Luis Ángel Maté, en una de las contrarrelojes de esta última Vuelta, su último 'baile' como ciclista profesional. SUR
Ciclismo

El último 'baile' de Maté: tres días y 650 kilómetros en solitario para regresar de Madrid a Marbella

El que hasta el domingo fue el único malagueño del pelotón profesional volvió a su casa de la Vuelta pedaleando, por carreteras secundarias y haciendo noche en Puertollano y Lucena

Nacho Carmona

Málaga

Jueves, 12 de septiembre 2024, 11:30

Para el marbellí Luis Ángel Maté, regresar a casa pedaleando justo después de colgarse por última vez un dorsal como ciclista profesional fue una auténtica experiencia religiosa. Puso punto y final a más de 15 años en la cresta de las ola a lo grande, ... como el ciclista que siempre fue, uno de los más queridos del pelotón por los aficionados por su carisma, su trayectoria y su forma de dar espectáculo pese a no haber comido nunca en la mesa de los favoritos.

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«Cansado, pero contento». Así definió el malagueño de 40 años, en declaraciones a este periódico, su regreso a casa, después de 650 kilómetros. La 'vuelta de la Vuelta'. Dividió su aventura en tres etapas: Madrid-Puertollano, Puertollano-Lucena y Lucena-Marbella; haciendo noche en hoteles. En otras palabras, pedaleó más de 200 kilómetros al día tras haber hecho a frente a 21 días de exigencia y competición en la Vuelta. Casi nada. Planificó este regreso de forma meticulosa, decantándose por carreteras secundarias y bonitas, que le permitiesen disfrutar del paisaje a la vez que cumplía con este duro y romántico objetivo.

Y con las emociones a flor de piel tras 'bailar' por última vez en la élite. «Ha sido una Vuelta muy emotiva y muy especial para mí. He intentado aprovechar y disfrutar cada momento que me quedaba porque como profesional eran los últimos», añade. De esta edición de la ronda ciclista, asegura, recordará para siempre con un cariño especial la contrarreloj inaugural de Lisboa, en la que salió primero, y la última etapa. «La llegada a Madrid, después de una gran vuelta, es una de las cosas más bonitas para un ciclista, después de todo el esfuerzo y de todos los kilómetros que se hacen. Y siendo la última, pues más aún», agrega. No recibió un homenaje como tal, pero sí se sintió muy querido, por parte del público y de los aficionados, durante este último mes de competición.

También fue especial para él la sexta etapa, que terminó en la localidad malagueña de Yunquera y transcurrió por algunas de las carreteras en las que forjó su figura y ahora también su leyenda. «La Vuelta es una carrera que se ve en todo el mundo y es una zona muy bonita que hemos tenido la oportunidad de poner en el ojo de todo el planeta», expresa.

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Ahora sí que sí, el marbellí entra en el selecto club de los ciclistas que nunca abandonaron en una gran vuelta. Maté siempre entró dentro del tiempo reglamentario a meta y nunca sufrió un contratiempo de causa mayor que le obligara a retirarse antes de que una gran ronda llegara a la capital. En total, ha tomado parte en 18 ediciones: doce de la Vuelta y seis del Tour de Francia. Siempre agitando el avispero, en algún momento de la competición, con largas escapadas para dotar a las carreras de espectáculo.

En su horizonte particular se presenta una nueva vida, llena de nuevos retos, pero que no le asusta en absoluto. No volverá a competir jamás como ciclista profesional en carretera, aunque seguirá colgándose dorsales en pruebas de gravel y MTB. «Aún no tengo nada claro. Tengo muchas ideas, pero no sé hacia donde irá mi futuro laboral. Es una época nueva para mí, una faceta nueva, porque llevo toda una vida dedicado en cuerpo y alma al profesionalismo. Ahora empieza un nuevo reto y me enfrento al mercado laboral. No tardaré en saberlo», concluyó.

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