José 'Quillo' Márquez debe de tener su casa alfombrada de chapiris legionarios, el simbólico galardón al primero en pasar por meta en los 101 Kilómetros ... de Ronda, la prueba que domina como nadie, con una autoridad tal que ha perdido la cuenta del número de triunfos. Es verídico. «Puedes comentar que he ganado más de quince... Sé que he vencido en ocho de las nueve últimas, y sólo recuerdo dos veces en las que participé y no gané», aclara a este periódico quitándose importancia.
Publicidad
¿Y cuál es la clave de ese dominio apabullante? A sus 46 años sigue sin encontrar rivales. «Me lo preguntan muchas veces, y ni sé cómo lo hago. Es una prueba que se adapta muy bien a mis características. El recorrido me lo conozco bastante bien. Se puede decir que casi todos los años calco los tiempos (este 2022 ganó con 3h.04:13) y la velocidad media. Depende también del viento y de si ha llovido. Tengo una equis en la segunda semana de mayo y me está aguantando la salud».
Los 101 Kilómetros de Ronda comenzaron en 1995, como parte de los actos que conmemoraron el 75º aniversario de la fundación de La Legión. El entonces Coronel Jefe del Tercio Alejandro Farnesio, Enrique Gomáriz de Robles, decidió organizar una actividad cívico militar que acercara un poco más a La Legión a la población civil a través de una prueba deportiva de dureza extrema, que se adapta perfectamente a este veterano 'biker' criado en Ojén, localidad con mucha montaña.
«Antes la carrera no tenía tanto bombo. Lo diferente era que lo organizaba la Legión. Recuerdo que antes eran 120 kilómetros, e incluso llegó a ser de 165», aclara, pero ya está asentada la prueba en un trazado fijo, en el que no puede entrenarse en otras fechas del año, ya que discurre por fincas privadas por las que se permite el acceso sólo con motivo de la competición.
Publicidad
Sobre su éxito habitual en los 101 kilómetros de ronda
«En publicidad es la prueba número uno de España. He ganado otras mejores y no se le dio relevancia», argumenta, y tiene claro que la dificultad de los 101 está en su final. «La carrera tiene al comienzo tramos de pista muy rápidos. En los últimos 40 kilómetros es cuando empieza realmente la prueba, desde el cuartel de Montejaque, con alta montaña. La bicicleta ya no rueda tanto. Se va a 6 o 7 kilómetros por hora».
Además, tiene claro cuál es la clave del éxito de los 101, que agota inscripciones prácticamente al poco tiempo de que se abran, como en los grandes conciertos. «Todo el que participa tiene su reto personal y quiere bajar su tiempo, y eso crea una adicción. Cuando la conocí salían unos 200 ciclistas y ahora 4.000. Antes se hacía la salida en la Ronda vieja y ahora tienes 200 legionarios por todas partes».
Publicidad
Quillo Márquez recurre a tres personas para disponer de avituallamiento (alimentos y geles) y agua, en torno a cada cuarenta kilómetros. «Los primeros no paramos», aclara y recuerda que el desarrollo de la prueba es un poco a la antigua usanza. No hay referencias de tiempo de la organización. Decide la vista, para ver si le siguen de cerca. «Es lo que me da coraje, porque cuando voy solo (en cabeza), voy a tope, y si me comentaran que alguien va a cuatro o cinco minutos, entonces podría cuidar más la mecánica». Eso sí, hace uso del potenciómetro y el pulsómetro. «Me gusta mirar los números, aunque sea de la vieja escuela», especifica.
En la línea de salida, todos los competidores asisten con resignación a la presencia del malagueño. «A veces ha venido gente de Madrid o de Valladolid y alguna vez te ponen en apuro...», se exculpa de forma humilde este 'biker' criado en Ojén y que a día de hoy se gana la vida como trabajador en Servicios Operativos en el Ayuntamiento de Marbella.
Publicidad
Sobre el momento de su retirada
Márquez, junto a José Ortiz, paisano de Ojén, y el marbellí Luis Ángel Maté son la santísima trinidad de una dorada generación de ciclistas que ya ha rebasado los cuarenta o se acerca a ello. «Yo empecé a competir en 'mountain bike' en 1993 y hasta 2003, con una trayectoria casi profesional en la modalidad de 'cross country' (vueltas en torno a un circuito y con una duración entre hora y 50 minutos y dos horas y media). Después hubo un parón y lo retomé en 2010, haciendo ya maratones», recuerda. Llegó a ser cuarto en el Mundial en Sierra Nevada del año 2000, tercero en el Europeo sub-23 y ganó cuatro veces el Campeonato de España (1996, aún como sub-23, y 1999, 2000 y 2003), además de adjudicarse dos Vueltas a España de BTT (las de 1998 y 1999).
«De jovencito me pilló el 'boom' del 'mountain bike'. Se hacían pruebecitas, empecé a apuntarme y luego se convirtió en mi trabajo, pero eran otros tiempos. Éramos más amigos. El mundillo era más familiar, y ahora se ha profesionalizado», reconoce, aunque aclara que no es la única diferencia entre el 'entonces' y el 'ahora'. «Antes había muchos más equipos y muchos vivíamos del 'mountain bike'. Por los menos, cuarenta corredores en España, y hoy hay pocos. El ciclismo de montaña está más abandonado aún que el de carretera, en el que un andaluz lo tiene casi imposible para llegar al profesionalismo», afirma con crudeza. A Quillo también se le pasó por la cabeza hacerse ciclista en ruta, pero «cuando eres joven y estás ganando un buen dinero era complicado». «En carretera –añade– tenía que pasar por equipos de aficionados y hubiera sido uno más del montón».
Publicidad
La gran frustración para Quillo Márquez no fue haber dejado de ser un ciclista profesional de carretera, sino no haber acudido a unos Juegos Olímpicos con la selección española de 'mountain bike', en el selecto corte de apenas tres ciclistas por país. «Me quedé tres veces a los puertas, cara a Atlanta, Sydney y Atenas. Siempre estaba entre los reservas. A Rubén Ruzafa le pasó lo mismo». Esta decepción le llevó unos años a no querer saber nada de la bicicleta, pero el 'gusanillo' volvió, ya en la modalidad de maratón o, incluso, ultramaratón, cuyo Campeonato de España ha afrontado este domingo en Lalín (fue segundo, por detrás de Roberto Bou), con 140 kilómetros de distancia y un desnivel de 4.200, unas siete horas aproximadas en la bicicleta (la suya es una Mondraker), modelos que en 2022 tienen ya ruedas de 29 (no las de 26 de antaño) y electrónica en los cambios. Lógicamente, no se compite con modelos eléctricos, pero no está en contra de ello para aficionados y ciclistas lesionados en la rodilla.
Con una hija de 9 años y «haciendo encaje de bolillos con la familia», Quillo Márquez admite que «cada vez está más cerca el final». «Mi motivación ahora para subirme a la bici es que se ve el fruto, que voy ganando carreras, y eso me gusta. El día que deje de ganar... o incluso ganando, porque este año fue el equipo (el Primaflor) el que me animó a seguir. Pero cuando vas de líder eso genera un estrés, y cuando tienes una edad miras a izquierda y derecha y te dices '¿yo que hago aquí?'. Momentos buenos al año son dos o tres, y cuando termina la temporada cuesta arrancar, pero cuando nos ponemos el dorsal se cambia el chip. Yo digo que somos como los toreros, porque cuando nos cortan la coleta lo mejor es no pasar por ninguna prueba deportiva...», se sincera.
Noticia Patrocinada
Quillo Márquez es una institución no sólo en el ciclismo malagueño, sino también andaluz y nacional. En parte de ahí viene su apodo. «Al conocer a tantos corredores cuando iba a competir les decía a todos: 'Quillo, ¿qué haces?, 'Quillo, ¿cómo estás?'... y así se quedó lo de Quillo.», relata. El veterano corredor de Ojén recuerda que se entrenaba mucho de joven con Maté (éste de juvenil, y él siendo élite) y que «en Málaga siempre ha habido un nivelazo», quizás por las muchas zonas donde practicar bicicleta de montaña, como la Sierra de las Nieves, la Serranía de Ronda, los Montes de Málaga o la Axarquía. Pocos conocen como él la provincia subido a una 'mountain bike', y recomienda dos rutas: el recorrido Ojén-Istán (de 42 kilómetros en ida y vuelta) y, una más técnica, en los pinares de Pusla, en el entorno de El Juanar.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.