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El balonmano ha hecho justicia con el Iberoquinoa Antequera. Nueve años después, la ciudad de El Torcal volverá a tener equipo en la máxima categoría, en la Liga Asobal. Un premio a la constancia de un club con una impecable gestión, con un ... excepcional trabajo de cantera y que ya en los últimos años estaba golpeando a la puerta del ascenso, lo que al final se consumó este domingo, delante de su afición como todos querían, tras vencer por un gol de diferencia (23-22) al UBU San Pablo Burgos.
Pese a que la derrota del sábado del Torrelavega –líder y ya ascendido– en su pista ante el Acanor Novás (29-30) pospuso la fiesta, al final todo sucedió este domingo según el guión deseado: ganarse un ascenso en la pista, para poder celebrarlo delante de su parroquia. El Iberoquinoa derrotó al UBU San Pablo Burgos en el Fernando Argüelles (23-22) y eso ha permitido que las cuentas cuadren a dos jornadas del final, ya que al Acanor Novás está cuatro puntos por detrás y con el 'goal average' perdido, con lo que no podrá alcanzar al equipo malagueño. La presencia del Barça B en la misma zona de la tabla es intrascendente, porque este filial no puede subir.
Este deporte en Antequera es una historia de disoluciones y reapariciones. El Balonmano Torcal, que llegó a jugar en la segunda categoría nacional, desapareció por problemas económicos en la temporada 1993-94. Se refundó como Balonmano Antequera, y vivió sus años más dorados, porque entre 2006 y 2012, dirigido por Antonio Carlos Ortega, estuvo seis temporadas en la Liga Asobal y hubo incluso una oferta de Al-Thani para comprar el club. En la segunda de estas campañas, la 2007-08, jugó la Copa del Rey. Su rival fue el Ciudad Real, con derrota en cuartos de final por 30-22. Tras la campaña 2011-12, desapareció por sus deudas.
Volvieron así a repetirse las temidas circunstancias de años atrás, y el club se refundó en junio de 2012 como Balonmano Los Dólmenes, que ha tenido diferentes patrocinios, el actual con Iberoquinoa.
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En la temporada 2017-18 ya jugaba en la División de Honor Plata y fue tercero, pero cedió en las semifinales de los 'play-off' de ascenso ante el BM Sinfín (23-24), en un formato de competición distinto al de esta temporada, con un solo grupo y unas semifinales en una sede fija para dirimir en un fin de semana el tercer ascenso (había dos directos). En la campaña 2018-19 el equipo fue séptimo, pero en la 2019-20 (el curso pasado) estaba en puestos de fase de ascenso antes de la pandemia (cuarto), pero sólo se otorgaron dos plazas directas y se vio perjudicado al ponerse fin a la competición y no ofrecérsele otras opciones como las dadas en ligas de otros deportes, como el fútbol-sala.
El Iberoquinoa ha sabido imponerse a todos los obstáculos esta temporada. Para empezar, el de la pandemia, que ha restringido o incluso impedido el acceso de público al Argüelles. Luego, la marcha de Rafa Baena unos meses a la Bundesliga, como tenía por contrato, aunque regresó en enero; más tarde, la de José Antonio Jiménez, tras aprobar las oposiciones a guardia civil y, a finales de noviembre, la partida de Quino Soler (le sustituyó Chispi, que ha alternado esa labor con la de jugador), ayudante de Lorenzo Ruiz y responsable de la planificación deportiva, que tan bien ejercía el control del proyecto, para entrenar al Trops Málaga en la misma categoría.
En un formato de competición nuevo, con dos grupos y una fase posterior por el ascenso con los cinco mejores de cada uno de ellos (con triunfos arrastrados ante los equipos que pasan a la misma competición), la clave del ascenso ha estado en la buena marcha en el arranque de esta última liguilla, lo que dejó encarrilado el ascenso semanas atrás.
Este ascenso se lo dedico a Pepe Jiménez. Todavía recuerdo aquella ultima noche suya, y su ilusión entonces era que fuéramos a la Asobal», se sincera la presidente del Balonmano Torcal, Lourdes Melero, que lleva cinco años al frente de la entidad. Alude a la muerte repentina en octubre de 2019 del que fuera gerente de Conservas Alsur ,pionero de la quinoa y principal apoyo de una entidad que cuenta con 250 jugadores y catorce equipos federados en su base. «Hemos crecido mucho. Para nosotros es un orgullo. Los resultados de la base nos animan mucho», reconoce Melero, que elogia la labor de Rafa Ruiz al frente de ella. La idea de la entidad es de pasar de un presupuesto de unos 225.000 euros como el actual, que no es de los altos de División de Honor B, a uno de al menos 400.000, y se mostró tranquila por tener los apoyos atados para competir en la élite cara al próximo curso.
El Iberoquinoa cuenta, además, con una base de jugadores que no ha cambiado en los últimos años, y con un núcleo importante de canteranos (ocho), en una estructura muy trabajada y cada vez con más peso de los equipos femeninos. Pero las riendas del grupo la han llevado los veteranos: los Diego Moyano, Rafa Baena, Chispi y el capitán Francis Morales, más el buen hacer en el campo de Adrián Santamaría, Nacho Soto y Alberto Castro, otros tres pilares.
Se puede dar el caso la próxima temporada de que Antonio Carlos Ortega, que se perfila como entrenador del Barcelona, en su regreso a España, tenga que enfrentarse al Iberoquinoa, uno de los equipos de sus amores. Y en las filas azulgrana puede estar ya el antequerano Juan Palomino, el diamante de la cantera, el lateral que el pasado verano salió al filial del cuadro 'culé' ante su gran proyección.
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