El Iberoquinoa regala un triunfo a su afición en el regreso de la Asobal al Argüelles

Antequera volvía a lo más alto del balonmano español este sábado, tras el debut con derrota en León. Las gradas como en las grandes ocasiones con más de mil espectadores que animaron a los suyos de principio a fin. Quien quiera puntuar en el Argüelles va a tener que sudar mucho, si se mantiene la conexión entre el público y el equipo que lo dio todo. Es una de las claves para mantenerse: hacer del Argüelles un fortín complicado de asaltar.

Tras un inicio con alternancia en el marcador, pronto el conjunto local supo obtener una renta que fue administrando durante todos los primeros treinta minutos, logrando incluso ir ampliándola. La revelación de la pretemporada, el argentino Grandi como referente goleador, unido a la firmeza en los siete metros de Nacho del Castillo y un Diego Moyano en la portería hecho una fiera, llevó al Antequera a ofrecer su mejor versión con otros recursos como el lanzamiento exterior de Simenas que siguió su buen ritmo mostrado en León.

Tal era el control del balón que el Logroño buscó en las contras sus respuestas, pero Franco Gavidia mostró por qué es el jefe de la defensa y Rafa Baena empezó a conseguir balones y consiguió ampliar la distancia con una renta máxima de 5 goles (17-12).

Con el 19-15 se iniciaba el segundo periodo, pero no estaba todo dicho: quedaban 30 minutos. Exclusión a Lucas Grandi a las primeras de cambio y el Logroño se coloca uno abajo. La defensa 6-0 del conjunto riojano obliga a ataques largos, siempre con la amenaza de pasivo presente, y había que buscar otros recursos como los lanzamientos desde nueve metros de Jorge Silva, otra de las alternativas de la pizarra de Lorenzo Ruiz.

El técnico fue explotando sus recursos y fue cuando aparecieron Chispi desde siete metros y un increíble Moyano, intratable bajo palos, quien cuando más se acercaban los visitantes, más paraba. No fue fácil, ni lo será, pero hay que jugar, ganar y sacar puntos.

Una defensa adelantada que proponía el entrenador Miguel Ángel Velasco frenaba al Iberoquinoa. Un gol de Fernando Moreno desde el extremo daba margen para saborear los últimos segundos con más tranquilidad. El joven talento también ha dado un paso más este año. Y al sonar la bocina, fiesta en la cancha y en la grada. El Iberoquinoa y Antequera ya saben lo que es ganar en el regreso a Asobal.