Lleva ya muchos años lejos de casa y, por ahora, no se plantea volver. Es lo que tiene competir en una de las ligas más ... potentes del continente y, dentro de esta, en uno de los conjuntos más fuertes. Marta López aterrizó en Rumanía allá por 2017 por lo que vive ya su séptima campaña allí. Dentro de sólo unos días cumplirá 34 años pero, lejos de lo que muchos podrían pensar, no se plantea su retirada a corto plazo. Físicamente, sigue en forma y anímicamente, aún se siente capacitada para extender su carrera unos años más.
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¿Dónde? Esa es la verdadera cuestión. «Claro que tengo ganas de volver a Málaga, pero llevo tanto tiempo fuera que no le cierro las puertas a ningún destino. Iré donde la vida me lleve», cuenta, aunque por ahora, le queda una campaña más en el Rapid de Bucarest, actualmente segundo de la Liga rumana y compitiendo en la fase de grupos de la Champions, la máxima competición continental, a la que ni siquiera tienen acceso los mejores equipos de España. Y es que mientras que el 'ranking' de ligas europeas de la EHF (la federación continental) sitúa a España por debajo del 'top 10', la rumana forma parte del 'top 5' (la mejor es Noruega).
El porqué, atiende a diversos factores: nivel de la competición, profesionalismo, presupuestos, condiciones laborales… Un mundo diferente al español. Así lo cuenta la malagueña: «El nivel de la Liga es más alto, los equipos están más igualados, el nivel de jugadoras profesionales es muy alto y también hay muchas experimentadas y extranjeras». A la hora de hablar de números, la realidad sí que dista mucho de nuestro país. «Los presupuestos son bastante altos, casi todos los equipos superan el millón y los más grandes podrían tener unos tres, cuatro o hasta cinco millones. Además, prácticamente todos los equipos tienen doce meses de sueldo. Viajamos con tiempo para poder descansar en el sitio y adaptarnos bien, hay seguridad social… Eso atrae mucho, porque te permite vivir de ello, como una profesional».
Eso sí, la exigencia siempre va de la mano de esta calidad de vida. Su equipo, antes liderado por el exseleccionador español Carlos Viver, prescindió de él por el mal arranque de campaña. Por fortuna, su equipo ya cabalga a buen ritmo y con López en plena forma y aportando una media de tres o cuatro goles por partido. Pero no sólo los títulos rumanos están en la mente de la malagueña este año. Este 2024, la reconocida extremo podría acudir a nada menos que sus cuartos Juegos Olímpicos. Aunque para ello, deberá ser convocada al Preolímpico de abril, donde España buscará la plaza para París.
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Y esto pasa por mejorar la imagen que las Guerreras dieron en el último Mundial, con una versión muy irregular que las dejó fuera de las eliminatorias. Fue duro para todas, pero además, por el clima que generaron en las redes sociales: «Creo que la gente ha sido bastante dura con el equipo. La gente ha cruzado unos niveles de faltas de respeto en sus comentarios, bastante altos. El equipo estaba decepcionado. Se quedó reflexionando qué debíamos hacer a partir de ahora,, los cambios que teníamos que hacer para mejorar», reconoce.
El sino fue caprichoso entonces y quiso brindar a las Guerreras una nueva oportunidad de pelear por la plaza para el Preolímpico, además ante los mismos rivales a los que se midió en la 'Main Round' del Mundial (Argentina, Países Bajos y República Checa). El equipo obtuvo la plaza más tarde gracias a su posición en el último Europeo y una carambola por resultados de sus rivales del Mundial, que favorecieron este hecho. «El universo nos ha dado una nueva oportunidad para demostrar que podemos hacer mejor las cosas y pienso que el equipo estará a un mejor nivel».
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Eso sí, Marta López espera ser convocada para esta importante cita, porque cabe recordar que no lo fue para el último Mundial, sino que el técnico, Ambros Martín, la llamó para que se uniera a última hora, en el trascurso del campeonato por lesión de una compañera. «No estar en la convocatoria fue un poco doloroso, porque sí que está entre los objetivos personales de una, pero al final todo depende de las preferencias del seleccionador».
Además, no niega que le ilusiona volver a sentir el gusanillo olímpico, sobre todo tras un Tokio 2021 agridulce, en plena pandemia. «Estoy contenta y motivada. El objetivo es estar en los Juegos y seguir compitiendo a un alto nivel. Espero que me tengan en cuenta. Pelearé para estar entre las catorce que van, aunque primero hay que clasificarse».
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