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Con la competición parada cinco meses (entre primeros de marzo y de agosto), no cabe duda de que no ha sido un año que deje demasiados buenos recuerdos para los coineños Pablo Guerrero y Carmelo Urbano, que han protagonizado un 2020 histórico al menos para el ciclismo malagueño, ya que por primera vez ha habido tres corredores profesionales en el pelotón, junto al veterano Luis Ángel Maté. Pero el hachazo al calendario del coronavirus les ha restado lucimiento. No sólo eso. Pablo ni siquiera seguirá en el Burgos-BH y regresa al 'mountain bike' (MTB). Aunque Carmelo tiene un año más de vínculo con el Caja Rural Seguros RGA (al ser neoprofesional, el primer contrato ha de ser de dos años), ambos han pasado por problemas de salud: Pablo, una fractura limpia de clavícula antes de la cuarentena, Carmelo, una operación de apendicitis en noviembre.
«No contaban conmigo, y como tenía bastantes ganas de correr montaña...», se explica Pablo Guerrero, que en 2021 estará en el Tomas Belles, un equipo de marathon de Manresa, de los más importantes del país. «Tuve mala suerte yo y en general el resto de corredores», asume, pero en su caso hubo un episodio clave: su caída en la Faun-Ardeche, en Francia. Aunque sufrió una fractura de clavícula limpia y tuvo la cuarentena para recuperarse, ya no fue igual: «Me costó arrancar tras el confinamiento y apenas tuve opciones de mostrar que podía para seguir». Con todo, ganó la montaña en el Trofeo Agostinho, en Portugal, y estuvo incluido en la preselección de la Vuelta a España.
Guerrero venía ya de tres años en otro conjunto de ciclismo en carretera, el Boavista luso, de categoría Continental, pero con el Burgos había subido al segundo nivel (Profesional Continental) en la escala de la UCI. «Firmé un contrato de un año, y hay algunos que tienen de dos y eso te da más tranquilidad. Por una parte estoy contento porque tengo esta oportunidad en el 'mountain bike', con el extra de motivación de que sigo siendo el vigente campeón de España, porque este año no se ha celebrado«, afirma.
El corredor habla con este periódico en plena escapada a Manresa para una reunión con su equipo. El calendario no lo tiene definido, pero puede pasar por las principales pruebas de su modalidad, marathon. «Empezaremos a finales de enero en Alicante (Costa Blanca Bike Race), y si todo sale bien será amplio«. El malagueño prevé acudir a la Andalucía Bike Race, uno de sus objetivos más importantes, en la que competirá por parejas junto a Roberto Bou. Además, la Titan Desert, la Copa del Mundo de Marathon, el Europeo, y el Campeonato de España.
«Esperemos que este año funcionen las pruebas, y en las que hay por parejas creo que podremos hacer grandes cosas», avanza. Además, es un firme defensor de competir pese a la pandemia: «Si se hacen bien las cosas, las carreras importantes del calendario se celebran. Este año la experiencia ha sido buena. Eso sí, las más locales son más complicadas, porque el protocolo tiene su coste».
De un coineño que regresa al MTB, a otro que trata de hacer carrera en ruta. Porque Carmelo Urbano lo que ha hecho fundamentalmente en este 2020 es aprender. «La valoración que hago es positiva. Conmigo quieren ir paso a paso. Los técnicos saben cuál es mi punto débil, que llevo poco en el ciclismo de carretera (apenas tres años), no soy como un canterano que lleva desde niño, y en ese sentido soy como un diamante a pulir. Me exigen sólo ser profesional«, explica, y cara a 2021 pretende dar un pequeño paso adelante: «Me gustaría mejorar en los kilómetros finales de las carreras. Llegar al final con más fuerza y poder ayudar al equipo en los metros decisivos, ser ese último hombre junto al líder«.
De este 2020 se queda con su debut en la Vuelta a Andalucía, en la que durante tres días vistió el 'maillot' de líder de las metas volantes (una al paso por su localidad natal, Coín). También disfrutó en la Mont Ventoux Challengue, con las dos ascensiones al coloso alpino. «La exigencia es mucho mayor. Esto ya no es un 'hobby', es un trabajo. La forma de correr de profesionales es muy distinta. Ya sólo en el hecho de cómo plantear las carreras o el respeto a los demás equipos... Es como una empresa», reconoce.
A sus 23 años, Carmelo aún no se plantea triunfos de etapa o correr en la Vuelta a España. «Tengo los pies en el suelo». El 11 de enero tendrá la reunión de equipo en Calpe (Alicante) y se analizará el calendario. «Me gustaría llegar muy en forma a la Vuelta a Andalucía», se marca como reto. Y es que en las últimas semanas ha tenido un imprevisto. Operado de apendicitis en el Clínico, lleva apenas una semana de entrenamientos. Ahora sale con su hermano, a un ritmo bajo, y espera ir a más lo que queda de mes y en enero.
El joven coineño analiza con algo de pena que ya no sean tres los profesionales malagueños. «La parte positiva es la de Maté, que viene a un equipo de casa (el Euskaltel)». Y sobre la experiencia de salir fuera de España a competir en plena pandemia, lo asume con normalidad: «No he visto contagios cercanos en el ciclismo. Se ha visto que con protocolos al final se puede hacer quizás todo, aunque sin público».
Fecha natal: 3-2-1997.
Altura y peso: 1,78 metros/62 kilos.
Equipo en 2020: Caja Rural-Seguros RGA.
Pruebas en 2020: Challengue Ciclista Mallorca, Vuelta a Murcia, Vuelta a Andalucía, Faun-Ardeche Classic. Royal Bernard Drome Classic, Mont Ventoux Challengue, Nacional en Ruta, Tour de Hungria, Belgrado-Banja Luka, Giro de la Toscana, Coppa Sabatini y Giro de los Apeninos.
Fecha natal: 20-3-1992
Altura y peso: 1,73 metros/56 kilos
Equipo en 2020: Burgos-BH.
Pruebas en 2020: Saudi Tour, Vuelta a Andalucía, Faun-Ardeche Classic. Royal Bernard Drome Classic, Nacional en Ruta, Trofeo Agostinho y Villafranca-Ordizia.
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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