«En Alemania me siento querido, valorado y respetado»

–Ahora mismo su equipo es segundo con 14 partidos ganados de 20. ¿Le ha venido bien el parón o les corta la racha?

–Nunca se sabe, pero creo que nos ha venido bien a todos para cargar pilas. Notaba que el equipo estaba cansado y el cuerpo técnico también.

–¿Cree que está siendo su mejor temporada hasta ahora al frente del Hannover-Burgdorf?

–Junto con la primera, la verdad es que está siendo una gran temporada. Quizá esta un poco mejor, porque en la Copa hemos tenido que eliminar a dos equipos de mucho nivel como son el Flensburg y el Rhein-Neckar Löwen, ambos a domicilio, para meternos en la 'final-four'.

–¿Qué ha cambiado para que el equipo se encuentre en este buen momento?

–Básicamente es una cuestión de confianza mutua. Los jugadores confían en cómo trabajamos y cada uno acepta su rol, tanto el que tiene mucho protagonismo como el que juega puntualmente. Por cuestiones presupuestarias, hemos tenido que rejuvenecer mucho la plantilla en estos tres años. Hemos subido a siete jugadores y muchos de ellos están teniendo un papel importante. La combinación de gente con experiencia y jóvenes con hambre casa muy bien y estamos teniendo unos resultados muy por encima de nuestras posibilidades.

–¿Le añade más mérito a su labor al frente del banquillo del Hannover el hecho de que el club no sea precisamente uno de los más ricos de la Bundesliga?

–Quizá sí, pero el deporte no son matemáticas. En Alemania es verdad que hay siete equipos con un presupuesto mayor, y después los clubes del octavo al decimocuarto tienen presupuestos similares. Nosotros somos el 13.º. Pero en el deporte entra en juego el creer en lo que estás haciendo.

–Ha sido elegido el mejor entrenador del año en una votación 'on line' de los espectadores de Sky. ¿Qué le ha parecido el reconocimiento?

–Este tipo de premios siempre te agradan, aunque no supongan mucho realmente.

–¿Se hace más fácil el trabajo al contar con Iker Romero a su lado?

–Sin duda. Creo que Iker fue clave para mi llegada porque entrar en la liga alemana sin hablar alemán es muy difícil, y él ya lo hablaba, además de ser un jugador reconocido en el país. Está haciendo un gran trabajo y tiene una comunicación directa y fluida con los jugadores.

–¿Ha sido difícil su adaptación a Alemania?

–Creo que el día que vuelva a utilizar el español en mi trabajo daré un salto cualitativo, porque a los pequeños detalles quizá llego en inglés, pero no en alemán. Pero sí es verdad que me he esforzado y llevo ya tiempo dando entrevistas y ruedas de prensa en alemán. No lo domino, pero me hago entender. Los aficionados y el club valoran mi esfuerzo. Por otra parte, Hannover es una ciudad muy cómoda y me siento muy querido, valorado y respetado. Estoy muy contento por cómo van las cosas en lo deportivo y que mi familia esté feliz siempre es un plus.

–¿Cuáles son las metas del Hannover para esta temporada?

–La temporada pasada no nos fue bien en la Liga, pero nos metimos en la 'final-four' de la Copa y llegamos a cuartos de final de la Copa EHF, algo que nunca había conseguido el club. Este año nuestro primer objetivo era estar entre los diez primeros. Ahora en febrero se van a dilucidar muchas cosas porque jugamos contra los equipos de arriba, pero creo que es factible a día de hoy quedar entre los siete primeros. A ver si podemos arañar algún puesto más. Pensar en ganar la liga creo que es una utopía. La Copa nos hace mucha ilusión y a un partido podemos ganar a cualquiera.

–Ahora que conoce la competición, ¿qué hace que la alemana sea la mejor liga del mundo?

–Es una buena pregunta. Los clubes son sociedades con una directiva, un director deportivo y uno económico. Yo rindo cuentas directamente a estos dos últimos, que son personas que viven de ese trabajo. Además, hay otros 10 o 12 trabajadores que también se dedican en exclusiva al club. En España, en la mejor época, los clubes eran gigantes con pies de barro. El dinero de los patrocinadores lo dedicaban a la parcela deportiva, pero no a la estructura del club, y cuando llegó la crisis se lo llevó todo. Aparte, hay una diferencia de público enorme. Nunca jugamos con menos de 4.000 espectadores, y en los últimos partidos hemos tenido una media de 9.000.

–¿Piensa en dar un salto como entrenador a corto o medio plazo?

–En el deporte hay que vivir el presente. Ni puedes vivir del pasado ni pensar que porque estés en un buen momento va a venir algo mejor.

–¿Pero ni siquiera se plantea un futuro en España?

–No te estaría siendo sincero si te dijera que no echo de menos España y en especial, Málaga. Pero la realidad del balonmano español es complicada ahora. Hay pocos clubes en los que vivir de esto, además de la selección.

–¿Llegar al banquillo de la selección sería su meta como entrenador?

–¿A qué entrenador español no le gustaría ser seleccionador? Ya he entrenado a Japón y he tenido oportunidades recientes de hacerme cargo de alguna selección, pero quien mucho abarca, poco aprieta.

–¿Cómo ve a España en el Europeo?

–Es un gran momento no solo por el Europeo, sino porque después vienen el Preolímpico y los Juegos. No puede permitirse el lujo de perderse otras Olimpiadas. A las chicas les ha tocado un Preolímpico muy asequible aquí en España y los chicos tienen que meterse. Sin duda hay selección para pelear por el Europeo, aunque creo que Dinamarca está un escalón por encima de todos hoy en día.

–¿Cree que Málaga puede volver a contar pronto con un equipo en la Liga Asobal?

–Creo que Antequera tiene un bloque que lleva muchos años jugando y una portería con mucha veteranía. Es un serio aspirante para subir en la fase de ascenso. El Trops se está posicionando de nuevo tras el cambio de entrenador. Es su primer año en Plata, pero no debe pasar apuros para mantenerse y aspirar a más el año que viene. Su presidente hace un gran trabajo para conseguir medios económicos para el proyecto.