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Orgulloso, medio incrédulo por lo sucedido en las últimas horas, el base malagueño Alberto Díaz compareció en la zona mixta y analizó cómo ha digerido pasar de ser descarte a héroe, campeón del Eurobasket con la selección española: «Si me cuentan esto antes de ir ... a Tiflis le diría que está loco, pero como he dicho antes el mundo esta lleno de locura. Es lo bonito de esto, de sueños vive la gente y nosotros lo hemos cumplido. Hemos sido unos locos, quizás poca gente creía en esto, nosotros lo hemos hecho y lo hemos conseguido».
Conseguido el oro, quedan a un lado tantas semanas de concentración con el equipo este verano y el hecho de haber acudido a las ventanas FIBA a competir sin jugadores de la Euroliga o de la NBA: «Hay mucho trabajo, pero yo no lo llamaría así. Hacemos lo que queremos, lo que nos gusta y somos unos privilegiados. Es trabajo, sí, pero no nos vale con eso, no nos sentimos mal haciendo lo que hacemos».
Díaz no se cree el único que puede hablar de un punto de inflexión en su carrera a partir de este oro. «Este torneo no le ha cambiado la vida a uno, nos la ha cambiado a todos. Ganar un Eurobasket te cambia la vida. Es lo que todo niño sueña y nosotros lo hemos conseguido, además con un equipo nuevo, casi inexperto en estás competiciones y, evidentemente, nos ha cambiado la vida».
Finalmente, el jugador del Unicaja se acordó de todos los apoyos recibidos: «Tenemos un grupo increíble, no solo los doce que estamos aquí sino todos los que nos han acompañado en la preselección. Lo han dado todo, son parte de esto, aunque no sean la cara visible. Gracias también al cuerpo técnico, organización, federación y a todo el mundo que vive por y para que nosotros estemos a gusto jugando, esto es para ellos».
Después de vivir unos instantes en soledad emocionado en el vestuario, el escolta del Unicaja Darío Brizuela analizó qué supone para él este oro en el Eurobasket: «Significa todo, muchos sacrificios en mi vida. He dejado muchas cosas atrás, con mi familia, con mis amigos. He sufrido mucho en mi carrera, no he tenido un camino fácil. Es la culminación de la resiliencia que he tenido en mi carrera y estoy superfeliz. Estoy muy contento de poder hacer feliz a mi familia».
Además, se refirió a las pocas opciones de victoria que se le concedían a a España antes del torneo: «Había un montón de gente que no tenía fe y todo después del verano que ha tenido España de dominación de todas las categorías inferiores. Sorprendía que la gente no confiase con el pedazo de talento que tenemos aquí. Es importante y es una piedra más en el camino de España la que hemos puesto en la historia de este deporte. Ahora hay que seguir, seguir soñando. ¿Por qué no?». Y acabó diciendo que «es un orgullo mío y de mis compañeros que seamos ocho habituales de las ventanas; hay gente en este grupo que nos hemos dejado la vida en nuestras carreras. Muchas personas de este equipo no han tenido el camino habitual».
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