El regreso de Antequera a la élite del balonmano, nueve años después, no está siendo precisamente un camino de rosas. Al Iberoquinoa se le ha atragantado la Asobal tanto como meterse en la boca a la vez varios mantecados de la localidad de El Torcal. ... Después de ilusionarse al ganar en la segunda jornada al Ciudad de Logroño (el cuarto clasificado, por 33-31), en el único partido que se ha logrado puntuar, se han encadenado nueve derrotas, las cinco últimas ante rivales (Torrelavega, Valladolid, Huesca, Benidorm y Morrazo) con los que a priori debería producirse el acopio de puntos cara a soñar con a permanencia.
Publicidad
A día de hoy la sucesión de tropiezos ha minado la confianza de la plantilla malagueña, con un déficit principalmente en ataque, pero también en defensa, para competir ante los enemigos de la categoría, reducida este curso (tras cuatro descensos hace unos meses) al formato habitual, más selecto, de sólo dieciséis representantes.
¿Por qué no está funcionando el proyecto del Iberoquinoa en la élite? El club malagueño fue paciente durante muchos años en su apuesta por un mismo bloque de jugadores, pero a la hora de la verdad, alcanzado el logro del ascenso, perdió a tres pilares, que optaron por salir por cuestiones laborales: José Antonio Jiménez, Alberto Castro y Nacho Soto. Además de otras bajas decididas por el club, se fichó a los argentinos Grandi, Gavidia, además de Simenas y Da Silva. Se buscó un impulso cualitativo, con jugadores en algún caso con acreditada experiencia en la Asobal, pero la apuesta ha salido rana de momento.
El proyecto del Iberoquinoa se ha visto lastrado a nivel económico por los gastos necesarios para su participación en la categoría, lo que no han de asumir los inquilinos que ya estaban en ella. Han sido unos 120.000 euros que han mermado el presupuesto de la entidad antequerana, que ya de por sí es de los más bajos de la categoría.
A día de hoy el equipo está a cuatro puntos de la zona de permanencia, y ese es el principal agarradero, pero las sensaciones en la pista generan más pesimismo y el sábado toca el Barça. La intención del club sería buscar algún refuerzo de calidad al final de la primera vuelta del torneo (al Iberoquinoa le quedan cuatro jornadas) si el equipo está cerca en puntos del reto de la permanencia, pero de lo contrario no se considera sensato hipotecarse económicamente o poner en riesgo la viabilidad del club en años venideros. Porque el gran orgullo del balonmano en Antequera es la gran estructura de cantera (también la femenina), lo que siempre concede esperanza en un ilusionante futuro inmediato. Tanto es así, que ya han debutado jóvenes y estos podrían tener más minutos de experiencia en el final de la campaña, si lamentablemente, el conjunto estuviera lejos de la salvación.
Publicidad
Tampoco ha favorecido al Iberoquinoa su calendario, que le deparó a la mayoría de los mejores rivales en el arranque de la temporada. Tuvo que enfrentarse al Ademar, Logroño, Nava, Granollers o Bidasoa Irún, y los resultados adversos dejaron ya muy tocada a la plantilla. En la derrota la pasada semana ante el Frigoríficos Morrazo, lastrada por varias pérdidas iniciales y un parcial adverso, estalló incluso el entrenador, Lorenzo Ruiz, muy molesto en sus declaraciones al final del partido por la exigencia desmedida de un sector muy concreto de la grada al honrado trabajo de técnicos y jugadores.
Como contrapunto a las dificultades del Iberoquinoa, el Trops Málaga sueña ya con la Asobal. Al menos, con disputar la fase de ascenso. Aunque sólo se lleven siete jornadas y queden once, el equipo es segundo en División de Honor Plata en uno de los dos grupos de diez en que se estructura la categoría. Los cinco mejores de cada uno van a la fase de ascenso final, en la que arrastran los puntos sumados durante la primera liguilla ante los rivales clasificados. Luego, en la lucha por el ascenso, sólo se medirán a los clubes del otro grupo.
Se da el caso de que el líder es el Barça B, que no puede subir, por lo que el Trops es primero virtualmente. Hay confianza en llegar a la pelea por el ascenso y hacerlo en las mejores condiciones posibles (habiéndose dejado pocos puntos ante los rivales directos) en un Trops que este verano apostó por la continuidad. Sólo llegaron cuatro fichajes (Cabrera y Alberto Castro, desde el Iberoquinoa, y Leonel y Melgar con pasado en la Asobal) de gran rendimiento. El equipo ha dado un paso adelante desde la llegada de Quino Soler al banquillo, que ya propició una buena reacción la pasada campaña. Es la tercera campaña en la categoría, en un club refundado en 2016 y con miras muy ambiciosas cara a un futuro en la Asobal.
Además, se confía en que antes de que acabe el curso pueda jugar ya los partidos en Carranque, con más aforo, aunque desde la entidad están muy agradecidos al y las facilidades recibidas los últimos meses en el Colegio Los Olivos.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.