
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Tres días después de que los Toronto Raptors ganaran la NBA, Sergio Scariolo ya estaba trabajando con la selección española: «Y a los cinco días de ganar el Mundial ya había vuelto con los Raptors». La alta competición no deja margen para saborear los éxitos. «Ni para desesperarte por los fracasos», apunta consciente del reverso de una moneda que no siempre le ha caído de cara: «Hay momentos duros, en los que apretar los dientes, pero tienes que recordarte a ti mismo la suerte que tienes de hacer algo que te encanta». Hace cuarenta años que comenzó su trayectoria como entrenador, desgranada anoche en La Alameda, el programa coproducido por 101 Televisión y diario SUR y presentado por el director de este periódico, Manuel Castillo, pero Scariolo conserva intacta la pasión «por el juego en sí».
El de Brescia, coronado como campeón mundial el año pasado, advierte de que el talento acumulado en la selección española durante los últimos tiempos «no será el mismo» ahora que la generación de jugadores nacidos en los ochenta desfila por la jubilación: «Tendremos que compensarlo con otras cosas. Hay una continuidad de competitividad que queremos mantener y estamos contentos con el trabajo de las categorías inferiores». También prefiere mirar al futuro cuando le preguntan por el anillo de la NBA, conseguido apenas tres meses antes del Mundial: «No tengo la sensación de haberlo ganado todo. El éxito más importante es lo que sientes dentro de ti, no una medalla en el cuello o un anillo en el dedo. Creer que estás haciendo bien las cosas motiva como nada en el mundo».
En una mesa compartida también por los periodistas Javier Recio y José Miguel Aguilar y el entrenador Manuel Povea, que acaba de fichar por los Supersónicos de Miranda, en Venezuela, Scariolo reconoció que hay ejemplos frecuentes «de equipos arruinados por el ego», un escollo que recomienda evitar empezando por uno mismo: «Para gestionar el ego de los demás hay que comenzar por el tuyo propio. Si eres inteligente, entiendes que tu éxito es el éxito que pueda conseguir tu equipo». Preguntado sobre el ambiente en la selección española, aseguró ser «uno más» de la familia: «Hay momentos en los que sólo tienes que seguir la corriente. Si por hacer ver que eres importante o que estás ahí pretendes cambiar algo, probablemente lo empeorarás. Los jugadores han sido mis aliados, aunque a veces hayamos discrepado. Pero el entrenador propone, no impone. Y debe saber escuchar».
Povea preguntó hasta qué punto el engranaje minucioso de la NBA, con equipos «alargados» hasta cubrir cada detalle, «tiene que ver con la cultura o con la economía». Scariolo, entrenador del Unicaja entre 2003 y 2008, reconoce que la liga estadounidense «está a años luz de Europa», especialmente en materia de trabajo individual: «Allí hay pautas de velocidad, fuerza, dieta y psicología para cada jugador». Esa personalización, considera el seleccionador nacional, «marca la diferencia» y es posible por los recursos económicos de la NBA, aunque existen más matices: «El mundo norteamericano es extremadamente competitivo, con una exigencia de trabajo brutal y poco tiempo para el disfrute personal. El ritmo es superior».
Scariolo admitió que la tecnología y el idioma técnico supusieron sus mayores problemas de adaptación (ver vídeo) durante el aterrizaje en Estados Unidos, donde le hubiera gustado entrenar a Michael Jordan y Kobe Bryant (ver vídeo), además de reclamar mayor flexibilidad en Europa para compaginar la práctica del deporte y la formación académica: «El baloncesto norteamericano es complejo y tiene un nivel altísimo que desde aquí ni percibimos, pero empiezan por ponerlo fácil para estudiar y jugar. Aquí ocurre al contrario, apenas hay posibilidades de competir y formarse y les hacen elegir demasiado pronto, cuando aún no puede saberse si van a llegar a algo en el deporte».
Los entrenadores negros aún son minoría en la NBA pese a que casi todas las estrellas de la liga son afroamericanas. Scariolo reconoce que existe «un desequilibrio que preveo que se intentará recompensar en los próximos dos años». El entrenador asistente de los Raptors no piensa quedarse a vivir en Estados Unidos, donde ha sentido «miedo a reacciones policiales por hacer chirriar los neumáticos o correr en un aparcamiento porque llegaba tarde», un problema que viene de lejos: «No creo que sea un problema político. La exageración me produce rechazo. Hay un problema, pero la solución no pasa por radicalizar la respuesta».
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