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SUR
Vanessa Morata: «Detrás de la estética amable de mi obra hay una crítica a la sociedad y a mí misma»
'Rebelión en la Fábrica'. 10 de abril

Vanessa Morata: «Detrás de la estética amable de mi obra hay una crítica a la sociedad y a mí misma»

La creadora, que forma parte de la exposición efímera 'Rebelión en la Fábrica', vuelve al 'collage' artesanal para componer escenas imposibles que después traslada al lienzo

Lunes, 31 de marzo 2025, 00:08

En un mismo cuadro conviven Doraemon, Mónica de 'Friends' y Maggie Simpson. Un batiburrillo de personajes en un espacio abarrotado de muebles de diseño y artículos de decoración. Un hogar lleno de objetos de deseo pero, en realidad, inhabitable. Vanessa Morata crea universos imposibles a través de la técnica del 'collage' con una estética pop que se inspira en los recuerdos de su infancia millennials. Y con mensaje. Ella y su obra 'Nobita Nobi's room' estarán el próximo 10 de abril en 'Rebelión en la Fábrica', la primera exposición efímera de artistas malagueños que organiza el Aula de Cultura de SUR en la Fábrica de Cervezas Victoria, con el patrocinio de Cervezas Victoria y Fundación Unicaja (19.00 horas. Entrada libre previa inscripción en forossur@diariosur.es).

–¿En qué te inspiras?

–La base de mi trabajo es el 'collage'. Recorto trozos de mobiliario, paredes, interiores de revistas de decoración, y a partir de ahí empiezo a saturar mucho la escena. Los personajes antes tenían más importancia en mi obra, pero me doy cuenta de que eran un poco anecdóticos. Forman parte de la crítica a la sociedad de consumo que hago, a ese adquirir cosas que no necesitamos y que todo esté abarrotado. Pero me gusta más la idea de que esa casa sea inhabitable, esa subversión del concepto del hogar, que al final deja de ser un hogar porque no puedes estar ahí habitándolo porque los objetos te comen, te invaden.

–Una crítica detrás de una estética pop y de la nostalgia a la que invitan los personajes de tus cuadros. ¿Crees que el arte siempre tiene que tener un mensaje?

–Sí, al final está camuflado bajo esa estética amable. Critico a la sociedad y me critico a mí misma. Queda muy bonito un cuadro colgado en la pared, saturado de colores y con todos esos elementos que a lo mejor nos gustaría tener en casa, pero al final es algo que es imposible, que no es viable.

–¿Podemos conocerte a través de tus cuadros? Porque tu infancia está ahí.

–Sí. Además, yo soy súper consumista. Estoy desquitándome de eso, pero a mí me encanta comprar cosas que lleven personajes de mi infancia, cosas para el hogar, ropa... Al final eso está ahí reflejado. Soy yo.

«He encontrado mi lenguaje, pero siempre estoy investigando en posibilidades de la pintura»

–¿Has encontrado ya tu lenguaje o sigues en la búsqueda?

–He encontrado mi lenguaje, pero siempre estoy investigando en posibilidades de la pintura, en investigación matérica, en darle una vuelta a lo que estoy haciendo, de qué elementos puedo prescindir y qué elementos incorporar para que la obra tenga cada vez más sentido. Antes hacía los 'collages' digitales y ahora he vuelto a los inicios, a cuando empecé en la facultad a recortar revistas. Y he visto que eso tiene más interés para mí, porque evidencia el collage, la sombra que se genera, los pliegues, las irregularidades… Y luego eso ya sí que lo llevo a Photoshop a través de la fotografía o el escaneo, e introduzco cosas a lo mejor que me interesan. Pero hacerlo de forma digital ya es lo mínimo, lo menos invasivo.

–Hay mucho trabajo previo hasta llegar a componer la imagen.

–Una vez que tengo las piezas, me tiro días pensando en cómo componerlo. Luego lo llevo al ordenador y veo cómo funciona. Y una vez en el lienzo hay elementos que tienes que modificar porque tal y como están planteados en el 'collage' no encajan.

–Para ti son importantes también las texturas.

–Sí, la tridimensionalidad, el relieve. Eso de alguna manera alude al 'collage'. Los primeros que se empezaron a hacer eran con objetos pegados. Pero a mí me gusta hacerlo todo con pintura, con óleo y aerógrafo.

–Tu generación ha crecido con la Málaga de los museos. ¿Crees que eso ha influido de alguna manera en tu formación y en tu creación?

–Cuando estaba en la facultad empezó a escucharse lo de la Málaga de los museos. Los compañeros salíamos todos los jueves y viernes a ver exposiciones e inauguraciones. Cenábamos y hablábamos de arte. Eso nos enriquecía un montón. Y hoy en día yo creo que se está perdiendo un poco, ya no hay tantas inauguraciones como antes o no veo tanto interés como antes. Una vez dijo Tecla Lumbreras en una charla que ahora ya no es la Málaga de los museos sino la Málaga tecnológica. Y eso tenemos que intentar revertirlo. Apenas hay galerías y es una lástima porque Málaga es una referencia cultural. A mi generación sí que nos influyó, y han salido artistas buenísimos que están trabajando mucho, como Paloma de la Cruz, Julio Anaya, Imon Boy, Ana Pavón y muchos más.

«Apenas hay galerías y es una lástima porque Málaga es una referencia cultural y de aquí han salido artistas buenísimos»

–¿Las redes sociales ayudan a difundir el arte o se diluye entre tanto contenido?

–Sí que ayudan. Hay gente de fuera de España o de fuera de tu ciudad que te conoce a través de las redes. O porque alguien te comparte un cuadro, otros lo ven y te empiezan a seguir. A raíz de las redes a mí me han salido exposiciones, hay gente que ha contactado conmigo o que han preguntado por mí a otros artistas que me conocían. Hay muchas conexiones.

–¿Sientes que hay más opciones fuera que dentro de España?

–Sí. Desde un principio, empecé trabajando fuera. La primera exposición individual que hice fue en París. Y también las colectivas, la mayoría, eran en el extranjero. Es verdad que en Málaga sí que he tenido coleccionistas que desde el principio han apostado por mí, como Pedro Alarcón de Casa Sostoa o Verónica Ruth Frías en Rara Residencia. Pero cuando haces algo fuera, tienes más repercusión y dentro te ven con mejores ojos todavía.

–Blanca y Borja Thyssen compraron una obra tuya para su colección. ¿Te ha supuesto una mayor proyección?

–Sí, más seguidores y más gente preguntando por obras. Toda la obra que tenía en el estudio, la poquita que me quedaba, voló. Y tengo a gente esperando para ofrecerle más piezas.

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