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Cruce de Vías: Vida frágil
Cruce de Vías

Vida frágil

Un día tomé la decisión de cambiar de ciudad, como si en aquella hubiera intentado salir adelante sin conseguirlo

Sábado, 25 de junio 2022, 00:53

Hace años estuve viviendo en una ferretería. Subía y bajaba la persiana de la tienda con un mando a distancia, como si alguien al otro lado me viese llegar y abriera la puerta de su casa. El dueño era un antiguo compañero del colegio. Un ... día nos cruzamos por la calle, nos reconocimos y preguntó cómo me iba la vida. Le confesé que pasaba una mala racha y que no tenía donde caerme muerto. Entonces me ofreció el espacio de la trastienda. Los empleados llegaban a las nueve y media de la mañana. A esa hora yo había guardado la ropa en la bolsa de viaje y recogido la cama igual que si no hubiera dormido nadie. La cama era un sofá que se extendía y plegaba como las alas de un murciélago. También había un pequeño cuarto de baño con ducha. Después de asearme subía la persiana desde el interior, salía a la calle y recorría la ciudad sin rumbo fijo. No dedicaba el tiempo a buscar trabajo, simplemente caminaba esperando que de buenas a primeras me asaltara la fortuna.

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