Las reinas no quieren soltar su corona

Pese a las tablas que ya tiene este equipo, resultaba imposible no sentir cierto nerviosismo ante un escenario como este, el Martín Carpena. Apostó Suso Gallardo por un esquema inicial con un cambio significativo: la malagueña Virginia por la habitual titular Merche Castellanos, baja importante al presentar molestias. Pero si hay un área perfectamente cubierta en este equipo es la portería. No defraudó la meta local, aun con alguna laguna, reapareció en el momento indicado.

Sin duda alguna y pese a lo que indicara el igualado marcador, los primeros 20 minutos llevaron el sello malagueño; sólo faltaba una marcha más y quizá algo más de precisión, para coger algo de aire. Por desgracia, eso no fue así.

Unos 8 minutos antes del descanso, un Rocasa muy físico comenzó a sacar petróleo de sus llegadas al área rival -ya fuera forzando penaltis o con goles diversos-, logrando ponerse hasta dos goles por encima por primera vez en el partido. Y fue a partir de entonces cuando la situación empezó a oscurecerse. La tensión impulsó imprecisiones en defensa, balones perdidos en ataque y exclusiones muy discutidas en el banquillo local. Al descanso, el resultado o podía ser otro que un empate (14-14). Se palpaba el sentimiento de liderazgo de las 'panteras'. Sin embargo, dada la igualdad y la dureza del rival, nada quedaba claro cara a la segunda mitad.

Y no empezaba con buen pie el equipo en la reanudación del juego; tuvo que afrontar un +2 que borró la sonrisa de sus caras. Ni siquiera valió entonces la exhibición de carácter, gol y solidez defensiva de Rocío Campigli. Se palpaba la frustración entre las malagueñas; necesitaban una reacción ipso facto, algo que les devolviera la magia.

Y aunque tardó en aparecer, llegó. Acabaron con la diferencia de tres dianas en contra, volvieron las tablas y volvió a animarse el público, y lo cierto es que necesitaban ese aliento. Por desgracia, duró poco la alegría. El Rocasa, muy sólido y haciendo alarde de su amplio amalgama de recursos y la sensacional actuación de Lourdes Guerra en la portería, volvió a liderar.

A falta de diez minutos, el +3 se hacía cada vez más duro de llevar. Pero dos goles de Sara Bravo desde el extremo volvieron a poner a un tanto al equipo, y de nuevo, a levantar a la afición, que entonó el '¡Sí se puede!' a cinco minutos del final. De repente, se hizo el milagro. La tarjeta roja a María Gomes provocó el penalti del empate al límite del tiempo reglamentario (28-28). Lo firmó, sin temblar, Silvia Arderius, ocasionando la prórroga.

El partido empezó de nuevo. Ahora sí, con un Costa del Sol lleno de carácter y energía, liderado por la central madrileña y una Virginia apoteósica bajo palos. Éste era el equipo que todos queríamos ver, el que toma la iniciativa, pelea cada balón y nunca tira la toalla. El equipo que logró ponerse tres arriba al cierre de la primera parte de la prórroga. La segunda parte de la prórroga fue agónica, porque el incansable Rocasa se negaba a bajar los brazos, pero la dupla Doiro (MVP del partido)-Arderius estaba de dulce. Nadie pudo frenar a este equipo (34-32), que se ganó el pase a la semifinal con sangre, sudor y lágrimas.