'Picasso ibero' reúne una selección de 215 obras procedentes de 22 instituciones públicas y privadas. (C) Sucesión Pablo Picasso. VEGAP. 2021

Un viaje a la raíz ancestral de Picasso

La exposición 'Picasso ibero', que el Centro Botín estrenará el 1 de mayo, amplía el foco de la influencia del arte primitivo en la obra del malagueño más allá de los albores del cubismo

Domingo, 11 de abril 2021, 00:43

Las referencias suelen repetirse hasta bordear la frontera del lugar común cuando se mencionan las influencias que desembocaron en el cubismo, o más en concreto, en la pieza que hizo saltar aquella espoleta: 'Las señoritas de Avignon' de Pablo Ruiz Picasso, aquel 1907. Las máscaras ... africanas, el llamado 'arte negro' y el primitivismo han hecho fortuna en ese árbol genealógico, que ha mantenido al arte ibero como un pariente lejano, aunque reivindicado de un tiempo a esta parte.

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Ahora, esa raíz vernacular que unía a Picasso con sus orígenes más profundos surge como un elemento crucial para entender no sólo su obra en la primera década del siglo XX, sino que se proyecta hacia buena parte de su trayectoria. Es una de las bazas que juega 'Picasso ibero', la gran apuesta del Centro Botín para esta temporada. La exposición está llamada a convertirse en un acontecimiento cultural más allá de nuestras fronteras y SUR ha dialogado con la comisaria del proyecto, Cécile Godefroy, sobre las claves de la propuesta que abrirá al público el 1 de mayo.

«Uno de los principales objetivos de este proyecto es estudiar el impacto del arte ibero en la obra de Picasso más allá del periodo tradicional de 1906-1908 a través de los temas, los sujetos, las conexiones formales pero también conceptuales. Por ejemplo, parece que Picasso volvió a mirar con mucho cuidado el arte ibero a principios de la década de 1930. No solo las 'Cabezas votivas' del Cerro de los Santos, sino también los relieves en piedra de Osuna que aún se encontraban en el Louvre«, avanza Godefroy.

«Véase, por ejemplo, esta excepcional escultura 'Beso' (hoy en Museo Arqueológico Nacional de Madrid) o los relieves del 'Acróbata' y el 'Guerrero' (también en el Museo Arqueológico Nacional): su influencia en algunos cuadros de Picasso fechados entre 1928 y 29 como 'Le Minotaure' o 'El beso', ambos en el Museo Picasso de París, llama la atención«, explica la comisaria.

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«Esas relaciones sirven también para los pequeños exvotos ibéricos sobre las esculturas de Picasso, algunas de ellas gigantes, como 'Mujer con una naranja' de 1934 y expuesta en el Museo Picasso de París y la espléndida 'La femme au vase', de 1933 y en el Museo Reina Sofía, que están en deuda con el tema de la 'Dama oferente', conocido por Picasso a través de la escultura en piedra, así como los pequeños bronces ibéricos que coleccionó, posiblemente de esa época«, añade la comisaria de un montaje que tiene al director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Roberto Ontañón, como comisario asociado.

Así, 'Picasso ibero' plantea la vinculación del malagueño con las manifestaciones artísticas de su pasado remoto más allá del encuentro puntual de los albores del cubismo. Para ello, el Centro Botín de Santander ha reunido 215 obras procedentes de 22 prestadores públicos y privados. Y en ese apartado también despunta la vinculación del proyecto con Málaga. No en vano, tanto el Museo Picasso Málaga como la Fundación Bernard y Almine Ruiz-Picasso para el Arte (FABA) ceden piezas de sus fondos para la exposición.

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Entre ellas destacan la pequeña escultura 'Toro echado' (1957) donada por Christine Ruiz-Picasso al museo malagueño, junto al exvoto de bronce datado entre los siglos IV y II a. C. y a la obra sobre papel 'Dos mujeres desnudas' (1906), de FABA, que mantiene con el Museo Picasso Málaga un comodato que ha nutrido sus dos últimas colecciones de larga estancia.

Tesoros desde el Louvre

Junto al Museo Picasso Málaga y FABA, 'Picasso ibero' reúne piezas procedentes de instituciones como el Museo Picasso de París (también colaborador en la producción del proyecto), el Centre Georges Pompidou, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Juan March. Eso sí, los organizadores destacan en el imponente catálogo del montaje las 14 esculturas de arte ibero cedidas para la ocasión por el Museo del Louvre.

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«Estamos encantados y honrados de reunir obras maestras como 'La femme au vase' junto con una 'Dama oferente' del Museo Arqueológico Nacional de España; el famoso ensamblaje titulado 'Cabeza de toro' (1942) junto con un molde de una Cabeza de toro de Costitx, ubicado en el Museo Arqueológico e Histórico de Roma; un espléndido dibujo de 'Dos desnudos' (1906, FABA, Madrid), directamente relacionado con el bello relieve de una escena de 'Ofrenda'; por no hablar de las impresionantes cabezas masculinas y femeninas del Cerro de los Santos prestadas por el Louvre que ilustran muy claramente el impacto en el desarrollo de Picasso en 1906 y 1907«, detalla la comisaria.

Y con esas armas históricas artísticas enfila el Centro Botín su ambiciosa propuesta. «La relación entre el arte ibero y la obra de arte de Picasso fue señalada en 1942 y estudiada desde entonces, pero mayoritariamente limitada a un periodo específico, es decir, 1906-1908. El hecho de que el arte ibero se destaque poco entre los principales estudios de las artes mediterráneas y sea probablemente menos conocido por el público, todavía hoy, que otras civilizaciones antiguas, puede haber influido en esta observación«, ofrece.

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Un diálogo de un siglo

Porque la muestra desplegada hasta el próximo 12 de septiembre busca, en palabras de Godefroy, «iluminar el diálogo abierto hace más de 100 años por Picasso». Un vínculo sobre el que abunda la comisaria. «Durante toda su vida, Picasso fue curioso y estuvo fascinado por las formas del arcaísmo y los temas principales transmitidos por los ídolos de las Cícladas, los bronces etruscos, la cerámica chipriota, etc., pero también las Diosas-madres prehistóricas y la 'Venus' paleolítica (como quedó bien demostrado en la exposición 'Prehistoria: un enigma moderno', organizada por el Centre Pompidou en 2019). Como otros artistas y críticos de vanguardia, estaba convencido de que el arcaísmo y el primitivismo eran tan contemporáneos como el arte moderno.».

«Toda su obra –cierra la comisaria–, y más particularmente su escultura, está en deuda con formas y temas mediterráneos. El arte ibero pertenece a este repertorio formal y conceptual y puede destacarse por actuar con mayor fuerza en el imaginario de Picasso al trasladarlo a sus orígenes españoles y andaluces, parte sagrada de su patrimonio artístico«.

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Una pulsión ancestral, anclada en las raíces mismas del genio de Picasso.

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