El Trops Málaga da la cara, pero cae ante el líder

El choque arrancó con una dura defensa por parte del Trops, que impidió que Torrelavega tuviera lanzamientos cómodos. Nadie habría pensado que ninguno de los dos no tenían nada en disputa, puesto que la energía y la tensión crecieron a medida que pasaban los minutos. Sí es cierto que algunos jugadores menos habituales dispusieron de oportunidades para enseñar su calidad. Al igual que los 20 primeros minutos se basaron en la defensa y un tanteo bajo (9-5, min. 20), tras ellos el encuentro se convirtió en un correcalles. Esto, sumado al atasco en ataque del Trops, encarriló el partido a favor del conjunto de Álex Mozas. Ese desacierto de Málaga de cara a puerta lo provocó José Manuel Urrutia. Pol Gavañach no tuvo que envidiar nada de la actuación de su rival, ya que también dio aire a sus compañeros al frenar las acometidas del líder.

Los minutos locos de la primera parte aumentaron la renta de la escuadra cántabra hasta los siete tantos gracias al gol de Borja Lombilla (15-8, min. 26). Esa ventaja fue la mayor del choque. Justo antes del descanso, dos goles seguidos de Matías Paya redujeron la diferencia hasta seis (16-10, min. 30).

El bloque malagueño no le perdió la cara al partido y regresó al parqué sin nada que perder. Unos ajustes defensivos, junto a Gavañach y Paya tirando del carro en cada lado de la pista, demostraron que Quino Soler y sus jugadores no habían viajado a Madrid a pasearse. El Trops trabajó para colocarse a tan solo tres goles de diferencia (18-15, min. 37). El líder de la categoría no se dejó sorprender, mantuvo la calma y resolvió el partido cuando quiso. El apagón en ataque del conjunto blanquiazul facilitó que la renta se pusiera nuevamente en siete goles a favor del Bathco. Carlos González, que provocó severos problemas a la defensa del equipo cántabro en el conato de remontada malagueña, fue uno de los más destacados en las filas del conjunto blanquiazul.

A escasos minutos para la conclusión, un inoportuno resbalón de Álvaro Zapico dejó la nota más negativa del día. El jugador del Trops empezó a cojear, se echó la mano a la rodilla derecha y tuvo que retirarse al banquillo con la ayuda de un compañero. Aún le quedó energía al Málaga para intentar, en vano, maquillar el marcador. Pese a ello, las sensaciones fueron muy positivas y reforzarán al equipo de cara a la siguiente y decisiva fase.