Secciones
Servicios
Destacamos
No pudo ser más sufrida, pero así se saborea más. El Barça conquistó este domingo en Colonia, y ante el Kielce (32-32 tras la prórroga y 5-3 en los penaltis) y la Champions League, y con ello el malagueño Antonio Carlos Ortega logró su mayor éxito en su brillante trayectoria como entrenador. Es la séptima corona continental para el que fuera extremo azulgrana, que sumó la friolera de seis como jugador (1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2005).
Ortega se quitó este domingo alguna que otra espinita clavada. En las temporadas 2013-14 y 2014-15, al frente del potente Veszprem húngaro, llevó al equipo también a la Final Four de Colonia. En la primera cayó en la semifinal ante el Kiel (26-29) y en la segunda, en la final ante el Barça (23-28). Además, en esta ocasión se ha roto una tradición historica: un equipo, el catalán, encadena por primera vez dos títulos en la competición con el formato de Final a Cuatro, lo que habla de la dificultad de la empresa asumida por el entrenador malagueño.
Pero la razón más evidente de que no fue una tarea sencilla para Ortega fue el hecho de tomar la herencia en el banquillo de Xavi Pascual. Este había completado un curso perfecto (61 victorias sin fallo) en la temporada 2020-21, ganando todas las competiciones. Incluso, durante la campaña se pudieron generar algunas dudas tras tres derrotas y dos empates en partidos de la Champions, además de ceder en la final del Mundialito de clubes (la denominada Super Globe).
Además, Ortega se impuso en la final al Lomza Vive Kielce polaco, conjunto que dirige su excompañero en la selección Talant Dujshebaev, y que cuenta en sus filas con tres 'hispanos', Miguel Sánchez-Migallón y los hijos del técnico, Álex (que fue el mejor de la final y falló el penalti decisivo en a tanda) y Dani Dujshebaev.
El Barça tuvo media final ganada en e tiempo reglamentario, pero un dos contra uno mal decidido por la defensa azulgrana permitió al Kielce forzar la prórroga con un gol a dos segundos del final. El choque estuvo presidido por la igualdad en todo momento con rentas que llegaron a ser de tres goles al inicio para el equipo español, que nunca fue perdiendo por más de un tanto, y que defendió el empate al término de la próroga para llegar a los penaltis.
Era una ocasión excepcional para Antonio Carlos Ortega, de manera que un grupo de malagueños estuvo en Colonia en su apoyo, capitaneados por Juanjo Fernández, el entrenador que le dio la alternativa en el Puleva. «Es una alegría inmensa. Hemos venido un grupo de quince o dieciséis malagueños y sufrimos, porque el partido fue muy complicado. El Kielce fue muy correoso y hubo buenas defensas. Es un orgullo estar apoyando a un jugador con el que hemos convivido desde que tenía 14 años», comentó a este periódico. En el grupo no faltaron Antonio Gatell, Miguel Maza, Manolo Guerrero, Chicho, Francis Maté, Quique Maté, Armada y Alberto Fernández.
No estuvo en Colonia Quino Soler, excompañero y el otro gran jugador vivo de su generación (fallecido José Luis Pérez Canca). «Estoy feliz por verlo conseguir una competición que es la más importante, en un partido igualado que se decide en penaltis. Un guión perfecto, por tanto. Estoy contento por él y por su familia, que a veces no nos acordamos de que son los que nos acompañan y sufren por nosotros», declaró al ahora entrenador del Trops Málaga.
En Colonia estuvieron también los hijos del propio Ortega y el medallista olímpico en kárate Damián Quintero, muy amigo de los jugadores del Barça tras el contacto establecido en la villa olímpica con los 'hispanos' en los Juegos de Tokio.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.