Vuelta a la realidad. Nadie parece librarse del Covid y menos después del parón de Navidad. Una buena parte de los clubes regresaron la pasada semana a la competición, pero otra gran parte, y en todos los deportes, ya están viviendo un dejá vù al ... ver aplazados de nuevo sus partidos. Ha sido el caso, curiosamente, de los tres máximos representantes femeninos del baloncesto malagueño, los únicos equipos que miltian en ligas nacionales sénior en la actualidad: el CAB Estepona de Liga Challenge (segunda) y el Unicaja y el Asisa Alhaurín de la Torre, de Liga Femenina 2 (tercera).
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El conjunto esteponero, liderado por Antonio Pernas, comunicó el día previo a su primer encuentro del año (en casa, ante el Recoletas Zamora), que se había detectado un brote de Covid en sus filas. Asimismo, explicó que todas las afectadas tenían sintomatología leve y el resto del equipo pasó a guardar cuarentena. La misma hoja de ruta que el Unicaja de Jesús Lázaro, que también debía estrenar el año el sábado, ante el Mariscos Antón Cortegada. Sin embargo, salieron a la luz varios positivos en el equipo, por lo que hubo que aplazar el encuentro. Por su parte, el Asisa alhaurino dirigido por Iván Uroz también detectó varios positivos en su equipo (tres, concretamente), por lo que no pudo enfrentarse al Magectías.
Sus partidos fueron los únicos suspendidos del grupo A de la Liga 2 en esta primera jornada del año; no así en la Liga Challenge en la que compite el CAB Estepona, mucho más afectada por los contagios: sólo de disputaron tres de los ocho partidos de la jornada.
Dada la situación y, para evitar el colapso en las competiciones que ya se vivió el pasado año, la Federación Española de Baloncesto ha apostado por actualizar sus requisitos médicos en la vuelta a la competición. Por ello, en su protocolo estableció la obligación de realizar test de antígenos a todos los integrantes de la plantilla (incluído cuerpo técnico) el día de inicio de los entrenamientos. Una vez comenzada la competición, la FEB obliga a los clubes bajo su amparo a realizar un test de antígenos cada 7 días en caso de jugar una vez a la semana y cada 3-4 días en caso de hacerlo dos veces.
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En caso de positivo, el protocolo a seguir 72 horas antes del encuentro consiste en contrastar el resultado con una PCR y aislar al infectado hasta conocer el resultado de la misma (de ser negativo, vuelve al equipo; de ser positivo, continuaría aislado). Para los compañeros de equipo, sólo podrán seguir entrenando de presentar la pauta de vacunación y el resultado negativo de un test de antígenos. Para la FEB, tres o más infectados en un equipo supondrá un brote: podrá aplazar su partido y toda la plantilla guardará 10 días de cuarentena. En su vuelta a los entrenos, todo el equipo deberá realizarse otra prueba de detección. Un severo y necesario control.
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