso por el Desfiladero de los Gaitanes ha sido precioso. Mañana por hoy repetiremos», reconocían apoyados en sus bicicletas. Otros, como Pedro Lozano y José Antonio Fernández, celebraron su primera experiencia con una jornada dominical con la familia. «Hemos subido a pie los cinco kilómetros hasta la meta», confesaban. No fueron los únicos.

El diseño de la etapa, íntegramente por el interior de la provincia hecho inédito en el paso de la Vuelta a España permitió regalar estampas históricas en los 158 kilómetros por los que el pelotón dejó su estela en Alhaurín el Grande, Coín, Alozaina, Ardales, Pizarra y Álora. En estos dos últimos, por partida doble. Y con el Caminito del Rey, como testigo de excepción. La caravana merodeó el Desfiladero de los Gaitanes, sobre donde lucía la imponente pasarela del con sus tramos de apenas un metro de anchura entre paredes vertiginosas y una caída al vacío de más de cien metros. Por donde, lógicamente, los ciclistas no circularon.

Sorpresa

La rápidez con la que el pelotón discurrió por el sinuoso trazado de El Chorro, la presa del Guadalhorce y el embalse del Guadalteba cogió por sorpresa a la organización de la carrera. Tanto que los ciclistas tuvieron que pasar rozando los autocares de sus equipos, que ocupan gran parte del asfalto.

Hoy, los aficionados tendrán una nueva oportunidad para volver a perseguir a sus ídolos en busca de sus autógrafos y de algún bidón de recuerdo. Los Froome, Sagan, Cancellara, Valverde, Quintana y Purito Rodríguez rodarán por el asfalto malagueño, llegando a la capital alrededor de las 17.30 de la tarde. Pero antes saldrán de Mijas, a las 13.49 de la tarde, con 158 kilómetros menos en sus piernas. Y atravesarán la ciudad de costa a costa, con destino a la Axarquía, por el Puerto del León la subida a la Fuente de la Reina, por la carretera de los Montes de Málaga, para volver a repetir una llegada en el Paseo del Parque.

Al no ser un día festivo, se prevé una menor asistencia de público tanto a la salida como a la meta. Sin embargo, ver desfilar a la serpiente multicolor siempre es buen motivo para hacer un alto en el camino.