La guerra es la guerra y la FIBA ha encontrado para ganarla, ahora sÍ, la que parece la aliada perfecta, la NBA, aprovechando uno de ... los momentos de debilidad más graves por los que ha atravesado la Euroliga en sus más de 20 años de historia desde los que también fueron unos complicados comienzos.

Publicidad

El descontento por la gestión, el reparto de beneficios, la división interna entre los clubes propietarios -con el acercamiento de algunos a la FIBA, llevando incluso a Bertomeu, CEO de la competición y fundador de la misma, a la destitución para la próxima temporada-... mientras la crisis económica y la pandemia se están encargando del resto, lo que explica la importancia de lo que está pasando.

El modelo de autogestión de los clubes propietarios de la Euroliga parece que ha caído en desgracia. La influencia de la reacción de instituciones, aficionados y gobiernos contra la Superliga europea de fútbol también ha podido influir, pero no deja de ser curioso que la NBA que representa, al fin y al cabo, el modelo contra el que se lucha sea la utilizada para vencer al enemigo. Pero así son las guerras. Todo vale para intentar recuperar el control del baloncesto europeo, aunque sea compartiendo trincheras con quien creó las fórmulas antagónicas de funcionamiento a las federativas internacionales. En cualquier caso, hasta 2026 no vence el acuerdo millonario de los clubes propietarios de la Euroliga con la multinacional del deporte IMG, que prevé fuertes sanciones por su incumplimiento.

Desde mi punto de vista, tanto la Euroliga como el proyecto de Superliga de fútbol han obviado desde el principio que, para subsistir o existir en Europa, no basta con crear la mejor liga europea o del mundo de espaldas al resto y a las competiciones domésticas, sino que hay que saber liderar totalmente el baloncesto y el fútbol europeo estructurado desde sus etapas de formación, que tienen modelos de desarrollo muy distintos al americano a través de su deporte universitario, hasta la altísima competición y compatibilizándolo con el propio negocio.

Publicidad

No sabemos si se podrán establecer nuevas propuestas, ni si se sabrá corregir errores del pasado con una nueva competición controlada por la NBA y la FIBA o cuál sería el resultado de este matrimonio de conveniencia para dar respuesta al grave momento por el que atraviesa nuestro baloncesto, con pobres audiencias televisivas y dificultades en la captación de nuevos aficionados e ingresos, pero sí que se antojan más necesariosque nunca un revulsivo y una reorganización total del baloncesto europeo, ya sea de una manera u otra.

La intención de la NBA desde hace ya mucho tiempo, y en su afán expansionista, es crear una división europea, posiblemente repartiendo los diferentes clubes participantes en conferencias aunque sin ofrecer enfrentamientos directos con los propios equipos de la NBA americana. Pero sí que estaría bien que, en tal caso y por ejemplo, acabara trayendo consigo un nuevo modelo de All Star que sustituyera al actual, que a mi entender está ya más que agotado, implantando un enfrentamiento América contra Europa al más puro estilo de la Ryder Cup de golf, acercando así ambos baloncestos y llamando la atención del aficionado.

Publicidad

¿Y cómo afectaría todo esto al Unicaja? En el mejor de los casos podría participar, quién sabe, en una de esas nuevas conferencias de la NBA europea o, al menos, en una segunda competición, antesala y tutelada por la anterior, que acabe con este dislate de competiciones paralelas actuales, como son la Eurocup y la Champions, que, debido al reparto de participantes, tanto están desvirtuando el sentido de las mismas. A la vez están empobreciendo el espectáculo con la presencia de rivales cada vez de más bajo nivel, para otorgarle así un mayor prestigio y mejorando el seguimiento e interés de los aficionados, estimulando las audiencias y atrayendo nuevos patrocinadores al baloncesto que revitalicen y den mayor viabilidad a nuestro deporte. Y también para poner un punto final a esta guerra de intereses y egoísmos que tanto daño ha hecho al baloncesto.

El jaque a la Euroliga ya se ha producido, pero la partida sigue viva.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad