Desde sus inicios, la fotografía ha convertido el cuerpo en un territorio de exploración infinita, mostrando no solo lo visible—el rastro de la vida sobre la piel—sino también revelando esas capas invisibles que solo la lente y una mirada profunda pueden desentrañar. Con ... esta premisa, la artista italiana Sibilla Paci (Milán, 1976) presenta una exposición centrada en el cuerpo y la mirada femenina. 'La Venus de vuelta' es el título de esta muestra, comisariada por Sandra Lara, que estará disponible en la sala Pérez Estrada del Ateneo de Málaga hasta el 29 de noviembre, con entrada gratuita, y la posibilidad de una visita guiada el próximo 15 de noviembre a las 19:30 horas; una oportunidad para conocer de cerca a la artista y sumergirse en su mirada tan honesta y sensible.

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En su última visita guiada, Sibilla Paci reveló el proceso de producción de esta muestra en la que explora los ciclos de la vida y la inevitable huella del tiempo, pero también la búsqueda de una empatía íntima entre el observador y las modelos. Las diez venus que protagonizan la exposición son mujeres que podríamos cruzarnos cada día, con vidas que quizás pasen desapercibidas, pero que esconden una amalgama de experiencias únicas. Las experiencias son, en definitiva, el pulso mismo de la vida: cada cicatriz, cada surco en la piel y cada pliegue forman una parte esencial de nuestra identidad, convirtiendo el cuerpo en el registro vivo de nuestra memoria.

La concepción del cuerpo como archivo de memorias y afectos ha sido profundamente desarrollada por el médico y artista Carlos Canal, una figura fundamental en el campo de la fotografía terapéutica y del arte como sanación. Para él, según explica en el texto de la exposición, «el cuerpo es el lugar donde se graban los traumas y las emociones, donde los miedos se manifiestan, el archivo en el que se deposita todo lo que somos y seremos. Es el espacio en el que el pasado y el presente se funden para construir un futuro que nos devuelva el amor y la confianza en ese cuerpo que nos permite existir, hasta alcanzar la invisibilidad, que es la muerte».

Luego está la representación de lo femenino bajo la mirada de una mujer, un acto de reivindicación en un ámbito donde las mujeres han sido modeladas como objetos. Estas Venus del siglo XXI son profesoras, funcionarias, policías, amas de casa o adolescentes que aún buscan su lugar en el mundo. Para muchas, esta es la primera vez que se exponen ante una cámara; dejarse fotografiar supone siempre una experiencia de liberación. La artista confiesa que a algunas de estas mujeres ni siquiera las conocía antes de la sesión. Se ha creado un vínculo entre artista y sujeto que cobra vida en cada imagen. Cada serie va acompañada de un texto de cada una de ellas. «Estoy aquí, oscilo entre la desesperación y el amor por la vida», dice Mónica, funcionaria, de 57 años e italiana, porque también hay un viaje de ida y vuelta entre Málaga y Milán. Una de las últimas en aparecer es Jutta, una jubilada que falleció poco después de la sesión de fotografías, con quien también se creó una amistad única. Como las demás, su historia ofrece una lección de vida que ahora, en estas imágenes creadas por Paci y sus musas, quedará inmortalizada para el disfrute y la emoción de quien las contemple. Y para la reflexión sobre quiénes somos, cómo es nuestro cuerpo y hacia qué lugar nos estamos dirigiendo en esta vida tan azarosa.

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