El Iberoquinoa Antequera, sin opciones de puntuar en Logroño

El cuadro antequerano se desenganchó del duelo al cuarto de hora. Desde entonces y hasta el 32-22 final, su objetivo no fue otro que evitar un resultado de escarnio. Lo consiguió, pero la Asobal se le escapa semana tras semana. Puntuar en Logroño era misión imposible.

Aunque el Iberoquinoa Antequera se apuntó los primeros intercambios, el Logroño La Rioja no tardó en cobrarse la ventaja, obligando a los visitantes a ir a remolque, lastrado por las malas decisiones de Jorge Dasilva, un seguro casi siempre pero que falló en un par de lances claros. Con todo, los forasteros, gracias a su balonmano físico, neutralizaron a los locales.

Sin embargo, tras estrellarse en repetidas ocasiones contra Jorge Pérez, los jugadores del Antequera empezaron a bajar los brazos, incapaces de anotar con fluidez y, sobre todo, parar el poderoso brazo ejecutor de Rivero. Pasado el primer cuarto de hora del partido, los locales ya habían abierto su primer hueco (9-3), circunstancia que provocó que Lorenzo Ruiz parase el partido.

Si bien el Iberoquinoa comenzó a ver portería, Mario Dorado, a ritmo de penaltis, y el cubano Ángel Rivero seguían siendo una pesadilla hasta el punto que los visitantes, a lo sumo, lograban un intercambio de goles (y fallos) que no favorecía sus intereses. Así, el Antequera alcanzó el descanso con un contundente 16-8, justo a tenor de las numerosas ocasiones malogradas por el cuadro malagueño ante un inconmensurable Jorge Pérez. Los anfitriones, sin necesidad de exponer su mejor balonmano, se acercaban a su objetivo.

Tras la pausa, continuó el intercambio de golpes, escenario que no sirvió para que el colectivo antequerano se metiese en el choque. Los pupilos de Lorenzo Ruiz iban camino de su decimoquinta derrota consecutiva. Con 25 minutos por delante y 19-9 en el marcador, se trataba de maquillar el marcador. Eso sí, Ángel Rivero no estaba por la labor, protagonizando un festival anotador para desgracia de los intereses antequeranos. Cuando el cubano no lucía (fue excluido a continuación), lo hacía Jorge Pérez, que firmó una de sus mejores noches.

El relevo anotador del '5' local lo retomó Tomás Moreira. El capitán, desaparecido en la primera mitad, hizo mucho daño al Antequera, impidiendo la reacción visitante. El Ciudad de Logroño se movió siempre en rentas de diez goles (24-14), imposibles de rectificar.

Así, el encuentro se fue acercando a su epílogo. No hubo intensidad defensiva y solo Jorge Pérez, por parte local, y Moyano, por la visitante, se ejercitaron al máximo. El aragonés solo encajó veintidós. Salvó muchos más. Su homólogo se tuvo que conformar con 32. Y gracias que los hombres Miguel Ángel Velasco pensaron durante la segunda mitad en su próximo compromiso europeo.