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A punto de cumplir 36 años Luis Ángel Maté (Marbella, 1984) ha cambiado –una década después– el rojo (el del Cofidis) por el naranja (del Euskaltel). En el tramo final de su carrera, no ha sido tanto el cambio de tonalidad como todo ... lo que ha lleva do aparejado, desde pasar de un equipo del UCI World Team, a otro Pro Team en el que está jugando otro rol (sin líderes claros, más liberado), más acorde a sus deseos. Habituado ya a desplazarse de punta a punta en la Península, le seduce el proyecto de cantera del Euskaltel y la amplia masa social que tiene detrás un equipo implantado en la zona de España en la que más se respira el ciclismo.
-¿Qué calendario inminente tiene ahora ya decidido?
-Volta a Catalunya (del 22 al 28 de este mes), Vuelta al País Vasco (del 5 al 10 de abril), del primer bloque de la temporada, y a la espera de la reubicación de la Vuelta a Andalucía (podría ser del 24 al 28 de mayo). La verdad es que ha habido pruebas suspendidas y otras aplazadas o que se están reubicando, todas con el mismo protocolo de la UCI en cuanto a medidas anti Covid-19.
-¿Estará en la Vuelta?
-Es probable, pero aún queda mucho y hay que ver el estado físico con que llega uno. Es el principal objetivo de la temporada.
-¿Qué le ha parecido el recorrido anunciado para esta edición de la Vuelta?
-Me parece muy equilibrado, Como andaluz me gusta que vuelva a nuestra tierra después de un impasse de unos años. Es un escaparate para conocer lugares extraordinarios. Este año los malagueños y andaluces podemos volver a estar contentos.
-Hablemos en concreto de esas dos etapas en la provincia, una con llegada a Rincón de la Victoria y otra con salida de Antequera. Quizás lo más llamativo es esa subida al puerto de Almáchar poco antes de la meta en Rincón...
-Sí. Es una etapa trampa. La primera parte es tranquila, pero al final la subida es muy explosiva, corta y dura. Es una jornada difícil, por estar después de un día de descanso, con lo que siempre son etapas muy peligrosas. Será difícil de interpretar para los equipos y, por tanto, muy atractiva.
escaso número de triunfos de etapa en su carrera
-¿Cuáles son las etapas que más le gustan o que cree que mejor le pueden venir a su perfil?
-La etapa de Córdoba es muy bonita para una fuga (con los altos de San Jerónimo y del 14%, de tercera y segunda categoría, respectivamente, en los últimos kilómetros) o la de Rincón. Las etapas con opción a una fuga...
-¿Conoce el Gamoniteiru? ¿Le han hablado de él otros corredores?
-Conozco la primera parte, la Cobertoria. La última sé que es muy dura. Intentaré ir antes a conocerlo. Son lugares extraordinarios. Y también me atrae en Extremadura el Pico Villuercas (que será el final de la decimocuarta etapa).
-¿Se puede comparar el Gamoniteiru al L'Angliru?
-Son dos puertos muy diferentes. El Gamoniteiru (que se estrena en esta Vuelta) era conocido ya entre ciclistas y cicloturistas, con un coeficiente de dureza extremo, de los mas duros que se pueden subir en las tres grandes. El L'Angliru tiene rampas imposibles y en el otro son más constantes, pero duras. La primera parte, la Cobertoria, las tiene en torno al 10%.
-¿Se ve peleando por fin por una buena general, que trabajen para usted y aspirar, por ejemplo, a un 'top ten' de la general, o eso serían palabras mayores?
-El objetivo principal del equipo será estar en las fugas, ser competitivo en las de cada día. Tenemos los pies en el suelo y somos realistas. Queremos ser un equipo que corra al ataque y sea combativo. También tenemos a Juanjo Lobato o Mikel Aristi, que pueden optar a un esprint...
-¿Qué se ha encontrado en el Euskaltel que no tuviera en el Cofidis?
-Hay diferencias. Uno es francés y otro español... No tiene nada que ver en muchos aspectos. Este es un proyecto muy ilusionante, con muchas ganas de aprender, con pasión por lo que se hace. Sobre todo, con ganas de dejar la impronta de un equipo aguerrido, valiente. Es un conjunto que tiene detrás una masa social muy grande, y eso casi ninguno en el panorama internacional lo puede decir. Nuestra principal razón de ser es devolverle a la masa social lo que nos aporta.
la ausencia de público en las cunetas
-¿Por qué traza esa diferencia tan grande entre que el equipo sea español o francés?
-El carácter francés es muy distinto. Son maneras de ser, de vivir, las costumbres, el idioma... Tampoco la manera de comunicarse es igual con gente que habla tu idioma.
-¿Vive ahora más tiempo en el País Vasco?
-Sí. Paso mucho tiempo en el Norte. Es importante sentirme involucrado con el proyecto, que tiene raíces de cantera, con un equipo sub-23 y otro de féminas. Otro de los principales impulsores es Orbea, y está radicado allí.
-Usted puede presumir de haber corrido nueve Vueltas y seis Tours sin abandonos, pero en su carrera hay muy pocos triunfos de etapa. ¿Es el momento de soñar por fin con los triunfos parciales?
-Nunca es mal momento. Igual me falta alguno. No soy un ganador, lo he tenido claro en mi carera, pero si alguien que pudiera hacer ganar a los demás gracias a mi trabajo. Evidentemente a nadie le disgusta ganar, siempre se es un buen momento para ello. En el deporte se compite para ganar. Pero no lo veo como una obsesión ni un lunar.
La retirada del ciclismo
-Pero reconocerá que ahora será más factible ganar, más liberado, ¿no?
-Tácticamente ahora voy a tener más opciones. He pasado muchos días de competición en los que me debía a un líder. Si no a un escalador, a alguien que hacía la general. Eso a priori me abre el abanico estadístico de ir en fuga y pelear. Si antes de veintiuna etapas tenía tres para la fuga, ahora tengo veinte, se abre. También ahora somos ocho del equipo los que iremos a la fuga...
-¿Para cuando cree que se verá un ciclismo libre de medidas anti Covid-19?
-No lo sé. Los que deberían responder a esa pregunta son las autoridades sanitarias y los expertos. Cuando toda la población esté vacunada podremos volver a la normalidad y ver al público en las cunetas. Nuestro deporte no es nada sin él. Es una anomalía el ciclismo sin aficionados.
-¿Cree que los profesionales están entendiendo y valorando el esfuerzo que se hace por parte de los organizadores para mantener el tinglado?
-Por supuesto. Somos unos privilegiados en estas difíciles circunstancias. Hay gente que no puede decir lo mismo, y hay muchas personas que hacen un esfuerzo para que todo salga adelante.
-¿Es verdad que ahora que falta gente en las cunetas se hacen más duras las etapas?
-Sí. Esto lo sostiene la afición. No hay otro deporte en el que estés cara a cara con ellos, que te transmitan su aliento, pero hay que comprenderlo. La situación es muy trágica y en este momento el deporte tiene que pasar a un segundo plano.
-¿Cómo se sintió ese día de la Clásica de Almería en el que sale a competir con un 'maillot' naranja, que no es rojo (el del Cofidis), una década después?
-Pues cuando venía un Cofidis me iba para él, como la equipación no ha cambiado... Fue muy especial y quería hacerlo muy bien para agradecer la confianza (ganó el Gran Premio de la Montaña). Cada vez estoy más convencido de que la decisión ha sido la más acertada.
-A punto de los 36 años (los cumple el miércoles 23), ¿siente que le queda mucho aún por vivir y disfrutar en el ciclismo?
-Quedarme sé que me queda mucho del ciclismo. Ahora, como profesional por pura biología el final está mas cerca que ayer. Me considero un privilegiado. El ciclismo es un pilar en mi vida y disfruto de sus valores. De momento tengo dos años de contrato y quiero hacer muchas cosas.
-¿Qué explicación tiene para esta nueva generación tan explosiva que estamos viendo en el ciclismo? ¿Ha coincidido una buena hornada o hay alguna razón que justifique que ahora brillen tan pronto algunos ciclistas: los Egan Bernal, Remco Evenepoel, Mathie Van der Poel, Tadej Pogacar, Wout Van Aert...?
-Por supuesto que hay una explicación fuera del ciclismo, social. Vivimos en una época en que en muchos aspectos de la vida hay una emancipación temprana. Además, en el ciclismo si ves cómo nos entrenábamos los juveniles de nuestra época o cómo lo hacen ahora, ahí está la explicación. Nosotros no nos entrenábamos, montábamos en bici. Ellos tienen ahora nutricionistas, hacen muchísimos kilómetros y aceleran el desarrollo físico siendo chavales con veinte años. Dicho esto, no me parece que sea el modelo de desarrollo ideal. Nuestro deporte te enseña a crecer paso a paso y a ser paciente. Me da un poco de miedo esta emancipación temprana, como vemos con Evenepoel y Bernal. Puede generar juguetes rotos de aquí a unos años. Las categorías de formación deben ser eso y este modelo no es el que me gusta.
-Uno de sus escenarios preferidos para entrenarse cerca de casa es el Puerto de Peñas Blancas (Estepona), que ahora ha recibido mejoras en su prolongación, ¿verdad?
-Sí, hay un tramo de asfalto que han sumado al puerto de Los Reales, que sube hasta las antenas. Ha hecho que el puerto sea más largo y duro. Atrae a más cicloturistas.
-¿Qué le pediría alas instituciones y a la ciudadanía cara a la seguridad de los profesionales del ciclismo y el resto de cicloturistas?
-Es una cuestión pedagógica. Todo el que tiene un vehículo entre manos, a ciertas velocidades, es un proyectil. Parece que nuestra sociedad no es consciente de la cantidad de dramas y muertes que hay en las carreteras, ya no sólo con la bici. Ni una sociedad en su sano juicio puede permitirse el goteo de muertes en la carretera que se sigue dando. Tenemos que ser conscientes de eso. Un correcto uso es fundamental. En la bici vamos padres, hijos, hermanos, y les diría a los conductores que piensen en eso, que pueden ser familiares de algunos de ellos.
-¿Y a las instituciones?
-A las instituciones que trabajan en ello, que hagan campañas desde abajo, que se desarrolle una labor pedagógica desde la escuela y tener más sentido común.
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